Al llegar a mi habitación me tiré en la cama mirando el techo, con la mirada perdida mientras se me escapaba un suspiro.
-No puedo soportarlos más- dije sin ganas de seguir con la conversación -si no es una cosa es la otra, pero los tengo encima en todo momento.
Mi amiga Sonia viene detrás de mí tumbándose en la cama de costado, mirándome con cara de compasión.
-Keyla pero son tus padres, los míos también son un fastidio pero que vamos a hacer- Sonia me puso sus almendrados ojos color miel en blanco.
Como hace siempre, intenta darme ánimos con mis problemas.
-Bueno, tu solo recuerda que esta noche tenemos el concierto del grupo de Lucas.
-Es verdad, casi me había olvidado- dije a la vez que me golpeaba la cabeza. No sé cómo podía haber pasado por alto el concierto de Lucas. Por primera vez iba a actuar con su grupo en un concierto donde le pagaban y estaba muy orgullosa de él.
Lucas es mi mejor amigo desde que tengo uso de razón, es el hijo de los mejores amigos de mis padres así que nos criamos juntos. Ahora toca el bajo en su grupo de rock/alternativo y no podía faltar a darle ánimos, sin olvidar que Sonia llevaba mucho tiempo loca por sus huesos -Tengo muchas ganas de verlos, además, Félix me dijo que nos veríamos allí.
-Todavía no entiendo como acabaron juntos ustedes dos - Sonia rompió a reír moviendo su pelo lacio a los lados - ¿sabes que vales mucho más que él verdad?- le veo esa sonrisa de lado que saca siempre cuando intenta molestarme.
-Lo se lo sé, pero hay poca gente que me soporta ¿verdad? - agarré la almohada y empecé a darle con ella entre risotadas.
-Vale, vale, ya está, creo que es hora de irme a casa, me tengo que preparar para estar lo mejor posible, ya sabes...- miró al suelo ruborizada y se perfectamente que se trata de Lucas.
-Sí, si claro, anda vete, pero avísame cuando llegues a tu casa para quedarme tranquila.
Acompañé a Sonia hasta la entrada de casa y cuando se fue me apoyé en la puerta de espaldas dejándome caer lentamente hasta el suelo. No tenía muchas ganas de aderezarme para el concierto pero tenía que salir de casa antes de que volviesen mis padres del trabajo, no podía encontrarme con ellos porque eso acabaría de nuevo en discusión y me impedirían salir de casa por la noche.
-AHHHHH- grité intentando desahogarme del nudo que tenía en la garganta al pensar en ellos.
Siempre intentaban que acatase unas normas sin sentido porque les disgustan las personas con las que me he rodeao en los últimos meses. Mentiría si dijese que no había transformado hasta mi propia personalidad desde que cambié de instituto, pero yo no veía las cosas como ellos y mucho menos soportaba que me dijesen con quien podía o no podía estar.
Me levanté y fui directa a mi armario pensando que podía ponerme para el concierto, pero no encontraba nada que me gustase. Acabé agarrando lo primero que vi, unos vaqueros de tiro alto con una camiseta de una sola manga a rayas blancas-negras y como no podían faltar nunca, mis converse negras. Las pobres ya empezaban a tener demasiada historia, estaban bastante sucias y se podía ver como se formaba un agujero en los laterales al romperse la goma que cubría la suela.
Justo cuando iba a entrar en la ducha para comenzar ha arreglarme empezó a vibrar mi móvil y leí su nombre en la pantalla.
-Hola guapo- contesté con una sonrisa en mi cara. No había hablado con Félix desde hacía dos días y ya le echaba de menos.
-¿Nos vemos esta noche en el parque verdad? Tengo ganas de verte- respondió.
-Por supuesto, estaba para prepararme ahora mismo. ¿Quieres venir a ayudarme?- escuché su risa a través del teléfono, siempre me ha gustado escucharle reírse.
-No me lo digas dos veces que sabes que me presento en tu casa
-Pero mira que eres...- me eché a reír - entonces nos vemos después, adiós, te quiero.
No le di tiempo a contestarme y colgué la llamada. Sabía lo que venía después de esa respuesta y prefería guardarme las ganas que tenía de él cuando le tuviese delante. Si me preguntasen ahora mismo que es lo que me atrae de Félix contestaría que todo y nada a la vez, o quizás que no sabría responder a eso puesto que el tiempo que llevábamos juntos siempre estábamos bien, pero no nos contábamos gran cosa de nuestras vidas o intereses.
Cogí el conjunto que había escogido, me puse mi lista de reproducción de música y me metí en la ducha para empezar a preparme. Solo tardé cerca de una hora y media en estar lista. No es fácil arreglarme teniendo el pelo como una esponja, siempre con la plancha en la mano para poder estar decente y al tener el pelo que me llegaba hasta la cintura no era trabajo fácil poder adecentarlo. Cuando terminé, agarré mi mochila y salí de mi casa dirección a casa de Sonia, que vivía cerca del parque donde tendría lugar el concierto.
-Sonia soy yo, Keyla ¿vamos?- pregunté a través del telefonillo de su casa donde se escuchaba una risa de fondo.
-Anda sube que aquí están Lorena y Marta.
Subí las escaleras y al llegar a la puerta de su casa noté como se me tiraban unos brazos encima. Al conseguir darme la vuelta me encontré con los preciosos ojos verdes de Marta que me miraba con una enorme sonrisa en su rostro.