Punto y coma ; una historia distinta

CAPITULO TRES

Algo me despierta por la madrugada, supongo que es la soledad y el vacío que a veces uno siente, supongo que es todo aquello que no expresamos, todas esas lágrimas que nunca dejamos que fluyan, todo eso que sentimos por alguien, todas esas personas que amamos pero por algún motivo ellos no nos responden, supongo que son todas esas posibilidades fallidas, todas esas ganas de estar con alguien de verdad, son todos esos sueños que por algún motivo nunca se cumplen y se transforman en pesadillas, son todas las ofensas que alguna vez recibimos, son todo aquello por lo que hemos rezado o pedido de corazón por que se cumpliera, son los recuerdos, son todo el rechazo, son todo el amor que a veces necesitamos de nosotros mismos y de personas cercanas, son todas las veces que fallamos y que nos fallan, son todos esos vacíos que sentimos en el corazón, son las personas que anhelamos, son todo lo que siempre hemos querido y que nunca hemos podido tener. Siento todo eso, y busco algo, no sé con exactitud que es lo que estoy buscando, pero de verdad esperó encontrarlo. Me abrazo fuertemente a mi almohada y vuelvo a sentir ese vacío, ese dolor que se apodera de mi ser, que puedo sentir como se adueña de mí, sintiendo que no merece la pena seguir aquí, ¿Para qué?, sintiendo que no tengo a alguien, teniendo esa gran necesidad, de verdad esa enorme necesidad, pienso, y pienso mientras trato de ver en la oscuridad y no sólo la de mi ser, la oscuridad de mi habitación, mis ojos se vuelven cristalinos, siento como poco a poco mi vista se nubla por las lágrimas, y comienzo a llorar, y lloro lo suficiente, lloro como nunca, lloro por todo lo que he pasado, por lo mucho que todo cambia, y trato de retener el llanto, lo retengo y solo grito internamente. 
Al parecer me quede dormido, pero no por mucho tiempo, suena mi alarma a las 5:00am  
Me preparo para meterme a la ducha, pero antes alisto mi ropa del instituto y todo para sólo salir de bañarme y ponerme mi ropa en seguida. 
Como siempre tengo que molestar a mi madre al pasar por su habitación, pero ella continúa dormida y planeo que siga así hasta que salga de ducharme. 

Salgo de las recámaras y me dirijo al baño, me desnudo y siento como el agua caliente se desplaza por mi cuerpo, siento como el agua cae sobre mí, como logra calentarme, y como mi temperatura de ajusta a mi ser. Tiempo después salgo con la toalla en atada a la cintura, y vuelvo hacía mi habitación, me preparo y me visto con el uniforme del instituto ya listo para salir recuerdo el móvil, recuerdo que había alguien misterioso escribiéndome, no lo había recordado, se me había ido la noción de lo ocurrido la noche anterior. Así que prendo de nuevo los datos  y veo mi WhatsApp: 

+Misterio._ 

No te vayas 
Ayer a las 11:14pm 
 

Al ver la hora sé que fue justo cuando apague los datos que me envió esos mensajes, así  continuó leyendo. 

Misterio._ 
No me había atrevido a enviarte mensaje hasta ahora, pero de verdad quiero saber como te encuentras. 
Ayer a las 11:14pm 

+Misterio._ 
Quiero seguir hablando contigo 
Ayer a las 11:16pm 

+Misterio._ 
La verdad es que te me haces sumamente interesante, e importante, y siento que no mereces nada de lo que ha pasado hoy, soy el culpable de que estés así 
Ayer a las 11:20pm 

+Misterio._ 
Por cierto, te vi en la cafetería, y no supe como hablarte, me dieron nervios. 
Ayer a las 11:30 
 

