Andamos por el bosque de vuelta a la casa, todos estamos agotados, ninguno ha dormido bien. Cada uno está en un extremo diferente y es extraño, porque parece que estemos enfadados, que no seamos humanos, como si hiciéramos como si los demás no existieran y estuviéramos solos, cada uno con sus pensamientos. La verdad, yo estoy igual, no he dormido nada, tal vez una hora o así, pero el resto he estado leyendo en mi móvil la historia de "Gris" y sinceramente, cada vez es más profundo, recuerdo el primer párrafo del último capítulo subido ayer:
Los seres humanos nos clasificamos, nos menospreciamos o nos sobrevaloramos, pero no hay punto medio, o eso es lo que he podido observar durante mi estancia en esta ciudad. Al principio pensaba que todos eran iguales, que nadie podría cambiar, ser diferente al resto de personas que viven aquí, porque son copias tras copias, pero me equivocaba. Ahora que veo que me he equivocado me doy cuenta que... la vida da muchas vueltas y he vuelto a sentir, ha vuelto a gustarme alguien. No, no estoy enamorada, eso no se hace de un día para otro, pero sin duda no tiene ningún defecto y los que tiene son lo que lo hacen hermoso.
Es extraño, pero me pareció precioso todo el capítulo, ya que en los anteriores solo contaba como cada vez que iba al instituto se encontraba con gente que la miraba mal y ella se sentía pequeña. Al ver uno así, dedicado todo a un chico me ha parecido que ese tío si le hace feliz y me alegra, porque esta escritora se nota que ha sufrido mucho en el pasado y aunque no la conozco me gustaría leer, por lo menos, que es feliz.
-¡Hey chicos!- los llamo a todos y levantan la cabeza en seguida, estábamos todos en una nube lejos de aquí.
-¿Qué pasa?- pregunta Adriáń.
-Perecemos muertos vivientes- mis amigos fruncen el ceño- mañana tendremos que volver a clase, un poco de alegría.
-¿Tú nos estás pidiendo alegría?- me señala con su dedo Lu- ¿Tú, el más amargado de todos?- ruedo los ojos.
-Sí- afirmo- se que no hemos dormido nada y menos yo con los tres koalas encima mío- sip, me los quité de encima, pero mágicamente esta mañana estaban otra vez apoyados en mi pero con una persona más sobre mi pecho, África- mirar, uno lo acepto, pero tres es demasiado.
-Es que eres muy cómodo Dieguito- Daria hace ojitos de cachorrito y yo pongo en blanco los míos.
-Me da igual, no lo volváis a hacer- suspiro- ¿y si volvemos a la casa caminando por los árboles?- todos abren los ojos, se están super cansados y piensan que es una locura hacer eso, que en parte tienen razón, pero puede molar.
-Estas loco- comenta en voz alta África- pero vale, vamos allá- me sonríe y coge de la mano a Lu y Daria.
-No queremos- se quejan a la vez, pero ella sigue estirando.
-Vamos tío- sonrío a mi mejor amigo y él pone una mueca de niño pequeño- en la cabaña hay una tarta de chocolate que...
-No se hable más- y comienza a subir un árbol para seguir al resto- ¡A la casa!- río, así es como se anima a la gente.
Durante el camino reímos porque más de uno casi se mata, pero es divertido ir de rama en rama como si fuéramos animales. Admito que es difícil, que hay unas muy débiles que si las pisas puedes caerte al suelo, pero si juntas una débil con una fuerte formas un perfecto puente. Como pasa con las personas. Un ser humano solo en este mundo no creo que acabaría muy bien, es complicado no tener a nadie en quien apoyarte cuando quieres llorar, cuando necesitas que te levanten. Yo si tuviera que elegir entre dinero y amigo... Elijo a mis amigos. No los puedo sustituir por papel con el que me puedo secar las lágrimas yo solo, me volvería loco. Suena deprimente.
-¿Qué piensas tanto?- África me dedica una de sus sonrisas hermosas y yo no puedo hace nada más que sonreír también, ella me hace querer sonreír a cada momento.
-En...- me lo pienso- cosas- me encojo de hombros, no necesita saber en que pienso, si pudiera leer la mente...
-Cosas...- repite- ¿y esas cosas son muy importantes?- enarca una ceja.
-Si- afirmo sin darme cuenta, tal vez demasiado seguro- digo, para mi si lo son, para otros tal vez una tontería.
-Nada es una tontería- mira al frente, hemos bajado al suelo porque ahora los árboles no tienen muchas ramas a las que agarrarse.
-¿Si ahora te digo que pensaba en un mono volando me vas a decir que no es una tontería?- ríe y es música para mis oídos.
-¿Estabas pensando en eso?- niego- ya decía yo- sonríe de oreja a oreja- igualmente, eso no es una tontería, si los monos volaran sería una gran evolución para su especie y seguramente los científicos los investigarían para saber cómo podríamos nosotros también volar.
-Wow- la miro perplejo- ¿Acabas de convertir una tontería en algo muy cierto?
-Te he dicho que no es una tontería, o sino no hubiera podido sacar esa conclusión- frunce el ceño.
-Tienes razón- río y ella sonríe de nuevo, se nota que le encanta tener la razón.
-¿Ahora que sabes que nada es una tontería me vas a decir en qué pensabas?- dudo.
-¿Para qué quieres saberlo?
-¿Sabes que responder con una pregunta a otra pregunta es de mala educación?
-¿Sabes que tu lo acabas de hacer también?- le dedico una sonrisa burlona y ella sonríe de lado.
-Yo nunca he dicho que sea educada- ríe y yo la miro, no es la respuesta que esperaba- ¿en qué pensabas?- suspiro.
-No vas a parar hasta que te lo diga- no es una pregunta, sino una afirmación, ella sonríe orgullosa de su testarudez- pensaba en que no me gustaría quedarme solo- su sonrisa desaparece y me mira durante unos segundos.
-No te vas a quedar solo, Diego- afirma y me mira fijamente, en sus ojos veo muchas emociones que no logro descifrar.
¿Por qué le creo? ¿Por qué si ella me dice que no me quedaré solo pienso que es verdad? ¿Qué me está haciendo esta chica?
-Eso no lo sabes- digo ocultando lo que sus palabras has hecho en mi.