Capítulo trece

Subí corriendo a mi habitación, para llamar a Dason, contesto al segundo timbrazo ── Hola hermosa──. Dijo al teléfono.

A pesar de que ya teníamos tiempo hablando nunca había utilizado ningún apelativo cariñoso para referirse a mí, pero creo que el hecho de que ambos habíamos dicho el "te quiero", le daba la confianza para hacerlo.

── Hola. Guapo──. Dije mientras sonreía tímida.

── Ya te extrañaba──.

── Mentiroso a penas hablamos ayer──.

── Demasiado tiempo sin escuchar tu voz──.

── Una risa tonta escapo de mi boca──.

── ¿Qué pasa nena? ¿Todo bien? ── Su pregunta me trajo de nuevo a la realidad haciendo que recordara el motivo de mi llamada.

── ¡oh sí! ──Dije agitada. ── Estuve hablando con papa──.

── Ah sí──. Dijo sin entender aun de que hablaba.

── Sí, de lo que paso en Alion y la profecía──.

── ¿Qué hiciste qué? ──Comento exaltado.

──Tranquilo que no le dije nada. Solo le pregunte algunas Cosas y estando en ello salió el tema y me conto lo mismo que dijo tu hermano, intente saber más pero dijo que el que estudiaba la profecía a profundidad era mi abuelo──.

── Entonces tu abuelo nos puede ayudar──. Preguntó esperanzado.

── Cariño, mi abuelo murió hace años──. Dije triste.

No me di cuenta de cómo lo había llamado hasta que el preguntó.

── ¿Cómo dijiste? ──

── ¿Disculpa? ──. Pregunté.

──Repítelo──

── ¿Mi abuelo murió hace años? ── Pregunte sin saber a qué se refería.

── No lo otro, me llamaste cariño, repítelo──.

── ¿cariño? ¿Yo te llame cariño?──.

── Si lo hiciste──. Casi podía ver la sonrisa en su rostro. ──Ahora repítelo, por favor. Fue hermoso oírlo de tus labios nena──. Cada vez que me decía nena, se me aceleraba el corazón.

── Me encanta cuando me llamas nena cariño mío──. Dije consiente de que en esta ocasión lo había proclamado como MIO.

── Por supuesto que soy tuyo, en cuerpo y alma──. Contesto haciendo que hasta la última de mis hormonas se revolucionaran.

──Así como tú eres mía──. Nunca pensé que una declaración de ese tipo me llegaría a excitar de esa forma, pero que se tomara la libertad al igual que yo. de reclamarme como suya me volvía loca. ── Como me gustaría que me dijeras eso en persona──. Dije en un susurro.

── Y lo hare créeme, nada nos va a detener de estar juntos como queremos── Contesto con determinación en su voz. ── Ahora más que nunca estoy convencido de que encontraremos la forma de detenerlo──. Es declaración me recordó el motivo de mi llamada.

── Dason, como dije. Mi padre dice que mi abuelo estudio más a fondo todo el asunto relacionado al Punto de quiebre. Dice que lo escribía todo en bitácoras──.

── ¿las podemos leer──. Pregunto con esperanza.

── Ese es el problema. Todas quedaron en Alion cuando vinimos al exterior.

La biblioteca fue el primer lugar que se destruyó, así que no sabemos si están en buen estado o si se puede recuperar algo de ellos──.

── Tenemos que bajar──.

── Si tenemos que hacerlo, pero mi padre me lo prohibido──.

── Encontraremos la forma, si no bajare solo──.

── ¿Qué más pudiste averiguar tú? ──

── Aun nada, estaba a punto de ir a preguntarle a mi padre O a Max──.

── ok, entonces te dejo para que puedas ir a preguntar──.

── No espera, quédate conmigo un rato más. Quiero oír tu voz──.

── Está bien pero apenas terminemos la llamada vas con tu papa, le preguntas he inmediatamente me marcas vale──.

── Vale, ahora cuéntame ¿qué hace la Grumps más hermosa que habita el planeta tierra? ──Preguntó.

── Seguro eso les dice a todas. Dije fingiendo estar enojada──. Se quedó en silencio por tanto tiempo que hasta pensé que había colgado, tuve que echar un vistazo al móvil para asegurarme que no era así.

── Nunca en mi vida había sentido algo así, por nadie──.

── ¿cómo así? ──

── Así de intenso. Cada vez que pienso en ti cada célula de mi ser se revoluciona, siento que no puedo controlar lo que hago. Bueno ya viste que pasa cada que estamos juntos──. No se lo dije pero a mí también me costaba trabajo controlarme cuando
estaba cerca de él. Quería abrazarlo y jamás soltarlo.

Tenía ganas de tenerlo cerca y poder besarlo, y sabía que la próxima vez que lo viera no me podría resistir.

Duramos un rato más hablando de cosas banales, me gustaba conversar con él, era de charla fácil. Pero lo que más me gustaba de él era su forma de
coquetearme cada que tenía oportunidad, sutil pero hacía que mis mejillas se tornaran de un color rojo carmesí, sentía como mi sangre se calentaba con cada palabra que me decía.

── Necesito verte──. Dije sin poder resistir un minuto más.

── Yo también. No sabes cuánto necesito sentirte cerca── Contesto en un
susurro.

No supe como pero cuando mama me llamo para comer eran la seis de la tarde, teníamos todo el día hablando y ni siquiera lo habíamos sentido.