Eran mi vida

Era un invierno, diferente a otros de los años anteriores, este era mucho mas frio, con un toque de melancolía, de soledad. Estábamos en el año 2009, ya han pasado 4 años, desde que perdí a mi esposa y a mi hija de tan solo 5 años. Fue un día 20 de mayo, del año 2005, era un hermoso día soleado, la cual planeamos ir al parque de san Joaquín, a distraernos un rato, y a disfrutar de nuestra pequeña lucia y mi esposa mariana; era bellísima, perfecta para mis ojos, la amaba, por dios! cuanto la amaba, era el amor de mi vida, de mi existencia, no hacia otra cosa que pensar en ella, en su voz, su mirada, su sonrisa, y en como su largo cabello castaño, bailaba con el viento. Mi hija y mi mujer, lo eran todo, eran mi luz, mis ganas de existir, eran mi familia, hasta ese día… lucia corrió hacia el otro lado de la calle, y mariana salió tras ella, a lo que viene un autobús, que las alcanza rápidamente, y me las arrebata, ese maldito autobús, me quito a mis princesas, me quito a mi familia. Desde ese día 20 de mayo, no descanso por las noches, ya no distingo días, ni meses, ¡nada! Todas las noches ellas me visitan, la primera vez que me visitaron, sentí miedo, mucho miedo, ¡¡ ellas habían muerto!! ¿Quién no tendría miedo? Pero, por otro lado, me reconfortaba al menos un poco, poder verlas, aunque sea solo de esa manera.

Lucia: ¡papi! papi!

Santiago: ¿aquí estoy mi niña, que sucede? ¿Otra vez tienes el mismo sueño aterrador?

Lucia: si papi, ¡otra vez es el mismo señor que quiere apartarme de ti, y yo no quiero! No quiero apartarme de ti papi.

Santiago: nadie te llevara lejos de mí, mi niña hermosa, ahora intenta dormir, me quedare a tu lado esta noche, y velare y espantare todos tus malos sueños. Duerme mi princesa, papa está aquí, cuidándote.

Lucia: te amo papi.

Santiago: y yo a ti, mi lucia.

A la mañana siguiente, escucho a mariana gritar desde nuestra habitación.

Mariana: ¡Santiago, por dios! ya llevas tiempo durmiendo en la habitación de lucia! ¡Ya déjala descansar en paz! ¡¡Ella lleva años sin estar con nosotros!! ¡Por favor, no te tortures más!

Y esto es así, desde que ellas no están conmigo, creo que mariana, aun no se da cuenta, que ya no está en este mundo, al igual que nuestra pequeña. A veces, he pensado que yo, al igual que ellas, deje de estar en este mundo, y no me e dado cuenta, y vivimos en este caos, en este otro mundo, similar al nuestro.

Cada día que pasa, siento que enloquezco un poco más, ya no sé qué es real, será que, aparte de mariana y lucia, ¿puedo ver y oír a otras personas muertas?, por el día, escucho voces, muchas voces, tanto así, que me da un fuerte dolor de cabeza.