Puerta dimensional

Capítulo 16. Estrategias de combate

Después de seis meses de ingresar a la “Puerta dimensional”, por primera vez Mariana coincidió con todas las personas a las que conoció ahí: Hiro, Gerda, Sorlac, Jaun, Ahtma, Esjo, Asmot y Edfe. Además, en ese viaje, la acompañaron su hermano y el detective Sergio. En total eran once personas que coincidieron delante del edificio “B”, provenientes de diversas regiones de ambos mundos. La interacción que tuvieron fue de entre amistosa a indicios de rivalidad. Gerda y Ahtma enseguida se entendieron y comenzaron a practicar puntería. Jaun y Esjo conversaron acerca de tácticas de combate y acordaron una competencia para saber quién derrotaría a más científicos. Asmot y Edfe se acercaron a Sergio y hablaron de sus respectivos mundos. Sorlac demostró celos al ver que Mariana venía en compañía y ella empezó a explicarles de quiénes se trataban y como terminaron aceptando también la misión de Asthar. Y Hiro observó atentamente al hermano de Mariana, sin saber si podría llevarse bien con él.

  • Tú debes ser el famoso Hiro, ¿No? - Le preguntó el joven psiquiatra al niño – Mariana habla mucho de ti. Te considera un hermanito. ¿Sabes? ¡Ya me siento celoso!
  • Si tenías el transmisor, ¿por qué no la acompañabas aquí antes? - Le preguntó Hiro, demostrando rechazo.
  • ¡Oye! ¡No tengo la culpa de que Marianita me echara a patadas cada vez que intentaba acercármela! Por cierto, mi nombre es Gustavo. ¿Que te parece si te conviertes en mi hermanito también?
  • No lo creo- Dijo Hiro, dándole la espalda – No me gusta que me traten como a un niño pequeño.
  • Está bien. Seamos socios. Así podremos proteger a Mariana. ¿No es eso lo que quieres?

Hiro sintió que se sonrojaba. Era cierto. Había entrenado muy duro estos últimos meses para poder valerse por sí mismo y ser él quien la protegiera. Pero sentía que no era suficiente. Debía entrenar más.

  • Háblame de Mariana – Le pidió Hiro, volteando y mirándolo seriamente a los ojos – Yo siempre le cuento sobre mí, pero ella casi no habla de su vida.
  • Solo te hablaré de ella si me aceptas como tu socio – Le dijo Gustavo, extendiendo la mano – Descuida, no te trataré como un niño ni me interpondré en tus batallas. De todas formas soy un cero a la derecha en peleas y combates físicos.
  • Está bien. Seamos socios – Aceptó Hiro, estrechándole la mano con pocas ganas.

Y mientras ellos charlaban, Gerda y Ahtma se sentaron en el suelo, después de su práctica de tiros.

  • Tu mundo es maravilloso – Le dijo Ahtma a Gerda – Ahí las mujeres pueden hacer lo que quieran.
  • No es tan así – Murmuró Gerda – Pero dejémonos de detalles. Eres buena luchadora y tienes buena puntería. ¿En serio hace apenas un mes que aprendiste a manejar armas? ¡A mí me llevó más tiempo acertar al blanco!
  • Tengo buen ojo – Dijo Ahtma – Desde pequeña podía acertar lo que sea, sin importar a qué distancia se encontrara.
  • ¡Serías una gran francotiradora!
  • ¿En serio?
  • ¡Claro! Solo debes perfeccionar tu técnica y aprender a medir la velocidad con que diriges el proyectil. Tú tienes buen ojo y yo una buena habilidad para manejar toda clase de armas, sean de las dimensiones que sean. Seríamos la dupla perfecta.
  • ¡Genial! ¡Siempre quise tener una compañera de peleas!
  • ¡Bien! ¡Me alegra oír eso! ¿Seguimos practicando?
  • ¡Sí! ¡Practiquemos!

Y mientras ellas practicaban, Sergio siguió interrogando a Asmot y Edfe sobre las características principales de los científicos, para así armar un plan de contingencia que los derrotara a todos de una sola vez. Enseguida Sergio aprendió sobre los distintos armamentos y habilidades de sus enemigos, así como la forma en que ellos menospreciaban a sus víctimas. Los científicos se creían superiores y subestimaban a los humanos provenientes del otro mundo, lo cual ocasionó que muchos se confiaran y bajaran la guardia al toparse con un “primitivo”. En cuanto a sus armas, al ser de una tecnología avanzada, debían desarrollar una buena defensa para evadirlas y no ser afectadas por ellas.

El detective observó a las personas que rondaban cerca y analizó sus destrezas, habilidades y debilidades. Después volvió a conversar con Asmot y Edfe sobre tácticas de combate.

Los hermanos se quedaron sorprendidos por las deducciones de Sergio. Con solo una mirada supo cómo conformar una agrupación y, de esa forma, enfrentar a algún grupo de científicos que podrían atacarlos por sorpresa. Sergio llevaba un anotador de registros y, en esos momentos, escribió los nombres de todos, con sus condiciones físicas y cuáles serían sus papeles en la agrupación.

  • Ustedes dos y Gerda se situarán al frente – Les indicó a los hermanos – Sugiero que tú, Asmot, seas el líder. Veo en ti una persona responsable y con conocimientos avanzados de combate. Gerda y Esjo se situarían un poco a tus espaldas, conformando un triángulo. En cuanto a Sorlac y Jaun, deberán agruparse en la segunda fila. Poseen tanto habilidades de ataque como de defensa. Y además poseen herramientas para abastecernos a todos, regenerarnos de heridas leves y “desparalizarnos” de los paralizantes. Yo me quedaré en la tercera fila, con Hiro y Gustavo. Gustavo es pésimo en combates pero es bueno curando heridas. Así que sería el “curador” de la agrupación y debe estar bien protegido. Hiro, aunque sea un niño, es experto en defensa y ataques sorpresivos. Yo sé disparar, pero soy lento en mis movimientos. Así que prefiero mantener la distancia. Y Mariana, Ahtma y Esjo cerrarán la agrupación, protegiéndonos la espalda. Mariana es buena en defensa, mientras que Ahtma y Esjo son buenos en combate cuerpo a cuerpo. Así que con ellos Mariana estará segura.

Y mientras explicaba, realizó un gráfico incluyendo los nombres y la ubicación de cada uno en la agrupación de ataque y defensa anticientífica.

Asmot tomó el anotador, lo miró detenidamente y dijo:

  • Realmente eres muy bueno en esto, Sergio. Aunque quisiera hacer algunos cambios, si me lo permites.
  • Claro. Como no. En estos momentos eres el líder.
  • Bien. Propongo que Mariana, Hiro y Gustavo se sitúen en la tercera fila, mientras que tú, Ahtma y Esjo cierren la agrupación. A excepción de Gustavo, Hiro y Mariana ya poseen experiencias previas de combates, pero son muy impulsivos y les falta fuerza física. Ahtma, Esjo y tú podrán defendernos mejor la espalda y evitarán que los científicos se acerquen a los más vulnerables del grupo.




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