Al leer los primeros tres mensajes aseguró que es Rafa, pero eso cambia enseguida cuando leo el cuarto mensaje en especial la parte “soy el culpable de que estés así” eso me lleva a Leo, pero cambia nuevamente cuando leo quinto mensaje “te vi en al cafetería” y eso me lleva al chico hostigoso igual Susana  pudo haberle contado lo que me había ocurrido ayer en el instituto en el segundo que me distraje y quizás se sienta culpable por ello, y aunque no tenga nada que ver, sé que ese tipo de personas cree que todo gira alrededor de ellos y sienten que lo pueden controlar todo, ah, y que además todo ocurre por que no tienes sus “Brazos para protegerte”, sintiéndose culpables por algo que ni siquiera tiene que ver con ellos, así son las personas cuando creen que tienen todo tu interés cuando en realidad no tienen nada. Estoy molesto. 

Ahora entiendo porque me hablaba con tanto amor. 

 La verdad es que no se me hace justo esto, así que dejo la conversación en “Visto” la verdad es que ya no me importa saber de quién se trata ya sé quien es y no tengo ninguna ilusión con él. 
Me apresuró a desayunar algo, la verdad es que sigo pensando en el asunto de Leo, en cómo se comportaría hoy aunque para ser honesto no creo que cambie mucho, después de todo nunca me hablo ni nada de ese estilo y también me abro espacio en mi mente para pensar en porqué no me escribió Rafa, la verdad es que sabía que solo eran simples palabras, termino de desayunar y me apresuro a despedirme de mi madre, le doy un beso y salgo enseguida al transporte publico que va hacía instituto queda como a unos treinta minutos de casa, el tiempo se me a ido volando y voy un poco tarde pienso que es algo aburrido ir a clases a las 7:00am, es fastidioso. Pero disfruto de el sol, de como ilumina mi existencia, y la de todos los seres humanos, en como le da colores a la vida y su sensación tan especial que transmite, eso me tranquiliza. 

Dentro del instituto veo a Nadia y de nuevo se me acerca, la verdad es que esta vez no me cae de raro. 
—¿Que tal lo de ayer?, ¿Que te pareció?— la verdad es que no me esperaba esas preguntas 
—¿A que te refieres?— le digo, y es que es la verdad, no sé a que se refiere, ¿ella tendra algo que ver con lo de Leo?, ¿O con lo de los mensajes? 
—¡Ay!, no cariño, me equivoque —alza una ceja y corrige —Me refiero a como te sientes con lo de Leo, todos vimos como te dijo eso al comienzo de clase, ¿estas bien?—Lo dice con una burla y una falsedad increíble. —te iba a preguntar desde ayer pero andabas de un humor... que preferí no acercarme a ti—agrega  
—Estoy bien, no te preocupes, tengo que entrar al salón— y la dejo ahí parada y me retiro, sé que fui grosero pero ella lo es más. 

Me dirijo hacia el salón, y alguien me habla por detrás, me giro se trata de Leo, la verdad es que me siento sumamente enfermo avergonzado, no quiero saber de él, me pongo nervioso y no sé muy bien que hacer, siento que se me va la respiración, no puedo con todo esto, de verdad es horrible sentir que alguien con quién hablabas te quiera decir o echar algo en cara, me pasan miles de pensamientos por la cabeza 
—Oye...— es lo que logra decir, y a juzgar por mis pensamientos debo de traer una cara de asustado terrible. 
—Solo quiero...—Me incorporó antes de que pueda decir algo más. Y sé que debo de salir de ahí así que encuentro valor y le digo 
—Olvídalo Leo, no quiero saber más de ti.— y la verdad es que sí quería saber más de él, siempre voy a querer, pero en realidad es por él, él me lo pidió, así que no lo dejo terminar y me marcho, y continuó hasta el salón de clases. 

