El nombre de ese chico no salía de mi pensamiento y no sabía si era para bien o para mal, no podía dejar de pensar en él y su presencia estaba haciendo mella en mi vida diaria. En el colegio estaba cada día más distraída, no tenía ánimos de salir con nadie, ni de ir fiesta, mis energías se agotaban fácilmente y eso preocupaba en demasía a todos los que me rodeaban.
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De un día para otras cosas extrañas empezaron a pasar en la superficie, los huracanes y tormentas llegaban con más intensidad. Terremotos y temblores eran sentidos a diario. Era algo que nos afectaba demasiado. Era tal la magnitud de estos que los túneles de Alion estaban siendo bloqueados, muchas de las áreas recientemente construidas de nuestra fortaleza estaban siendo afectadas por la fuerza de la naturaleza.
El consejo de Alion se reunió una tarde y para disgusto de muchos de los habitantes decidió que lo mejor sería integrarnos a la sociedad humana, preferían luchar por vivir arriba que morir sepultados sin intentarlo al menos, el consejo mismo se encargó de localizar casa, adecuadas para cada familia, al igual de inscribir a todos los jóvenes y niños a instituciones educativas.
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Dos años hace que vivimos en chicago, dos años en los cuales hemos demostrado que podemos tener una convivencia pacífica con los humano sin dejar que nuestras habilidades sean apreciadas por ellos, a veces nos facilitan muchas tareas. Tenemos la capacidad de aprender más rápido. Nuestras habilidades motrices hacen que seamos perfectos para cualquier actividad física o deporte. Por ejemplo:
Peter, es el capital de equipo de lucha, gracias a su súper fuerza. Puede mover un tanque de guerra con solo un dedo, sin necesidad de derramar una gota de sudor.
Jane posee la capacidad del control metal, puede escuchar todo lo que piensan todos a su alrededor así como también puede implantar el pensamiento que ella quiera en la mente de la otra persona.
Simón usa la pirokinesis, es la habilidad para crear y controlar el fuego rojo, le llamamos flamita para molestarlo.
Darla, puede congelar todo lo que quiera, le llaman cryokinesis.
Y así puedo estar el resto del día diciéndoles la habilidad de cada uno, van desde electrokinesis, telepatía, clarividencia, empatía mímica, intangibilidad, creación de ilusiones, manipulación de memoria, súper memoria, anulación de poderes, manipulación de los sueños.
En mi caso es un poquito más difícil de ocultar o disimular, mi don es la virogenesis, o la capacidad de esparcir veneno, en el aire. Además de telequinesis y bilocación. La telequinesis es la capacidad de mover objetos o personas con la mente y la bilocación en la capacidad de estar en dos lugares a la vez.
Es muy poco común que tengamos más de uno pero cuando esto sucede somos privilegiados.
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Estamos por iniciar la universidad. Los pasillos están llenos de estudiantes de nuevo ingreso buscando sus aulas, vamos camino a la dirección a recibir nuestros horarios acompañadas de Simón, desde el día de mi desmayo o "el evento" como le empezamos a nombrar hace tiempo, no me dejan ir sola a ningún lugar, cuando menos pienso mi energía se agota, y no puedo caminar, de repente me desmayo o empiezo a esparcir veneno por doquier, afortunadamente no he matado a nadie, pero es mejor evitar incidentes.
Recorremos todos los pasillo hasta dar con el lugar que estamos buscando, darla no deja de hablar y comentar todas las cosas que piensa hacer ahora que ya nos dejaran un poco más de libertad.
Al salir de la dirección la secretaria nos informa que tenemos que dirigirnos todos hacia el auditorio para que nuestro director nos de unas palabras de bienvenida, así que a paso rápido vamos hacía allá, apenas llegamos nos percatamos que ya están la mayoría ahí, el discurso ya ha iniciados así que solo alcanzamos a oír las últimas palabras donde nos deseaba éxito y que pusiéramos todo nuestro empeño para hacer de este año el mejor de todos.
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La última clase del día para mi desgracia me toca sola y ya voy bastante tarde para ser el primer día, cuando llegue al salón solo hay unas cuantas personas en sus asientos, pero lo que llama mi atención es el chico que está sentado en la última fila, incluso antes de verlo bien ya sabía quién era.
La misma corriente magnética que me atravesó la vez anterior empieza a emerger por todo mi cuerpo. Dason, grita mi mente, su cabello es un poco más largo que la última vez que lo vi, bueno que la única vez que lo vi.
La forma en la que la chaqueta se adhería a su musculatura hizo que todo mis sentidos estuviesen alerta inmediatamente, el magnetismo que desprendía hacía que quisiera ir directamente hacía él, pero los lugares cercanos ya estaban ocupados.
Me había quedado demasiado tiempo mirándolo, alzó la cabeza y pude apreciar por segunda vez el gris de sus ojos, ese gris profundo que no dejaba de atormentar mis pensamientos día y noche. Ese gris profundo que ya no había manera que saliera de mi cabeza, ese gris profundo que ya estaba grabado ahí y así quería que siguiera.