Capítulo 1

Ballet: técnica exacta de danzar cuyos movimientos se basan en el control total y absoluto del cuerpo, tiene movimientos precisos para representar sentimientos.

Por mi parte, siempre he pensado que es la vida misma. Solo que esta se expresa con el cuerpo, ella solo se muestra tal cual es.

Miras a una bailarina y te enamoras de su belleza, de la elegancia con la que mueve su pies, y adornas sus manos, los movimientos sutiles y el sin fin de facciones que hacen que la belleza sea fácil de admirar, pero, nadie sabe realmente lo que la belleza implica, nadie se imagina lo difícil que es llegar a un escenario y lograr expresar aquello que sientes. Todos ven lo que representas y si cometes un error, un mínimo error, eres juzgada. Sin embargo, no miran el trabajo tras aquella presentación. Nadie piensa en las cientos de horas que pasaste en un salón de ensayo, nadie piensa en las infinidades de veces que llegaste a casa metiendo tus pies en agua helada para que el dolor cesara y pudieras seguir bailando. Nadie piensa en los dolores en la columna, en la sangre en tus dedos, la falta de sueño, las caídas y los golpes. Nadie piensa en eso, nadie parece observar eso. Nadie entiende que has dejado tu vida en unas zapatillas, en donde la vida parece tan lejana como incierta.

Todo bailarín tiene su punto de quiebre, es el momento de tu vida en donde descubres que puedes estar acabado. Donde algún movimiento puedo causarte la mayor de las lesiones y perjudicarte. Grandes bailarines de la industria han tenido su punto de quiebre, desde la fractura de una pierna, hasta el decline total de su carrera. En el ballet esos son nuestros puntos de quiebre.

Si me hubieran dicho que la vida sería corta.

Si hubiera prestado atención al reloj, y aceptado aquella salida con mi amiga.

Si hubiera pasado menos horas ensayando y más con mi familia.

Si lo hubiera besado con tanta pasión y luego admirara a la persona que tomaba mi mano.

Si alguien me hubiera detenido, sería la chica que quería ser. Tal vez la música seguiría sonado, yo seguiría danzado y mis ojos continuarían abiertos.