Prologo

Apatía o desconexión, o ambos. Hipersensibilidad o empatía. Algunas veces comprender a los demás es tan fácil como respirar, identificarme con ellos, querer ser como ellos. Otras en las que no siento nada, me siento vacío, me desconecto y ni siquiera yo existo. Hablar con otros es molesto por lo que lo evito, permanezco solo en el bosque, entreno, cazo, duermo, esa es mi vida. Tengo un hermano mellizo que no es mi hermano en realidad, podría decirse que nacimos, pero no sería correcto… surgimos lo expresa mejor, entonces, ambos surgimos de la misma esfera de luz, Devon y yo. Fuimos lo primero que el otro vio al despertar en esta realidad. También podríamos decir que reencarnamos, pero para eso deberíamos ser, básicamente personas nuevas, pero somos los mismos de antes, tenemos nuestros recuerdos y conservamos los rostros, somos el resultado de una vida vivida que acabo hace un tiempo, pero ese no es el motivo por el que no me relaciono con mi antiguo nombre. No recuerdo esa vida por completo como cualquier Mooth, pero tampoco soy como cualquiera. En el universo existen muchas formas de vida y según como vives y mueres, dependiendo de las emociones que cargues, los seres superiores te dan la oportunidad de continuar con el ciclo de la vida y la muerte, o continuar con la vida que llevas, si decides seguir con quién eres puedes escoger ser un Mooth o un Pacifista, si no puedes escoger ellos lo hacen por ti. Devon es un Mooth, yo… yo soy ambos, lo que no es muy común, también somos viajeros. Verán, cuando surgimos, lo hacemos en clanes y por cada Mooth hay un Pacifista, pero a veces lo hacemos solos, por lo general los solitarios viajan buscando un lugar donde pertenecer, un clan, si no lo consigues, desapareces. En algunos aspectos somos como animales, necesitamos la seguridad del clan para mantener estables nuestras emociones y a nuestra contraparte por, bueno, es diferente para cada quien, pero básicamente es para mantenernos saludables físicamente, de otro modo, nuestros dones se saldrían de control con el tiempo y nos devorarían. En esta nueva vida, los superiores nos dan varios obsequios, entre ellos potencian los que ya poseíamos. Devon y yo somos muy poderosos, aunque yo no tenga dones soy muy veloz y fuerte físicamente, pero es debido a mi intenso entrenamiento y definitivamente no se compara con los dones que poseen los demás.

Desconexión o apatía, fue lo último que sentí al momento de mi muerte, es lo que siento ahora, tal vez, luego de vivir diez años sin un clan finalmente llegaba nuestro momento.

_ ¿Ahora? -El tono de Dev fue descontento-

_ Usa todo lo que tengas a tu alcance -Podría parecer urgente y desesperado, en parte lo estaba- Encuentra un clan.

_ Muy bien -En su rostro brilla esa sonrisa maliciosa que solo podría significar problemas- Pero esperas que me una, lo harás también.

Muchos dirían que somos inmortales, pero solo somos difíciles de matar, nuestro envejecimiento se detiene cuando alcanzamos nuestro apogeo, el momento donde somos más fuertes, ese es un momento de muerte segura para un viajero.

_ Sabes que no puedo estar con otros.

_ Estas perfecto conmigo y no me digas que es porque somos hermanos Leo.

Leo… Ese fue el nombre que me dio, descubrió muy pronto que al ser humano me volvía un blanco de muchos, y que los acababa sin dudar, me llamo así por ser feroz como un león, pero fue incapaz de pronunciarlo correctamente, como broma me nombre así y ahora no podía identificarme de otra forma.

_ Dev…

_ ¡Inténtalo! Solo… inténtalo.

Suspire sin decir nada, sabíamos que soy incapaz de estar rodeado de personas, podía con él por ser mi hermano, pero todos los demás me irritaban, siempre sacaban lo peor de mí.

Luego de esa charla desapareció y no supe nada hasta diez años después cuando el viento, uno de sus elementos, me trajo un mensaje.

_ Clan Medianoche, Líder Ian Alexander.

Incluso un viajero antisocial como yo reconocía esos nombres. Aunque relativamente pequeño, el Clan Medianoche era uno de los más poderosos, y su líder era sin duda alguien de quien temer.

Permanecí varios días fuera de los límites de su territorio, estudiándolos, ellos sabían que estaba allí pero no parecía importarles. La primera luna nueva que pase en ese lugar fue extraña, a menudo Devon y yo compartíamos emociones con el otro, las que me transmitió esa noche fueron especialmente fuertes, era como si no solo pudiera sentirlo a él, sino a todo el clan, sin pensarlo y como atraído por la gravedad entre en el territorio, ahí me recibieron, justo detrás de los primeros árboles, el líder y su pareja, su segundo y detrás de ellos, mi hermano.

_ Lo hiciste a propósito -Le reproche_

_ De otra manera no habrías venido.

Era verdad, habría rondado el área hasta asegurarme que era seguro y luego me iría.

Uno de los hombres, poco más que un niño, dio unos pasos más cerca sin dejar de mirarme, por puro instinto lleve mi pierna atrás afirmándome en el suelo, listo para atacar, él lo noto y solo sonrió, pero se detuvo, los otros dos en cambio se tensaron.

_ Leo, te presento al Líder Ian Alexander.

Contemple sorprendido al joven frente a mí, él se veía como cualquier otro, usaba pantalones cortos y camiseta pese al frio, estaba completamente relajado mientras inclinaba apenas la cabeza.

_ Un gusto conocerte Leo -Le regreso la reverencia torpemente- Devon me dice que quieres unirte a mi clan ¿Es cierto?

Querido hermano, esta me la pagas ¿Cómo pudiste acorralarme de esta manera? Que podía hacer más que asentir. Los Mooth son muy sensibles sobre sus espacios, tienen una regla de tres ofensas, lo ofendes una vez y te advierten, a la segunda te castigan, la tercera generalmente termina en muerte, podría parecer excesivo, pero si tropiezas tres veces con la misma piedra lo haces a conciencia. Si ofendes a un líder, ofendes al clan y en este caso también a su pareja, si yo fuera el líder de un clan y un viajero poderoso entra en mi territorio, atacaría primero y preguntaría después.