Capitulo 4: Concilio

Esa mañana se suponía que la tendría libre, se me había asignado, además de las clases del por la noche uno de los puestos de vigilancia, secretamente le agradecía al líder, ya que eso me permitiría descansar de la barrera, pero para mí mala fortuna, Cher golpea mi puerta a media mañana, si, esa madrugada estaba tan cansado que no quise afrontar el camino hacia el claro.

_ Oh. -Exclama al verme- ¿Estas bien?

_ Cansado. -Me recargo en el marco cerrando los ojos- ¿Qué quieres?

_ ¡Guau! -Abre sus ojos exageradamente- No creo que sea un buen momento para ti, pero, el Líder Ian Alexander te solicita en el comedor exterior, todos los delegados y lideres de los clanes llegaron y quieren hacer la reunión inicial cuanto antes, pero. -Me mira de pies a cabeza- Si crees que no es momento puedo inventar una excusa.

_ No, está bien, cuanto antes terminemos con esto mejor. Estaré allí en una hora.

Podía imaginarme que esto arruinaría mi día, así que al menos tendría una gran taza de café. Respire profundo varias veces, intentando controlar mi ansiedad sin lograrlo del todo, mientras me dirigía a mi peor pesadilla.

_ Leo ¿Puedo hablarte un momento? -Pide Andreas corriendo para alcanzarme-

_ Tengo prisa. -Me detiene sujetándome del brazo-

_ No te detendré por mucho tiempo. -Me suelta luego de asegurarse que no me iré- El líder de mi clan está aquí. -Comienza- No se suponía que viniera, pero él está realmente en contra de que dos Mooth se emparejen entre sí, quiere usar el hecho de que eres humano para que el consejo los separe o disuelva sus clanes, pretende hacerte perder el control y culparlos de eso.

_ ¿Por qué me lo dices?

_ Yo… -Un ligero rubor cubre su rostros- No estoy de acuerdo con él.

No dio más explicaciones, su obvia preocupación me tomo por sorpresa.

_ No tienes por qué preocuparte. -Tranquilizó- Podre manejarlos.

Su rubor se intensifica y descubro que me gusta molestarlo, lo contemplo por un momento sintiendo la curiosidad crecer.

_ Eres un Mooth pero no actúas como tal.

_ No es la primera vez que me lo dicen. -Sus ojos se abren en comprensión- ¿Es por lo que dije de tu capa verdad? Por eso no te agrado. -Lo miro dejando que saque sus propias conclusiones- Lo siento, no quise decir nada con eso, solo quería que supieras que sabia quien eras. -Asiento- Además. -El rubor está de vuelta- Me gusta, tu capa. -Continúo mirándolo en silencio- Es diferente, especial.

No pude contener la risa al notar su nerviosismo.

_ No significa nada. -Agrega y yo comienzo a caminar- Solo un comentario al azahar.

Esta vez no me detiene, camino detrás de mi manteniendo la distancia, al llegar lo veo colocarse a la derecha de un hombre con rostro molesto, podía sentir la animosidad viniendo de él, Andreas no vuelve a mirarme, si no lo supiera diría que nunca hemos hablado, su expresión, ahora lejos de parecer avergonzada, era seria y profesional, podría ser intimidante para muchos, pero no surtía ese efecto en mí, solo me hacía querer romper esa fachada que ocultaba su verdadera personalidad.

_ Lamento esto. -Saluda el Líder Ian Alexander-

_ Terminemos de una vez. -Alejo su disculpa con un ademan de la mano- Intentare no ser rudo si usted hace lo mismo.

_ No prometo nada. -Responde con molestia- Solo responde se te autorizo, lo justo y necesario. -Asiento viéndolo por primera vez tomar una posición defensiva- Lideres. -Llama con voz clara y fuerte- Si estamos todos, podemos iniciar.

_ Leo. -Susurra Devon mientras comienzan a sentarse dejando un gran espacio en el centro- No dejes que tus complejos te dominen, eres más fuerte que muchos de ellos y ¿Dónde está tu insignia?

_ La olvide. -Aún estaba adormilado así que olvidé traer mi capa, me vestí con unos pantalones negros desgarrados y camiseta blanca, queriendo usar el aire frio para despertarme no tuve en cuenta que sería una reunión formal-

_ Líder Ian Alexander -Llama en voz muy baja y con un gesto le hace notar mi falta de insignia-

_ No te preocupes. -Sonríe- Solo piensa que está ahí, porque lo está, nunca dudes.

Al ver que ya todos están en sus lugares, camino al centro de ese espacio vacío, hay una silla, pero no me molesto en usarla, veo muchas expresiones, amistosas y no tanto, incluso las hay curiosas e indiferentes. Mi Líder se sitúa, también de pie, en un lugar al alcance de mi vista, pero enfrentando a los delegados al mismo tiempo, permanezco en silencio sin saber muy bien que hacer, no me parecía correcto hablar sin que me lo solicitaran y al parecer Ian estaba de acuerdo.

_ Preséntate. -Un joven con voz autoritaria habla repentinamente, porta una insignia del clan Hijos del Acero-

_ Leo Medianoche, del clan Media Noche.

_ Si perteneces a un clan ¿Por qué no portas tu insignia?

_ Por lo general la llevo en mi capa, pero estaba medio dormido cuando venía así que la olvide. -Explico- Aunque si llevo el escudo. -Me doy la vuelta dándoles a todos la espalda-

Podía sentirlos, a todos en el clan apoyándome, al Líder atento a cada reacción, sabía que estaban allí a mi espalda, respaldándome todo el tiempo.

_ ¿Qué edad tienes?

_ Desde que desperté en esta vida, han pasado diez años, ahora tengo treinta años. -Solo respondo luego de ver el asentimiento de Ian Alexander-

_ Luces como un niño. -Habla el líder del clan Estrella de Fuego, su tono es de disgusto y un toque de desdén- No nos mientas.

_ La antigua vida de Leo. -Responde Ian- Termino de forma abrupta a sus veinte años.

_ ¿Cómo moriste? -Esta vez habla con desconfianza-

_ Eso es algo entre un miembro y su líder. -Alega Ian-

_ Tenemos que saber cómo es que un humano consiguió tanto poder.

_ No, y a menos que pretenda conquistarlo, no tiene derecho a hacer preguntas tan personales.

_ Líder Ian Alexander. -Interviene alguien de Los Hijos de Acero- Si me permite, creo que lo que el líder Miguel quiere saber es si será capaz de controlarse, mis consejeros dicen que en los días que llevan aquí a dado muestras de su fuerza una tras otra.