La miro, es tan bonita, con sus ojos azules como el mar, tan brillantes y preciosos, la forma en la que arruga la nariz y sonríe al mirar el cielo, y como toda ella se ilumina al contemplar las estrellas. ¿Desde cuándo es tan hermosa esta chica? Sacudo la cabeza y dejo de mirarla, me levanto y cojo la madera que fuimos recogiendo durante el camino viniendo hacia aquí y la junto toda para con una cerilla, obvio, encender una hoguera y así no estar tan a oscuras.
-¡Fuego!- grita mi amigo y va directo a el, la verdad si que hace frío, no me había dado cuenta de que seguía en bañador.
-Que friiiiiioooooo- dice Daria y todos asentimos, nos acabamos de secar y ponemos ropa normal.
-Que bien se está así- comenta mi hermana y saca su bocadillo- me sabe mal no haber invitado a Eric- asiento.
-Pero ya sabes que estará en Inglaterra de intercambio tres meses- suspiro, él es uno de mis mejores amigos junto con Adrián, éramos los 3 contra el mundo, pero no vuelve hasta enero.
-No se lo digáis, pero lo echo de menos- dice mi mejor amigo.
-Yo también- confirmo para que sepa que no es el único.
-Yo echo de menos veros juntos, érais los tres mosqueteros- ríe entre dientes Lu.
-¿Quién es Eric?- pregunta África, claro, ella no tiene ni idea.
-Pues él es uno de nuestro "grupo"- hago comillas- si a esto se le puede llamar grupo- todos reímos un poco- uno de nuestros mejores amigos, comenzamos siendo Adrián, Eric y yo, éramos vecinos, luego los padres de Daria vinieron a mi casa a saludar a mi padres ya que se ve que eran amigos de la universidad y con tan solo 4 años ya habíamos formado un grupo.
-¿Os acordáis de cuando Daria se subió al tejado de mi casa?- todos reímos excepto África, pobre, está muy desubicada- ella decía que era tan "hombre" como nosotros y con 8 años, escaló la pared y se sentó en mi tejado- explica Adrián- todos estábamos flipando y con miedo de que se cayera, pero acabamos subiendo todos y los que tenías miedo eran nuestros padres.
-Nos castigaron durante una semana sin salir- recuerda Daria y reímos.
-Estabais muy locos y yo mientras tanto estudiaba- se queja mi hermana.
-Por lo menos, después de eso te viniste con nosotros- asiente y entonces me viene a la cabeza una locura que nos pasó- ¿Os acordáis de lo que pasó con los amigos de Lu?
-Dios, para olvidarlo, con tan solo 12 años nos fuimos con ellos y de puro milagro no acabamos robando un coche- dice Daria y Lu ríe.
-Es que teníamos casi 16 y las hormonas alborotadas, teníamos que hacer locuras o nos aburríamos- se defiende y la entiendo, yo ahora estoy a unos meses de cumplir 17 y la comprendo a la perfección.
-Lo peor fue cuando la señora esa nos preguntó si queríamos comprar una piscina- todos reímos.
-Si, fue algo increíble, o sea, quien le intenta vender a unos niños una piscina- entonces grito- ¡Y en invierno!- soltamos una carcajada- hay mucha gente loca por el mundo.
-Pero hay veces que son las que mejor viven- dice mi mejor amigo mirando el cielo y todos asentimos.
-¿Comemos?- pregunta África y todos sacamos nuestro bocadillo excepto Lu que ya había comenzado a comer.
-No sabía que había que pedir permiso- se queja ella- tenía hambre y estoy comiendo, no tiene nada de malo.
-Lo que tu digas.
Durante el resto de la noche seguimos hablando de las locuras que hicimos hace tiempo o hace poco como atropellar a alguien con el coche, eso fue Adrián, o comer jabón, me declaro culpable, ¡ese jabón tenía forma de osito gominola! ¡osito gominola! Pero bueno, es divertido recordar cosas así, nunca te paras a pensar en como el tiempo avanza sin que te des cuenta y un día tienes 9 años y estás en calzoncillo bailando la macarena y al otro tienes 16 años y estás en calzoncillos bailando la macarena pero más mayor. Que recuerdos...
-Y aquí tenemos el grandioso postre como en toda película americana- saca los marshmallows y todos cogemos un palo.
-No me puedo creer que los vayamos a comer con un palo que acabamos de coger del suelo- digo en voz alta.
-Mira aguafiestas, si enfermamos por esto mejor porque faltaremos a clase y si no nos pasa nada pues ya tenemos una experiencia increíble que contar- elevo una ceja.
-¿Que comimos malvaviscos de un palo?- se encoge de hombro y pincha uno para luego acercarlo al fuego. Yo miro primero que no haya ninguna hormiga y después hago lo mismo.
-Mira, cuando te pregunten, ¿cuál es la cosa menos higiénica que has comido?- me señala con el palo- ya sabes que contestar.
-Nadie me va a preguntar eso.
-Nunca digas nunca- dice filosófico.
-No he dicho nunca.
-Pero lo has pensado- me desafía.
-Parar ya con eso- ríe África.
-Es que es un quejica- ruedo los ojos.
-Mira quien fue a hablar- contraataco.
-Sois unos críos chicos- nos dice Daria y se acerca a mi para abrazarme- ¿me dejas tu sudadera?- pone ojitos de cachorrito.
-Tengo otra en la mochila- le sonrío y se la paso.
-Eres el mejor Dieguito- y me vuelve a abrazar.
-Si no os conociera diría que sois pareja- ríe mi hermana y nosotros nos miramos para luego poner cara de asco.
-Con esta malcriada no salgo en la vida- digo en broma.
-Y yo menos con este amargado- me saca la lengua y reímos, nos han dicho miles de veces que parecemos una pareja.
-Yo siempre he dicho que vuestro destino está escrito, acabaréis junto- comenta Adrián y yo niego.
-No flipes tanto, a mi me gusta otra- y nada más soltar eso me muerdo el labio y niego- no quería decir eso- lo miro pero él ya está con una sonrisita pícara en la cara.
-Mi Dieguito se ha enamorado- medio grita Daria- ¿quién es la afortunada?- tu prima, quiero decir, pero no puedo, ella está aquí.
-¿Por qué afortunada?- río.
-Eres un chico fantástico, cualquier chica se rendiría a tus pies- y me mira directamente a los ojos- quiero saber quien es y restregarles a mis amigas que nunca te van a conseguir.