Al entrar año salón me incorporo en mi banca, la verdad es que me he prometido no pensar en el pasado, en Elena, en Brandon y en Ander, pero lo hago, pienso en todo lo que ocurrió y como fue todo eso... estoy pensando en ellos cuando observo a Rafa, ahí esta, distraído, siento algo de coraje porqué no me escribió como dijo, en eso veo que me esta viendo y yo no he dejado de mirarlo, al percatarme de me ve, me agacho y a juzgar por lo que siento estoy algo rojo, que pena me vio que lo estaba viendo. 
Me hago el disimulado y trato de no ponerme triste por lo de Leo, pero no es así, me vuelvo hacía el para verlo y ahí esta él, pero lo extraño es que me esta observando, se ve algo triste, pero no sé que ocurra. 
Veo entrar al profesor de Álgebra, y a Nadia junto a él, al parecer le esta diciendo algo al profesor, no se que sea pero el profesor parece algo preocupado, tiempo después se incorpora a su asiento y el profesor da su clase. 

Antes de salir de clases me habla Rafa, y me sonríe, la verdad es que tiene una hermosa sonrisa, su barba es espectacular, sus ojos son tan lindos, brillan como hace tiempo no brilla nada en mí 
—¿Cómo sigues?, ¿Que tal todo?—Me dice con una sonrisa enorme 
No me escribiste ayer, estuve esperando tu mensaje, te aseguró que eso me habría hecho sentir mejor, me habría gustado algún mensaje tuyo. 
—Todo bien, he tratado de superarlo 
—Que bueno, me alegro. 
¿Por que no me escribiste?, me habría gustado preguntarle, pero me habría visto muy extraño, como si de verdad me importara lo suficiente y eso sería extraño para él y para mí. 
—Que bueno, me alegro muchísimo. 
Y sin más me da un abrazo y ese abrazo lo cambia todo, me cubre de mis miedos, me cubre de cualquier daño que se haya podido inventar, de todo, de todo el mal que he hecho y que me han hecho, me protege y no sólo del mundo sino que se mi mismo, me da una gran comodidad, me habría gustado que eso durará más, habría hecho cualquier cosa porque hubiera sido así, pero se va. Y yo también me voy. 


Llegó a la cafetería y y esta ahí es él y no lo quiero ver, es decir no me gusta que las personas se aferren, es decir, por favor, hay que saber cuando alguien no quiere nada con nosotros otros. La verdad es que es guapo pero a mí no me agrada. 
—Nunca me respondes—Me lo dice con un todo molesto. 
La verdad es que hago que no escuchó y me voy con Susana, y me visto enseguida, me pongo mi ropa de trabajo. 
No se en que momento se va el chico, se me pasa el día volando 
Al final de la jornada del trabajo le digo a Susana 
—¿Por que le has dado el número al chico que no me gusta?—Se lo digo realmente molesto, y es que realmente lo estoy 
Se queda en silencio por un momento pero luego trata de decir algo pero yo no la escuchó, salgo enseguida y me dirijo hacia el trasporte, se irá sola, y es que estoy muy molesto con ella 
Mi móvil suena y lo saco en seguida mientras esperó al transporte se trata de una notificación de WhatsApp, abro la app y aparecen los chats 

Misterio._ 
Hola, hoy no has querido hablar conmigo... 


Es lo único que alcanzó a leer, y veo que ya tiene una foto de perfil fijada, presionó la foto y no se trata del chico del la Cafetería, la foto tarda en cargar... 
Estoy esperando a que cargue la foto cuando siento como algo puntiagudo se trata de introducir a mis costillas 
—¡DAME EL CELULAR! —, me dice una voz 
La imagen carga, estoy seguro que no es el chico de la cafetería 
—¡DAME EL PUTO CELULAR!—Insiste la voz, y sin más se lo doy, se trata de alguien que no conozco, alguien que sólo tiene que despojar a otra persona de sus pertenecías sin tener que hacer nada más.  
Me dice que no volteé, y no lo hago. 
Me robo mi móvil, estoy furioso y asustado, no puede estar peor esto, me siento mal. 
ESTO ES HORRIBLE AUTOR. 
 




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