LISA'S POV.
Cuando llegue del colegio busque a Kaily. Busque en su habitación, cocina, sala, hasta el baño pero nada. Ella no estaba.
—¿Dónde te habrás metido? —dije para mí—. Hum, ya está grandecita.
Camino hacia la cocina, moría de hambre, desayunar solo una manzana no es de dios. Cuando abrí el refrigerador... no había nada, madre mía. Qué pobres estamos.
Después de cinco minutos en los que me debatía entre ir a comprar comida o quedarme tirada en mi cama y dormir. Mis tripas decidieron por mí. Ir a comprar comida.
Tome las llaves del departamento para así salir de él, camino por el pasillo hasta llegar al elevador, antes de que las puertas se cerrarán una mano se interpuso entre ellas.
¡Santo Dios, ilumíname para no cometer una violación en el elevador!
Frente a mí se encontraba un chico de tez blanca, alto, cabello castaño cobrizo, ojos azules como si el cielo estuviera en su mirada y con músculos perfectos. Lisa, no babes por favor. Está como para tener mil hijos con él.
Se adentró conmigo en el elevador.
—Hola, ¿Eres nueva por aquí? —su voz suena tan sexy.
Creo que ya me dejo embarazada.
Hora de actuar normal.
—Si. Llegue hace como un mes. Vivo con mí mejor amiga —vale, lo hiciste bien Lisa, punto para ti por no tartamudear.
—¿Tienes frío? Es que estas temblando mucho.
Wou, que normal. Joder.
—Claro que no. Es solo que... ¡Ay, ya se abrieron las puertas, tengo que irme! —bien pensado. Dejar al guapote con la boca abierta en el elevador por estar nerviosa y salir corriendo.
Guapote [1] Lisa [+0]
KAILY'S POV.
Ahora estoy enojada. No entiendo nada de lo que el chico dijo, ¡Ni siquiera lo conozco! O bueno eso creo... Cojo una cartera de carne y la aviento al carrito, si creo que la carne sufre mi furia.
—¿Tan mal te está yendo para desquitarte con la carne de borrego? — Alzo la vista ante la voz tan conocida para mí.
—Solo una mala mañana... y tarde. Posiblemente también mala noche — Volteo hacia las carnes de nuevo.
— Kaily, hable con mamá. Me contó todo —Me tenso ante eso. La miro.
—¿Qué es todo?
—Creo que estas muy chica para estar embarazada... —otra con lo mismo.
—Jane...
—No. Déjame terminar. No estuvo bien que nuestros padres te corrieran de casa. Te hubieran apoyado, hizo mal en hacerlo. Mamá ha estado llorando desde que te fuiste. Quieren que vuelvas — levanto una ceja y la miro incrédula— En serio te quieren de vuelta.
Después de echarme de casa quieren que regrese, claro.
—¡Claro, como a ti papá no te saco a jalones de tu casa sin ni siquiera tener oportunidad de agarrar tus pertenencias! —No quería gritar, tenía que controlarme.
—Kaily...
—No, Jane —la pare—. No pienso volver... —me miró en silencio.
—Puedes quedarte en mi casa...
—No hace falta, vivo con Lisa en su departamento —Interrumpo, Jane suspira.
—Cualquier cosa, me llamas —Me abraza.
—Sabes que sí. Pero quiero que me hagas un favor —susurro cuando recuerdo que no tengo mi ropa ni mis pertenencias.
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—¡Ya llegue! —grito en cuanto abro la puerta del departamento.
—Ya me di cuenta —sale Lisa de la cocina—. ¿Dónde estabas?
—¿No es obvio? —alzo las bolsas llenas de todas las compras que hice con el dinero que logre sacar de mi casa. Siempre era bueno ahorrar.
—Ay qué bueno, porque estábamos pobres de alimento. Tuve que ir a comprar comida china, moría de hambre.
—¿Comida china? ¿Dónde? —pregunte con un gran antojo.
—Está en el microondas —contesto desde la sala.
—Hoy tengo que ir por los resultados. —Le recuerdo.
—¿A qué horas?
—Supongo que en un rato—mire la hora—. Tengo la cita a las cuatro.
—Vale —Gritó mientras seguía viendo la televisión completamente entretenida.
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Tenemos media hora afuera del consultorio esperando a que el doctor se desocupe y me dé los resultados sobre los análisis. Estoy nerviosa, creo que no he estado más nerviosa nunca en mi vida. Aunque ya me haya hecho cinco pruebas caceras y todas hayan dado positivo, tengo la esperanza de que la de sangre de negativo. Lo sé, soy muy mala por no querer un bebé pero estoy muy chica no estoy para cambiar pañales si no para estudiar e ir a fiestas como todo adolescente normal. Aunque ahora voy a descartar lo de ir a fiestas, por culpa de una ahora estoy así y sin saber quién fue el causante.
—¿Kaily Riley?
—¿Quieres qué entre contigo, Kaily?—pregunta Lisa y yo asiento. No quiero estar sola.
Me levanto de mi asiento y camino hacia la puerta del doctor, estoy tan nerviosa.
—Tranquila, relájate —susurra mi amiga para calmarme.
—Kaily, —estrecha mi mano el doctor canoso—. ¿Cómo has estado? —Sonríe.
—Bien, he estado bien.
—Hola, Lisa Johnson —se presenta la rubia.
—Un gusto. Tomen asiento —Hace un ademán con la mano —. ¿Cómo te has sentido Kaily? —pregunta mientras toma un sobre y lo empieza a abrir.
—Muy bien, nada diferente —no aparto la mirada del sobre que abre con tanta calma que me desespera.
—Vale, vamos a ver los resultados.
Lisa toma mi mano y la aprieta.
—Bueno aquí dice... —lee una hoja con muchas letras que no alcanzo a descifrarlas—. Dice que... —este doctor la está haciendo se suspenso.
¡Viejo quiero saber ahora no en cinco años!
—¿Estoy embarazada sí o no? —pregunto al borde de la histeria.
—Estás embarazada. —se me va el aire —. Tienes dos semanas de embarazo —baja la hoja. Y yo me quedo en shock.
Respiro cinco veces más para entender bien la noticia, estoy embarazada, voy a ser mamá. Aunque ya sabía quería cerciorarme de que fuera cierto. Ahora que lo sé, no sé cómo procesar todo con calma, quiero gritar y golpear al doctor, a Lisa, a la maldita enfermera que me saco sangre la vez pasada y llorar, llorar hasta quedarme seca. Aunque seca ya estoy.
Editado: 06.07.2022