¿qué es África?

Capítulo 18

Punto de vista de África

-Tengo un grave problema- me informa Daria.

-El rosa, te queda muy bien- contesto sin más.

-Ni siquiera sabes qué pasa- la miro, tiene el ceño fruncido y parece preocupada.

Siempre que mi prima me dice que tiene un problema muy importante suele tratar de ropa, y generalmente siempre hay algo color rosa, así que he contestado eso, pero me da que no es lo que le pasa.

¿En serio? ¿Qué te ha llevado a esa conclusión?

Cállate, conciencia.

La verdad, estos últimos días tenía más ojeras que nunca, ella me dice que son de tanto estudiar, pero no me lo trago, mi prima con tan solo leerlo algo una vez tiene suficiente. Daria no para de morderse las uñas, y me da pena, con lo perfectas que las tenía y muy bien cuidadas. No es ella desde hace varios días y no me quiere contar porqué. Muchos dicen que esta chica es un libro abierto, pero es porque no tienen ni idea.

-¿Qué es lo que te pasa?- le hago un gesto para que se siente conmigo en la cama y así hablar con tranquilidad. Suspira y cierra la puerta.

-¿No notas a Diego un poco raro?- susurra, como si temiera que alguien la escuchara.

-Eh...- dudo- no lo conozco demasiado, pero yo lo veo muy normal- me encojo de hombro.

Sí, no me suelo preocupar mucho por la gente si no es sumamente necesario, ya tengo mis propios problemas con los que lidiar, y si yo puedo, los demás también deberían hacerlo solitos. Por culpa de esto tengo varios enemigo. Pero debo decir una cosa, si es parte de mi familia sí me preocupo y me vuelco por completo en ayudar. La cosa es que Diego es casi un desconocido, ¡Ni lo conozco de un mes! No puedo notar cambios extraños, porque literalmente lo he visto comportarse igual de raro todo el tiempo.

-Nunca te das cuenta de nada y a la vez lo sabes todo- comenta mirando mi estantería, pero se que solo está sumida en sus pensamiento, sin observarla de verdad.

-Es como soy, yo se sobre las cosas que me interesan, si no me llaman la atención...- me encojo de hombros- solo son seres con los que convivo y ya.

-¿No te interesa Diego?- pregunta incrédula. ¿He dado a entender eso?

Literalmente has dicho que te la suda mucho lo que le pase.

Ups.

-No es que no me interese, solo que no le presto mucha atención- suspiro- es un chico.

He usado tantas veces esa excusa...

-Y tu una idiota- suelta sin más- empieza a abrir los ojos, él está coladito por ti, ¿es que no te has dado cuenta?

-¿De qué hablas?- si, sin duda estaba ciega, porque la cara de sorpresa que me dedicaba Daria era una que me decía: cariño, date cuenta.

-Nunca te entenderé- puedo atisbar una pizca de tristeza, pero no se porque- aprovecha lo que la vida te ofrece.

-Pero yo no quiero nada, estoy bien- es que solo faltaba que yo le escupiera en la cara, porque parece ser que cada palabra que soltaba le enfurecía más.

-África, escúchame bien porque solo lo voy a repetir una vez aunque te duela- tragué saliva y asentí- se que la vida te ha dado muchas patadas en el culo, pero por una vez tienes muchísimas cosas buenas a tu alrededor que pueden hacerte olvidar todo lo que pasó- bajo la cabeza- me tienes a mí y Oceanía vendrá dentro de unas semanas, y toda tu familia en navidad.

-Lo se pero...

-Ni peros ni peras, señorita- me cortó, ella es mucho más inteligente que yo, aunque parezca lo contrario- Diego puede hacerte bien, podéis aprender mútuamente sobre muchas cosas, sois diferentes y a la vez no, y eso en este momento es muy bueno.

-¿Me estás diciendo que le de una oportunidad?- asiente con una sonrisa que no le llega a los ojos. Una falsa. Pero seguramente son ideas mías.

-¿No tenías una cita con él hoy?- suelta sin más.

Eh... Kaka

Unos cables se me conectan de repente y todo tiene sentido ahora, ya decía yo que me había levantado con una sensación de que debía hacer algo hoy. ¿Cómo se me ha podido olvidar? Corriendo me levanto y me dirijo hacia mi armario, que claramente debía estar cerrado con llave por una extraña razón del universo. Con rapidez intento buscar la llave, me queda una hora, y me da que no voy a poder estar lista.

-¿A dónde te ha dicho que iríais?- pregunta ella mientras busca conmigo.

-No lo se, dijo que era una sorpresa- me encojo de hombros preocupada por la ubicación de la estúpida llave.

-¿Vais a pasar todo el día juntos?- me giro a mirarla. Ella grita de repente y me da un susto de muerte.

Si es que no seré yo poeta en el fondo...

-¡La tengo!- Daria saca la dichosa llave de dentro del cajón donde está toda mi ropa interior.

Un gran lugar para una llave.

-Menos mal- suspiro aliviada y comienzo a buscar algo más alivia, no se porque, sigo con tiempo justo.

-Bueno, ¿vais a estar todo el día o te veré aquí dentro de unas horas?- vuelve a preguntar.

-Pues... Me dijo que había quedado con Adrián a las 4, que no podía quedarse más, pero que teníamos tiempo de sobra para lo que él quiere hacer- ella asiente con el ceño fruncido y pensativa- ¿qué?- me mira fijamente- das miedo Dari...

-Adrián tiene hoy un partido a las 4- comenta en un susurro, más para ella que para mi.

-Pues... Será que va a ver el partido- asiente no muy convencida, pero luego vuelve a sonreír como siempre.

-Si, será eso- mira la ropa que hay dentro de mi armario y hace una mueca- te presto algo mío.

Media hora después, estoy cambiada, con unos pantalones cortos (porque aún hace calor aunque estemos casi en octubre) y una camiseta que según Daria, me quedaba genial, pero no me convence mucho. Al final me meto en la mochila una mía y ya me cambiaré en algún momento. La suya es ajustada a mi cuerpo, que eso no me molesta, la cosa es que es de un color... ROSA CHICLE. Casi me muero cuando la ví, pero bueno, ella insistió mucho.



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En el texto hay: primer amor, amistad, adolescencia y amor

Editado: 17.10.2020

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