Observar a las personas no es algo que me moleste en absoluto, soy muy perspicaz, disfruto realmente de hacerlo. Siempre que observas a una persona, primeramente, encuentras cualquier defecto antes que su forma benévola de ser. Pero cuando ves detenidamente encontraras que no solo tiene un defecto si no cientos y que hay algo que distingue a esa persona, no es un defecto, es quizá su sonrisa, su manera de expresarse, sus ojos. A mí me encanta ver los ojos de las personas, porque, aunque tu cuerpo exprese otras cosas, tu habla, tus manos, tus pies lo hagan. Tus ojos siempre delataran lo que sientes, la emoción que cruza por tu mente y cuál es el sentimiento que te sucumbe.
Eso que hace a una persona, lo que llama nuestra atención de inmediato, puede ser cualquier cosa más nunca nada, pero esta ahí a la vista.
Todos tenemos algo que entre muchos nos distingue. Mis ojos, siempre atrapan a las personas por mucho que huyan en sus demonios.
Podrá haber 7,951 miles de millones de personas, y todas me siguen pareciendo iguales, rutinarios y tristes, conformes con lo poco y desperdigados de consumismo.
Se que dije que siempre hay algo que distingue a cada persona, eso seguirá siendo cierto, pero lo que estoy diciendo ahora es que, aunque eso los haga sobresalir "no llama mi atención" como debería de ser con cualquiera cuando alguien resalta. Como cuando te gusta un chico o chica. Solo ves perfección en ellos, aunque haya más defectos que un político hablando. Solo encuentro lo que toda persona quiere ver, lo que muestran, y son. Pero siguen siendo personas, las rutinarias y esclavas de la vida. Las que respiran y ven el mundo a su manera, las que trabajan y van a clases porque no les queda de otra, y todo, todo, nos sigue convirtiendo en personas. Una cosa, una partícula de miles. Algo de nada.
Pasado
- Ey Levana! - Una voz conocida se escucha por el pasillo del instituto haciéndome girar. Salude con una enorme sonrisa y un abrazo al ver a uno de mis mejores amigos. - Dónde están las chicas? – pregunto finalmente.
- ¡Uuh! No lo sé, recién llego al insti – me encogí de hombros – El padre de Maya la castigo con no usar el auto hasta nuevo aviso por lo de la fiesta del viernes, así que, hoy no tuvimos transporte.
- No me sorprende, tremenda borrachera que se tenían encima – Arthur se ríe recordando como terminamos vomitando hasta nuestros pecados. Golpeo su brazo para desquitarme - ¡Bueno yaaa, dale! Iré a mis clases pequeña, te quiero - Besa mi mejilla y lo veo alejarse por el pasillo contiguo.
- Igual te quiero gorila – grito para avergonzarlo un poco. Cuando veo sus mejillas sonrojadas sonrió triunfal.
Me giro sobre mis talones metiendo y sacando de mi casillero los libros que utilizare las siguientes horas. Al cerrar mi casillero un Dylan con un pequeño puchero aparece detrás.
- Hola Lev- Me saluda con duda. Lo mire con total neutralidad- Escucha, lo siento por no llegar a nuestra cita del sábado. ¿Ok? Tuve un par de problemas y no pude avisarte.
- Si, bueno, espero que todo esté bien. Te perdono - Contesto despreocupada, pues realmente lo estaba.
- Así de fácil? - Articula sumamente sorprendido, por mi desinterés.
-Sí, pero si me disculpas tengo cosas que atender, ya no me hagas perder mi tiempo- dando pequeñas palmadas sobre su pecho camine pasando de él.
-Oye no! - Toma mi brazo y tira de el para que pueda mirarlo- Quiero tener otra cita, lo lamento de verdad.
- Se que lo sientes. Pero no. Además, puedes conseguir a cualquier chica - Hago un guiño y muestro mi mejor sonrisa. Me separo de él lentamente aun teniendo contacto visual y doy media vuelta para entrar a mi clase.
Nunca he tenido una "relación" lo digo en comillas porque, aunque las llame así, nunca hubo algo que me permitiera quedarme en ellas. He soñado demasiado en conseguir a ese chico especial. No el de un libro. Porque a pesar de que he leído tantas novelas como respiro eso me hace ver a las historias de amor como algo común, cliché, trivial y aunque intente ignorar ese hecho, me es difícil entender que jamás tendré algo especial, ya nada me sorprende, ningún chico lo hace.
Esta la historia:
*” Del chico malo que molesta a la inocente chica y que al final se enamoran”. Esto sinceramente es una mierda. ¿Quién se deja tratar mal y después se enamora? (A eso se le llama masoquismo)
* “La de el idiota que choca con la chica y todos sus libros quedan esparcidos por e suelo” No sé cómo puede funcionar esto. ¿Acaso es destino?
* “La del chico popular que cumple una apuesta con la nerd de la escuela y que al final se enamoran”. ¿Porque aceptarías ser parte de un juego? No sé cómo pueden perdonarlos, en la vida real esas cosas no pasan chicas.
* Los que son amigos y siempre se han gustado>Dios solo besénse<
* “La del chico que siempre estuvo enamorado de ella y que hace cosas para que ella sepa de su existencia, pero ella le odia”. Vayan al grano chicos, hay poca vida y poco amor en el mundo.
* “A los que obligan a estar juntos y al final se enamoran”. ¿Por favor, como es posible esto?