¿qué es África?

Capítulo 15

-¡Mi helado!- grito y salgo corriendo tras África.

-¡Ahora es mío por lento!- la oigo reír.

-¡Pero si he pagado yo los dos!- suelto una carcajada también.

Básicamente, cuando fuimos a comprar los helados yo estuve 20 minutos para elegir dos sabores, porque claro, esto no se debe tomar a la ligera. Yo pretendía que fuera de un solo sabor, chocolate, pero el chico de la heladería me ha dicho que la segunda bola me la daba gratis. Entonces ha comenzado el dilema para luego acabar eligiendo el de leche merengada, que está bueno, pero estaba entre ese o vainilla, que también está delicioso. Pero ese no es el caso, cuando he ido a pagar intentaba buscar el dinero justo y África de repente ha salido corriendo con mi helado y el suyo. Le he dado el dinero corriendo al chico y creo que se ha llevado una propina de 10 pavos, pero bueno. Y ahora la estoy persiguiendo como puedo.

-¡Si me atrapas te lo doy!- corro todo lo que puedo y cuando estoy cerca de ella la cojo de la cintura y para frenar sin que caigan los helados y nosotros detrás, la levanto y le doy una vuelta.

Que cursi.

Era la única forma de no caer.

Lo que tu digas...

-¿Me lo das ya?- asiente con la respiración entrecortada de tanto correr pero con una sonrisa.

-Todo tuyo, corres mucho- me encojo de hombros.

-Solía correr para desestresarme- me mira fijamente y asiente.

-Vamos a jugar a un juego- río.

-¿A un juego?- asiente con una sonrisa ladeada- ¿qué tipo de juego?- enarco una ceja.

-Nah, es solo hacer preguntas y así nos conocemos- se encoge de hombros como si nada.

-¿Cuántas veces has jugado a esto?

-Pues... Solo un vez- agacha la cabeza y veo como su sonrisa flaquea.

-Vale, juego- la cojo de la mano para llamar de nuevo su atención- ¿Quién empieza?

-Tu- me sonríe, pero no está tan feliz como antes.

-Vale...- pienso- ¿qué tipo de ropa odias?- mira al cielo y sonríe.

-La ropa con flores- frunzo el ceño- todas las cosas que llevan dibujadas flores son horribles, parecen de abuela.

-Madre mía- me imagino un vestido demasiado... sip, horroroso- te toca.

-Mmm- toma un poco de su helado y yo hago lo mismo- ¿Cómo te imaginas en el futuro?

La pregunta resuena en mi cabeza e intento no demostrar mucho lo que me afecta, porque me han hecho esta pregunta demasiadas veces en mi vida y nunca he sabido responder. Bueno, más bien no quería responder. ¿Qué mas le da a la gente que quiero hacer con mi futuro? Siempre me ha dado miedo lo que la gente pensaría de mi si se lo dijera, a ver, se que no es para tanto, pero cuando me ven y luego escuchan lo que les digo...

-¿Qué te pasa?- aprieta más fuerte mi mano para que me de cuenta de su presencia.

-Nada yo...- muerdo mi labio inferior y suspiro- me da miedo la expresión que pongas cuando te lo diga.

-Juro tener esta cara sea cual sea la respuesta- pone una cara de poker que no se como aguanta tanto tiempo- por favor señor Miler dígame qué quiere que le depare el futuro- río un poco ante eso.

-Yo... Quiero ser astrónomo, pero no solo eso- me mira fijamente- me encantaría llegar a ser astronauta.

-Comprendo- asiente varias veces.

-La gente me dice que... Es una tontería, que no debería hacerlo porque pierdo mi tiempo en algo que no tiene mucho valor, que muy poco logran conseguir eso y es mejor quedarse en la tierra para formar una familia y ser "feliz"- miro al cielo- pero mi sueño siempre a sido surcar los cielos y más allá.

-Eso es muy bonito- agacho la cabeza y la mira a ella, me está sonriendo.

-Pero es una tontería.

-¿Qué te dije sobre las tonterías?

-Que no existen.

-Exacto- asiente convencida- así que deja de decir esas cosas y ten siempre ese sueño en la mente, algún día irás al espacio.

-¿Tu crees?

-Estoy convencida- me lo creo ¿por qué lo hago?- te toca.

-Ya... Em... ¿qué quieres ser tu de mayor?

-Eh... Siguiente pregunta- se rasca la nuca nerviosa y suelta una risilla.

-¿No lo tienes claro?- duda.

-Sip, es justo a lo que me refiero, no se que quiero estudiar- me sonríe aún más nerviosa.

Tío, date cuenta, te está mintiendo.

-¿Segura?- enarco una ceja y ella asiente no muy convencida- no tienes que decírmelo si no quieres- suspiro- pero no me mientas, es lo que más odio en el mundo.

-Lo siento, es que... No puedo decírtelo.

-¿Por qué?

-Porque es un secreto.

-¿Y no me vas a contar tu secreto?

-Si te lo cuento ya no es un secreto.

-¿Pero tan secreto, secreto es?

-Si, es alto secreto, si lo descubres tendría que matarte.

-Bien, pues te toca, formula la pregunta doña secretos.

-Ya, ya- se queda pensando- ¿por qué te quedas mirando al cielo durante todas las clases?

-¿Cómo sabes que miro al cielo?- se tensa y noto como intenta buscar una buena excusa.

-Yo... Pues...

-¿Me miras en las clases?- sonrío feliz por ello.

-Bueno, por lo menos yo no te miro mientras lees en el gimnasio a escondidas- me ha pillado.

-¿Desde cuándo lo sabes?- suelto una carcajada y miro nuestras manos, siguen unidas.

-Desde el primer día, no vales como acosador- abro la boca incrédulo.

-No soy un acosador- rueda los ojos, pero veo como sonríe mientras se toma lo último que le queda de helado- La cosa es que te toca ti preguntar algo.

-¿Qué es lo que más odias?

-No odio nada.

-¿Nada?- la miro incrédulo, no puede no odiar nada.

-Odiar es algo muy fuerte, una palabra que no debería ser utilizada a la ligera- suspira y me guía hasta un banco que hay cerca, para después sentarnos- es como decirle te amo a alguien precipitadamente sin saber si es verdad, sin saber lo que es verdaderamente amar- hace una pausa- cuando dices que odias algo estás mintiendo porque odiar es algo que ni nosotros mismo podemos saber lo que significa.



#30603 en Novela romántica
#19349 en Otros

En el texto hay: primer amor, amistad, adolescencia y amor

Editado: 17.10.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.