Puerta dimensional

Capítulo 19. El sentimiento de un niño

La ambulancia iba a toda velocidad por las caóticas calles de la ciudad. Ella había perdido mucha sangre, permaneciendo en un estado semiinconsciente. Escuchaba voces, gritos ininteligibles que provenían de otra dimensión. Cerca de los paramédicos creyó ver a sus padres. ¡Imposible! ¡Ellos ya habían muerto! Eso quería decir que...

Los médicos y la ambulancia desaparecieron, retornando a la oscuridad. Se frotó los ojos y vio a su hermano, en la sala, leyendo las cartas que le escribió y llorando desgarradoramente.

Mariana se acercó y le tocó el hombro. El joven psiquiatra volteó, pero parecía no verla porque giraba la cabeza a los costados, fijándose en la ventana abierta.

  • Solo es la brisa – Murmuró, levantándose para cerrar la ventana.

La escena volvió a cambiar y, esta vez, vio a Hiro, Sorlac y Jaun esperándola delante del edificio “B”. Los tres se veían afligidos y escuchó claramente que Sorlac decía:

  • Ojalá nunca la hubiese conocido. Así ella seguiría con vida.

Sus amigos y el edificio también desaparecieron y, en su lugar, se manifestó Asthar. Ambas se miraron fijamente y Mariana se dio cuenta de que imitaba sus movimientos. Como un espejo. Al final le preguntó:

  • ¿Te basaste en mí para crear tu cuerpo?
  • Sí. Quise adoptar una imagen agradable y me basé en tu estructura corporal para moldearme. Pero creo que te causé problemas en tu mundo de origen.
  • Lo diferente son tus ojos. Son “astharianos”.
  • ¿Entonces así es como llamas a los humanos del otro mundo? ¡Me agrada!

Mariana, poco a poco, recordó lo que le había pasado hace unos instantes. Sorlac y Jaun con una bomba; Hiro y ella capturados por los científicos. Lo que no entendía era el porqué no los mataron al instante. Mientras reflexionaba, Asthar comenzó a hablar.

  • El transmisor está compuesto por elementos provenientes de las estrellas y que generan energía ilimitada. Cuando me crearon, perfeccioné el material y mi mundo prosperó en ciencias, filosofías, tecnología y cultura. Pero desde que ingresé a la “Puerta dimensional”, mis fuerzas disminuyeron y, poco a poco, iré desapareciendo. Por eso, gracias a ustedes, he recuperado mis energías hasta el punto de crearme un cuerpo indestructible. El problema es que, si los científicos descubren la verdadera conexión que tengo con los transmisores, harán lo posible por atraparme. Ahora sostienen la teoría de que necesitan  un cuerpo orgánico para activar esa máquina. Un cuerpo que haya tenido contacto con el transmisor.
  • ¿Y es por eso que nos capturaron a mí y a Hiro? ¿Y qué pasará después?
  • Si no resulta, los sacrificarán. Ya lo han hecho con muchos “candidatos”. Ahora te sacaron el transmisor y mientras hablamos, están forzando a tu amigo a que les entregue el suyo sin resistirse. Pero él me invocó con la mente y le propuse un trato: por una única vez podré salvar a uno de ustedes. Pero solo será el que toque el transmisor que aún no paró a manos de los científicos. Hiro me dijo que él dejaría que escogieras. Tú decides, ¿quién se salva? Cuando lo hagas, me manifestaré y crearé una distracción. Con solo un transmisor no puedo enviarlos a todos a su mundo, necesito el acople de varios transmisores para que eso surja efecto.
  • Entiendo. El transmisor solo puede enviar a una sola persona. Pero si se combinan varios, el efecto será mayor.

Mariana no tuvo que pensarlo mucho. Hiro aún era un niño y tenía una familia que podía cuidarlo. Sabía que su papá haría lo imposible para encargarse de las personas que se metieron con él. Y como ingresó a la “Puerta dimensional” después de una pelea, era necesario que regresara para hacer las paces con su familia.

Además Gustavo también tenía el transmisor. Podía regresar por ella, si quisiera.

  • Que Hiro regrese a su mundo – Dijo Mariana – Él aún es un niño y tiene toda una vida por delante.
  • Está bien. Entonces Hiro regresará a su mundo y volverá a su vida normal. Es hora de que despiertes, Mariana.

Cuando la joven abrió los ojos, aún se encontraba colgada de los brazos de su captor. Cerca estaban tres científicos que sujetaban las extremidades de Hiro. Aún lo mantenían con la boca tapada.

Mariana, sin perder el tiempo, exhaló aire e invocó a Asthar.

En segundos, un remolino se tragó a todos los científicos y el transmisor del niño salió de su bolsillo, flotando por el aire. Tal como había dicho Asthar, un solo transmisor no podía enviar a todos los científicos de regreso a su mundo. Necesitaba acoplarse con los otros para aumentar su poder.

Hiro y Mariana, al verse liberados, se colocaron en el centro del remolino, mirándose frente a frente. El transmisor flotó en el medio y los científicos seguían volando a su alrededor por el viento.

  • Hiro, sé que estás enojado con tu papá, pero me gustaría que hicieras las paces con él. Yo nunca tuve una buena relación con mis padres y, a causa de mi egoísmo, los perdí de una manera trágica. Ni siquiera me acuerdo de la pelea. Yo ya no puedo solucionarlo, pero tú sí. Toma el transmisor y vete a casa.

El transmisor, poco a poco, fue descendiendo hacia Hiro, quien extendió las manos como para tomarlo. Mariana sonrió, al fin consiguió que su pequeño amigo entrara en razón.

Qué equivocada estaba.

  • Asthar, llévatela – Dijo Hiro, en voz alta.

Como si fuese empujado por algún bate de béisbol, el transmisor se desvió y chocó directo a la frente de Mariana. Apenas rozó su piel, sintió que Asthar aparecía detrás de ella y la sostenía de los brazos. Comenzaron a flotar por los aires y a ser arrastradas por el remolino.

  • ¡No! ¡Espera! ¿Qué haces? - Gritó Mariana, intentando liberarse.
  • Fue su decisión – Respondió Asthar – Él rechazó el rescate y me pidió que te llevara a ti. Lastimosamente nunca más regresarás a la “Puerta dimensional”. No mientras no tengas tu transmisor.
  • ¿Qué? ¡Espera! ¡Hiro!




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