¿qué es África?

Capítulo 19

Vamos en bicicleta de vuelta a casa mientras reímos ya que casi nos atropella un coche. Si, casi. Nos pitó justo a tiempo para que giráramos y así evitar ser aplastados. Seguramente el conductor en ese momento estaría flipado mucho porque pareceríamos borrachos, cuando en realidad no me he emborrachado en la vida. Creo que me da miedo como puedo ser ebrio. ¿Seré aún más amargado o más amable? ¿Diré tonterías o la verdad? ¿O las dos cosas? Terror me doy. Pavor. 

Volteo para ver a África que, durante unos segundos, tenía los ojos cerrados con una sonrisa reflejada en su rostro. Cada vez que la miro y veo la felicidad que desprende, me siento bien. Es extraño, creo que nunca me había sentido así, nunca me había alegrado tanto de que a alguien le gustara algo que he preparado yo. Sinceramente, pensaba que lo de ir en bicicleta sería muy cutre, que dos horas era demasiado, pero es que tengo 16 años, no puedo conducir aún. 

-¿Qué piensas tanto?- medio grita a mi lado mientras pedalea.

-Me lo estoy pasando muy bien- la miro a los ojos durante unos segundos antes de volver la vista a la carretera.

-Yo también- suelta una carcajada.

-¿Por qué te ríes?

-No pensaba que me lo iba a pasar bien, esperaba que todo acabara mal- suelta sin más. Ya he aprendido que ella habla sin filtros, con la cruda verdad- a ver, no estoy diciendo que tengas nada de malo solo que... Osea, eres genial, pero pensaba que algo iba a salir mal... No por ti, sino por mi, que siempre la cago y tal y...- empieza a divagar intentando solucionar lo que ha dicho y yo solo me río- ¡No te rías!

-¿Prefieres que me enfade?- pregunto elevando mis cejas y niega rápidamente.

-No, sigue riéndote de a saber que- ella también ríe.

Creo que ya nos estamos riendo mucho.

Es algo superior a mis fuerzas, no puedo ser un amargado con  esta chica. Es complicado de explicar, pero creo que me he enamorado de ella ¿es muy pronto? Esto es muy complicado. Me encantaría saber lo que ella piensa, si cree que estoy loco o solamente un poco chiflado, pero no puedo leer mentes. Ojalá pudiera.

-Ya casi estamos- le informo y asiente mirando hacia delante.

-¿Cómo se te ocurrió llevarme a ese sitio?- me encojo de hombros como puedo y suspiro.

-Me pareció un sitio bonito, nada más.

-Ah- con eso se calla. 

¿Esperaba algo más? ¿Debí contestar algo más profundo? Que mal se me da esto...

-¿Ah, qué?

-¿Ah, qué de qué?

-¿Ah, qué de qué de qué?

-¿Ah, qué de qué de qué de qué?

-¿Ah, qué de qué de qué de qué de qué?- pestañeo varias veces- bueno, da igual- niego con la cabeza y seguimos pedaleando.

¿Debería decir algo?

No, si quieres quédate mirándola como retrasado, seguro eso le encanta.

-La verdad es que...- comienzo, pero me muerdo el labio inferior antes de continuar, no se si decírselo. 

-¿Qué?- frunce el ceño. 

-A ver, yo quería llevarte ahí para...

-¿Para?

¡No, no se lo puedo decir!

¡Pues piensa una excusa inútil!

-Em... Quería asesinarte y cortarte en trocitos para luego tirarte al lago y hacerte desaparecer para siempre- digo, serio. 

Pero que...

-Comprendo- ríe.

¡Oh, Dios, se está riendo de esa estupidez!

-Eres gracioso ¿sabes?- sonríe y continuamos el camino, pero esta vez el silencio no es incómodo.

-Ya veo tu casa- le informo, aunque me imagino que ella ve lo mismo que yo...

¿Por qué me comporto tan raro delante de ella?

-Si...- Paramos delante de la puerta y nos bajamos de las bicis- bueno...

Momento incómodo, activado.

-Bueno...- miro a otro lado sin saber qué hacer.

-Em... Supongo que hasta el lunes ¿no?- asiento y ella me sonríe para después dirigirse hacia la puerta.

¿La vas a dejar escapar así?

-Espera- corro hasta donde ella está y la cojo de la mano ¿ahora qué?

-¿Qué pasa?- ella frunce el ceño y yo muerdo mi labio inferior.

-Yo...- miro su mano y la mí entrelazadas- da igual, era una tontería- río nerviosamente y me alejo- ¡a tomar por culo todo!- vuelvo hasta donde está ella y la beso.

¡Dios, la estoy besando!

Llevo queriendo hacer esto tanto tiempo... Me resulta hasta mágico. Es solo un pequeño beso, inofensivo, corto. Como un piquito, un poco más largo tal vez y me está encantando. La miro a los ojos cuando nos separamos y ella parece igual de sorprendida que yo, tampoco se esperaba que hiciera eso. La he cagado, está claro.

-Yo...- niego con la cabeza- lo siento, no deberí...

-Cállate- me coge la cara y une nuestros labios otra vez en otro corto beso. Pero esta vez es porque alguien nos interrumpe.

-¡Diego!

¡¿Qué he hecho ahora?!

-Daria...- sonrío nerviosamente- ¿qué tal?

Sabiendo que antes me ha ignorado de la forma más diva posible y ahora parece que le vayan a salir llamas de los ojos... Creo que no está muy bien que se diga.

-¿Qué vas a hacer esta tarde?

Oh.

-Yo... Pues... Quedar con Adrián y...- me interrumpe con un gesto.

-¿Y qué vais a hacer?- pregunta otra vez seca.

-Pues... ¿Cosas de chicos?- ha sonado más a una pregunta que ha una afirmación, pero bueno...

-¿Ah sí?- asiento- ¿como ir a comer algo?- vuelvo a asentir y ella sonríe triste- no me mientas Diego- niega con la cabeza varias veces- Adrián tiene un partido a las 4, no creo que os de tiempo para comer, y como tú eres algo que tenemos en común, por no decir la única cosa- aclara- le he llamado.

Kaka.

-Yo... Es que...- intento buscar una excusa, pero no me sale.

-Cuando nos conocimos y al instante comenzamos a ser mejores amigos- comienza a explicar mientras se acerca a mi- nos juramos nunca mentirnos, y no digo que yo no lo haya hecho, pero todo era por una buena razón- traga saliva- ¿tu tienes una buena razón, Diego?



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En el texto hay: primer amor, amistad, adolescencia y amor

Editado: 17.10.2020

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