La odio
la odio tanto como la amo,
por qué ya odiarla,
es demostrarle que hubo amor,
la odio,
la odio por cada noche
ausente que ella me ha regalado.
Cómo odio esto,
de ser dos piezas
que no encajan
en el tablero,
que aunque no han encajado,
siempre debieron
estar juntas desde el principio.
La odio
por qué ella es el amor
que me corta de abajo arriba,
-volver a verla-
es un gramo de arena que
ha caído desde hace tiempo.
La odio tanto
que si me mira
me llena de lágrimas,
que si me toma de las manos
me llena de emociones.
La odio tanto
que odiarla
conlleva a amarla cada día más,
pero la amo y la odio
a cada momento,
a cada segundo e instante
de mi vida