Capítulo 2

Camino por los pasillos rumbo a mi clase mientras pienso en la conversación que he tenido hace unos segundo con esa chica tan rara que por alguna extraña razón no sale de mi cabeza. Es raro que ella no... No le he dado miedo, directamente me ha retado y sin temer consecuencias y gracias a eso, ha visto que no soy como aparento, como todos piensan que soy, o eso espero. La verdad, me preocupa un poco lo que ha dicho, ya que yo solo conozco a una sola Daria, el nombre es raro, comparado a los que hay por aquí...

-Apartaos de mi camino basuras- oigo gritar a la chica, según la gente, más insoportable del planeta- ¡Diego!- se acerca a mi y me abraza.

-Daria -la aparto- ¿Qué te he dicho del espacio personal?

-Perdón Dieguito, pero es que te quiero muchoooo.

¿Cómo la gente define a Daria? Dicen que es una chica que solo busca llamar la atención, que se ha tirado a todos los chicos "guapos" del colegio, bueno a casi todos y es falsa ante todo el mundo excepto con las personas en las que confía, siempre critica a las personas antes de conocerlas y es una cría mimada que se cree superior a los demás porque tiene un ego que ni le cabe en el cuerpo. Según las personas, es algo inhumano que ella sea... mi mejor amiga. Todos piensan que es una tontería surrealista ¿cómo va a ser la chica más popular y guapa del instituto amiga de alguien tan frío como yo? Fácil, la conozco desde que somos pequeños y sinceramente, esa chica es divertida y genial, no es como la describen los demás. Los demás son los demás, no saben nunca nada, pero critican sin control.

-Ya, ya, pero mi espacio es mi espacio Dari- le paso la mano por el pelo y ella gruñe.

-Eres un seco- me encojo de hombros y medio sonrío.

-Wow ¿buen día?- otra que tal.

-No se, me ha apetecido sonreír- entonces recuerdo la conversación con esa chica extraña- oye, una nueva me ha dicho que tenga cuidado contigo- ella me mira y se ríe.

-Creo que te refieres a África, ella es... mi prima- se encoge de hombros.

-Nunca la había visto.

-Ha estado viviendo en el extranjero todo este tiempo, es como mi hermana, pero no me gustaba hablar de ella porque la echaba de menos- Daria a veces me sorprende, parece una chica fuerte y que puede derribar a cualquiera, pero es un trocito de pan.

-Ay Dari- la abrazo- mira que eres sensible a veces.

-Y quien fue a hablar, me estás abrazando- se ríe.

-Pero lo que no entiendo es porque me dijo que tuviera cuidado- en ese momento se aparta de mi y empieza a dar saltos.

-Mi madre me deja ser la modelo de su próxima línea de moda- chilla, ya se porque me dijo que tuviera cuidado, cuando Daria está muy feliz es insoportable.

-Cuidado con mi oído- le reprocho.

-No seas quejica- después de decir eso se va corriendo hacia su grupito de amigas mientras chilla un "hasta luego".

A Daria le llaman muchas cosas, falsa, muñeca de plástico, barbie, rubia de bote y otros insultos más elevados que no pienso repetir, pero la verdad es que es todo lo contrario. Ella es una experta en matemáticas y nadie le gana en las discusiones, es muy... manipuladora y te partes de risa con sus malos chistes. Eso si, ella te tiene que tener confianza para mostrarte esa parte de ella. No tengo nada en común con ella excepto una cosa, la música. La verdad es que no se porque nos llevamos tan bien, ya que según la gente somos muy diferentes, pero eso es porque no nos conocen.

-Tío- me llama Adrián cuando entro en clase de historia y oye los gritos de Daria detrás mío- no comprendo como te llevas tan bien con esa muñeca falsa- ruedo los ojos y le doy un golpe en el hombro.

-Te he dicho mil veces que no hables así de ella cuando no la conoces- me siento a su lado.

-Ya, ya, pero es que es una...- le tapo la boca antes de que siga hablando.

-No digas eso tío, te puedo pasar que le digas muñeca falsa, barbie o cualquier cosa de esas, pero no esas palabras mayores ¿ok?- le quito la mano de la su boca- ninguna chica se merece que la llamen así.

-Hoy estás muy sobreprotector- me encojo de hombros y no vuelvo a hablar durante el resto del día, ya es algo normal.

África... el nombre de esa chica sigue rondando mi cabeza. ¿A quién se le ocurre llamar a su hija así? No digo que no sea bonito, pero no es el primero en el que pienso si tengo que elegir un nombre, le pega más Elena, aunque no es un nombre que esté a la altura de su belleza, sinceramente, África es perfecto... ¿Cómo sabía que yo era amigo de Daria? seguramente porque ella se lo dijo, ¿pero cómo me reconoció? debo hablar con Daria sobre que puede contar a sus amigas y que no, porque aunque yo la quiera mucho, ella es una bocas y encima le debe de haber enseñado alguna foto mía, ay dios, que no sea la del Halloween del año pasado.

Acabo las clases y me despido de Adrián antes de salir corriendo del instituto, no necesito quedarme por aquí más tiempo del que debo, giro en la esquina y me dirijo hacia mi casa...

-Hey, cuidado- me dice la persona con la que me he chocado.

-Lo siento- estoy en el suelo y hasta que no pasan unos segundos no me doy cuenta de quien está delante mío.

-¿Me vas a ayudar o no?- ella iba en un skate, y por eso hemos acabado los dos en el suelo. Me he quedado en shock al verla, seguramente debe de pensar que estoy demente.

-Claro- le ayudo a recoger sus cosas que están esparcidas por toda la acera- lo siento, no miraba por donde iba.

-Has aparecido de la nada, no me ha dado tiempo a girar.

-Ya...-  África vuelve a subirse a su skate y desaparece de mi vista otra vez, es como un fantasma, aparece de la nada y se va igual.

Que chica más extraña.

Y mira quien fue a hablar... ¿Qué haces pidiéndole perdón? ¡en teoría eres una persona fría que no hace eso!

Solo estaba siendo educado.

Ya, ya, lo que tu digas, pero que no se repita.