Punto y coma ; una historia distinta

CAPÍTULO SEIS


Sigo impactado por lo que acaba de suceder, es horrible sentir como alguien te puede arrebatar lo que quiera y cuando quiera. Siento una extraña sensación, hasta que me echo a llorar, y no sólo lloro por que soy débil, también es porque siento coraje y porque no sé que hacer, decido finalmente ir al transporte.

Llego a casa y veo a mi madre sentada, en cuanto me ve hace una tremenda cara de preocupación supongo que mi cara debe de estar triste porque me abraza en cuanto llego a ella, y le digo lo que ha ocurrido y ella me dice que lo de menos es el celular, que eso se puede sustituir, pero no a mí, que se habría muerto si me hubiese pasado algo más

Me recuesto en mi cama, y no quiero saber más del asunto y de nadie, sólo quiero desaparecer, desvanecerme, no existir por un instante, estar en armonía conmigo mismo, y me quedó dormido.

Vuelve a mí esa sensación por la madrugada, esa de extrañar algo, de querer ser importante para alguien, de querer que todo se mejore, de querer ser un poco mejor, esta vez me e despertado llorando, puedo sentir cada latido de mi corazón y mi pulsación sanguínea, puedo sentir como un extraño frío recorre mi cuerpo, ese frío me hace sentir distinto, me hace sentir solo, vacío, me hace sentir como si estuviera en una situación en la que no quiero estar, no quiero sentir eso, así que me cobijo y me abrazo con todas mis fuerzas a mi cobija. Puedo sentir como algo se quiebra dentro de mí, y no sólo por lo del móvil, sino que hay veces en la que sólo colapsamos al darnos cuenta de lo jodidos que estamos, de que no tenemos a alguien, de que siempre con la persona que queremos no puede funcionar, de que todos los que  se aburren nosotros, del fracaso de persona que somos, y pides al universo, a Dios o al destino que cambie eso, que de un giro importante tu vida, suplicas que todo mejore y que te de un motivo para seguir viviendo, debí quedarme dormido hasta que sonó la alarma, me preparo y me voy al instituto.

Llegando al instituto me encuentro con él, lo observó, aun sin ganas. No sé muy bien que expresar o que sentir, o como hablarle siquiera y como siempre me dirijo hacia mi banca y me siento en lo que llega el profesor, lo veo a él, él sólo me sonríe y esa sonrisa cambia algo en mí, puedo sentir como algo por en mí brilla o al menos eso lo intenta. 
Del otro lado también observó al otro él, y decido verlos así porque quizás uno de ellos dos pueda ser mi "él", pero el sólo me ve con algo de tristeza, o arrepentimiento, la verdad es que no sé como representar esa cara que trae.

Finalmente llega Nadia, creo que hay tenido alguna discusión, y se esta escogiendo justo hacía mí. 
—Necesito que me ayudes — dice finalmente 
—¿A qué?— le digo con algo de pesadez 
Sólo me toma de la mano y me jala hacia afuera del salón de clases 
—¿Ves al tipo de allá?— me dice retorciendo la boca. 
—Sí, ¿él qué?— el tipo es algo alto, se ve que es algo rudo y tiene uno voz algo agradable, creo que es de otro grupo, no sé, no lo había visto nunca. 
Ella toma su cabello, le da una pequeña vuelta en forma de coqueteo se asegura de que la vea y me besa frente a él, no alcanzó a ver su reacción, sólo lo hace y yo la odio por eso 
La alejo enseguida 
—¿¡Que mierda te pasa?! 
—Es mi novio. 
—¿¡QUÉ?! 
Lo observó y el viene hacía acá, estoy nervioso, ¿por que me tienen que pasar este tipo de cosas a mí? 
El viene muy furioso decidido a golpearme 
—¿¡POR QUE LA BESAS, PEDAZO DE MIERDA?! 
—Yo... Yo-yo— sólo me quedó ahí, no puedo continuar, no puedo reaccionar. 
—¡DEJALO EN PAZ!—Me ha defendido alguien, con los nervios no puedo reconocer la voz. 
Él se para frente a mí y empuja al chico que según es el novio de Nadia 
Nadia se interpone en medio de su supuesto novio y de él 
—¡CALLADITO!—le dice Nadia—¿Crees que tu puedes hacer lo que quieras sin que tengas algún día que pagar? 
El chico no alcanza a decir nada, ya que Nadia le da un golpe en la zona baja 
—Y eso es porque a mí nadie me ve la cara, ¿me escuchaste mi amor?—el chico esta de rodillas y ella sólo lo besa y se va. 
—Ah, y por cierto, si me vas a engañar, asegúrate de que no sea yo quién envíe a la persona Pero bueno cariño, no te preocupes, que yo no recojo basura. 
Y sin más se va Nadia hacía el salón 
Él sigue conmigo, me mira y me pregunta si me encuentro bien, me toma del rostro y me sonríe, es algo lindo, no esto que está pasando, sino él. 
Asiento con la cabeza, pero antes de entrar me toma del brazo 
—¿Por que no me respondiste ayer mis mensajes?, estuve esperando que me respondieras, ¿estás bien? 
Me dice con algo de preocupación 
—Me robaron el móvil mientras iba a casa. 
—¿Estas bien?— me mira y por un instante olvido al tipo que se quedo llorando y todo lo ocurrido 
—Sí, estoy bien, no te preocupes. 
—¿Seguro? 
—Sí 
—Tengo algo que decirte...— me lo dice un tanto serio. 
—Aquella vez en el salón de clases... El día que te grite frente a todos... 
—No estoy interesado en saberlo.— y me voy hacía mi banca. 
Él me sigue y me dice 
—Nadia me tiene amenazado—Lo miro y creo que esta diciendo la verdad. 
—Me encontró unos mensajes contigo, y me amenazo con mostrárselos a mis padres, no sé como es que consiguió entrar a mi WhatsApp, no tengo idea de comida lo hizo — me explica mientras yo, trato de asimilar las cosas y recordando lo que ocurrió esa vez, y logro recordar que ella sólo miraba antes de que él me gritara todo eso. 
—Entiendo, vale, no te preocupes — la verdad es que lo trato de asimilar, la verdad es que no me sorprende 
Me toma del brazo, y me mira a los ojos 
—Lo siento mucho, por favor perdóname — y se le salen un para de lagrimas 
—No pasa nada, está todo bien— le digo y le envió una sonrisa 
Llega el profesor y se retira de mi lugar y se va a sentar con su grupo de amigos.




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