Este universo no nació como los demás. Su historia es distinta a cualquier otra que hayas leído, escuchado o imaginado. Desde el primer instante en que emergió de una rama perdida del multiverso, fue acechado por una sombra implacable. La oscuridad, pura e infinita, devoraba galaxias enteras, reduciendo civilizaciones a polvo estelar. Nada parecía detener su avance… hasta que aparecieron ellos.
Cuatro seres celestiales, tan antiguos como el tiempo mismo, se alzaron contra la oscuridad. Se les conoció como los Elementales. Cada uno representaba un pilar fundamental de la existencia: fuego, tierra, agua y aire. Durante eones lucharon contra la oscuridad en una guerra que desgarró los cielos y quebró mundos. Pero con el paso del tiempo, comprendieron una verdad innegable: la oscuridad no puede ser destruida.
Ante lo inevitable, tomaron la única decisión posible. Canalizaron toda su energía restante y sellaron la oscuridad en un artefacto prohibido: el Anillo Oscuro, un objeto tan poderoso que su sola existencia amenazaba el equilibrio del universo. Lo escondieron en el lugar más inesperado, en un rincón olvidado del planeta más joven y lleno de posibilidades: la Tierra.
Pasaron los milenios. La vida floreció. Los primeros humanos, aún primitivos, comenzaron a evolucionar. Tallaron herramientas de piedra, pintaron las paredes de sus cuevas, y aprendieron a cazar en grupo. No sabían que habitaban un mundo tocado por lo divino. Los Elementales, ya sin propósito, dividieron su esencia en cuatro anillos elementales, cada uno portando la mitad de su poder original. Esos anillos fueron esparcidos por la Tierra, ocultos a los ojos de los mortales, destinados a preservar la magia.
La otra mitad de su poder fue liberada sobre el mundo. Se esparció como polvo invisible, fundiéndose con la sangre y el alma de los humanos. Así nacieron cuatro linajes: los Hijos del Fuego, los Hijos de la Tierra, los Hijos del Agua y los Hijos del Aire. Aunque cada grupo poseía dones distintos, vivieron en armonía, como uno solo, unidos por un propósito mayor.
De entre todos, surgieron los más poderosos: un representante por cada elemento. Se les llamó los Cuatro Padres, y el mundo los eligió como líderes, guardianes y protectores de la nueva era.
Lo que nadie sabía… era que la oscuridad aún dormía.
Y que algún día, abriría los ojos.