- FANNY -
Bajamos del auto viendo hacia el lugar del encuentro y lo vimos marchar. Era un policía que estaba haciendo de taxista.
A Jake le habían puesto un rastreador y un micrófono, ambos por separado por si llegaban a encontrar alguno.
Caminamos tomados de la mano por el pastizal y quedamos frente a la fachada carbonizada del motel. No tenía muy bien entendido qué es lo que había pasado con este lugar, pero según lo que nos habían contado una fuga de gas había hecho explotar casi todo el edificio. Ahora las paredes estaban negras, las plantas chamuscadas y la tierra inservible alrededor. Del otro lado daba vista al lago, debía ser un lugar bastante solicitado en su momento.
Con Jake nos miramos y, entonces, habló.
— Bien, vamos.
Caminamos hacia adentro observando cada recoveco y sombra, todo nos parecía una amenaza y a mi no me alcanzaban mi único par de ojos para mirar hacia todos lados.
Escuchamos cómo la madera crujía lejos nuestro, alguien estaba con nosotros. Una sombra nos obligó a darnos vuelta, Richard caminó saliendo de su escondite con un arma en la mano. Se lo veía totalmente traspuesto, estaba nervioso, el sudor se veía en su frente y su mano temblequeaba por el peso del arma.
— ¡Sabía que vendrías! — La voz vino de atrás, no del muchacho frente a nosotros.
— Philip — Dijimos con Jaky ni bien volteamos a verle.
— ¿Qué haces aquí? No se supone que estés aquí — Remarcó Richard — No era parte del plan.
Philip se rio sin gracia alguna y me miró fijamente, me apuntó con su cabeza y comenzó a hablar con desprecio.
— El plan ha cambiado. No podemos matarla, tenemos que buscar la forma de mandarla al infierno donde pertenece.
— El único que se merece el infierno aquí eres tú, Philip Courtney — Dijo Jake — Sabemos lo que hiciste. Mataste a tu propia hija, mataste a tu propia esposa. Te desligaste de ambos crímenes y pediste ayuda para que todo salga a tu favor.
Oliver nos había explicado que Jake necesitaba decir nombres, el micrófono no solo estaba transmitiendo hacia los policías que se mantenían acordonando la zona, también lo estaban gravando. Todo lo que digan lo podríamos usar en su contra en un juicio.
— ¡Y con gusto lo haría nuevamente! — Gritó.
— ¡Calla! Nos están grabando — Exclamó Richard.
Jake se dio la vuelta yo seguía mirando a Philip con rencor y tristeza. Me había tocado el peor padre de toda la historia, no entendía por qué. No sabía siquiera sus motivos, no lo comprendería tampoco si me lo dijera yo supongo. Jamás habría motivos válidos para tomar la vida de una persona, para torturarla y maltratarla.
— ¿Y cómo sabes eso Richard Hudson? — Preguntó Jaky sarcástico — Perdón, ¿debería decir tu verdadero apellido?
— ¡Calla!
Richard se adelantó unos pasos sujetando con más firmeza el arma.
— ¿Por qué hacen esto? — Pregunté al borde de las lágrimas — ¿Por qué me quieres muerta Philip? ¿Por qué?
— Tu madre siempre me trajo dolores de cabeza, cuando te tuvimos pensé que dejaría de molestarme — Hizo una mueca — Empeoró. Quiso el divorcio ¡Ja! Ella no iba a dejarme a mí, tampoco permitiría que tú te fueras nunca. Son mi propiedad.
— No lo soy, ni lo era — Susurré.
Mamá iba a divorciarse, ella quería alejarnos de todo el mal que ese hombre significaba y así nos fue.
— Terminemos con esto — Dijo Richard — Pégate al plan.
Él fue hacia Jake y pegó el arma en la cabeza mientras rebuscaba entre su ropa, sacó el aparato que usábamos para el micrófono y lo tiró al piso, lo pisó para romperlo. Bien, ahora ya no tendríamos nada más que el rastreador.
— Hay que matarlos, saben demasiado. Esconderemos los cuerpos y veremos qué tanto saben los otros dos.
— ¡Es que no entiendes! Ella no puede morir ¡Ya está muerta!
— ¡Déjate de esas idioteces! — Gritó Richard, se notaba que la actitud de Philip le exasperaba — ¡Eres un enfermo! No dejaré que arruines mi trabajo.
— ¡Tú viste su cuerpo! — Replicó Philip.
— ¡Un cuerpo falso maldito bastardo!
Jake me observó sin saber muy bien cómo manejar la situación a nuestro favor, debíamos de encontrar la manera de distraerles. Si empezaban a pelearse entre ellos podríamos tomar ventaja sobre eso y atraparlos, entonces los haríamos hablar.
— ¡No lo es! — Volvió a exclamar Philip y para sorpresa de todos comenzó a disparar.
Tres tiros directo a mi pecho que me dejaron helada por un momento. Me observé y no había heridas, las balas simplemente ya no estaban.
Richard caminó hacia atrás abatido y atemorizado. Me miró, de pies a cabeza, intentando descifrar en su cabeza lo que estaba pasando. Llevó sus manos a su cara, refregó su cabello aún con el arma en mano. Terminó apoyado contra una pared mientras Philip seguía apuntándonos.
— Richard — Dije, tratando de que esta situación al menos sirva de algo — Estoy muerta Richard. Ya da igual todo lo que haya pasado, importa lo que tú hagas ahora.
Me miró con su mandíbula tensa y sus ojos se aguaron. Jamás pensé en ver en ese estado al muchacho abusivo y golpeador. Nunca pensé ver el rincón más débil de su ser, algo en mí se quebró por eso.
— Richard dinos dónde están Megan y Dylan, tenemos que salvarlos.
— Ya es tarde, soy un monstruo — Negó él con la voz ahogada — ¿Qué eres? ¿Vienes a por nosotros acaso?
Lo pensé, puede que yo esté aquí para revertir mi situación y de paso llevar a juicio a los culpables. Puede que sí que esté por ellos. Pero también puede que tenga el poder de cambiar a los que aún tenían la posibilidad de ser salvados.
Si yo me iba de este mundo, me gustaría saber que no solo hice el bien para mis amigos y su familia. Si no que hice todo lo posible para que alguien como Richard no termine metido mucho más profundo en las zarpas de gente como Ways o Philip.
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Editado: 05.08.2020