Capítulo 4

-Come, come, come- oigo que dice mi madre a mi hermanita.

-Mama, así no se hace- le quito la cuchara con comida de las manos y me la meto en la boca, las dos me miran sorprendidas.

-¿Pero qué haces, Di...- ella para de hablar cuando se ve interrumpida por los llantos de Irene- ¿y tú por qué lloras?

-Era mi comida- contesta entre sollozos, sonrío triunfante.

-Pues la próxima vez te la comes a la primera o me la comeré entera- vuelvo a llenar la cuchara con el puré este raro que la verdad sabe bien y en seguida veo como mi hermana la coge y se la mete en la boca a regañadiente.

-¿Contento?- pregunta ella con la boca llena.

-Más de lo que te imaginas pequeña- le doy un beso en la frente y cojo mis cosas.

Hoy solo he dormido dos horas ya que me desvelé leyendo sin darme cuenta, solo me fui a dormir porque ví que ya eran las 4 y dentro de dos horas amanecería, eso no me lo podía perder y necesitaba por lo menos un par de horas de sueño para no parecer un zombi. Llevo mucho tiempo sin dormir más de 8 horas, que es lo recomendado a mi edad, pero me da igual, me encanta mi rutina de leer, dormir un poco y ver el amanecer lleno de color que me causa la primera sonrisa del día.

-¿No desayunas?

-Nop- digo y salgo por la puerta casi corriendo.

Ahora que recapacito, yo nunca desayuno, no entiendo porque me siguen preguntando si ya saben la respuesta, me imagino que será costumbre, no se o a lo mejor esperan que algún día les diga que sí, ya que antes me encantaba desayunar en familia, antes. Camino despacio, en realidad tengo mucho tiempo antes de comenzar las clases, me quedará como media hora, pero quiero llegar pronto hoy.

Miro el suelo. Es gris, un color intermedio entre el negro y el blanco, no me gusta, me recuerda a las veces que nos dicen que no nos debemos quedar en los colores principales de la vida, sino innovar y ser grises. Eso, para mi, no es ser original, es ser como el resto, porque ahora todos quieren ser diferentes convirtiéndose en gris ¿por qué no puedo ser rojo? ¿o azul? No se ni lo que significarían esos colores, me imagino que algo malo y algo bueno, incluso queriendo hacer algo nuevo, sale lo mismo de siempre. Solo hay cosas buenas y cosas malas, no hay intermedio original.

Llego al instituto y entro encontrándome con... nadie, no me extraña, solo un loco llega a esta hora. Aún quedan 20 minutos para empezar y yo estoy aquí sin tener nada que hacer, ni tengo a nadie con quien hablar así que creo que es mejor dar una vuelta. 

Camino mirando a todos lados, percatándome de todos los detalles de este edificio, desde los colores de las paredes y las diferente taquillas que hay por el pasillo, cada una decorada de una forma, lo se, raro. Este instituto siempre quiere imitar a los americanos de las películas poniendo fotos en sus taquillas y haciendo bailes de fin de año, patético. Porque en realidad solo somos una copia barata de lo que es en realidad, ¿no podemos intentar crear algo nuestro en vez de querer imitar a otros? Se ve que la humanidad cada vez tiene menos imaginación y su única aspiración es llegar a ser la copia de alguien que sí fue diferente y destacó ante los demás.

Entro al gimnasio rezando para no encontrarme al profesor de educación física, porque me han dicho miles de veces que él, literalmente, duerme aquí y pocas veces sale, la verdad, no se donde duerme. Solo quiero hacer tiempo hasta que empiecen las clases dando vueltas por el instituto, pero como un profesor me pille...  Con cuidado observo todo y me escondo al darme cuenta que hay alguien sentado en una esquina con lo que parece ser un libro, inusual...

Me acerco más, pero no mucho para que esa persona no se de cuenta, lo último que quiero es que me arresten por espiar a alguien. Cuando estoy lo suficientemente cerca, puedo comprobar que es África la que está leyendo poniendo caras raras otra vez, ¿siempre lo hace?

Creo que ella es una de esas personas que si en un libro pone "Y abrió mucho los ojos como platos" o "Fruncí el ceño" lo hace imitando lo que está escrito. No entiendo porque la gente hace eso, no tiene sentido, encima, quedas ridículo si alguien te ve haciendo todas esas caras raras.

Es que ella no piensa que alguien le esté viendo, idiota.

Cállate conciencia estúpida.

Soy más inteligente que tú, admítelo.

Nunca.

El timbre suena y ella levanta la vista de su libro, yo rápidamente me escondo detrás de una columna y muy despacio me meto en el vestuario de los chicos, parezco idiota, ¿por qué siempre acabo viéndola desde las sombras? Cuando ya pasan 5 minutos, salgo corriendo intentando llegar a tiempo a clase, he perdido la noción del tiempo mientras la observaba.

Ejem, ejem, como un pervertido, ejem.

Te he dicho que te calles.

Pues no quiero.

Voy por los pasillos lo más rápido que puedo y paso por mi taquilla primero porque tengo que coger los libros antes de ir a clase. Cuando los tengo vuelvo a correr en dirección a clase de historia y llego justo a tiempo, un segundo más y me hubieran puesto un retraso.

-Tío, ¿dónde estabas?- me pregunta Adrián cuando me siento a su lado.

-He salido tarde de casa, he venido corriendo- miento. Se que es mi mejor amigo, pero yo suelo contarle las cosas cuando creo que son de suma importancia, no que casi llego tarde porque he estado observando a un chica desde lejos por segunda vez.

<<Como un pervertido>>

Ignoro a mi conciencia y me centro en la case lo máximo que puedo, pero debo admitir que no me interesa la sociedad y el principio de la primera guerra mundial, todos están muertos. Miro a la ventana y observo a los pájaros, creo que esto ya se me ha vuelto una costumbre y la verdad, me gusta bastante, pero...

-Señor Miller, se que tal vez no le guste mi clase- ¿solo tal vez? su clase es un rollo- pero por lo menos podría intentar fingir que presta atención.