¡¿qué es esto en mi barriga?!

10. ¿Por qué lloras?

—¿Yo? —me toco la nuca nervioso, carraspeo—. Soy inocente, lo juro. —pongo mis manos en alto. Mamá se mira enfadada. Lo puedo notar por su ceño fruncido.

—Keidan, por favor hijo, necesito saber—me mira triste.

Lo que mi madre ha dicho hace que mi mente trabaje —sí lo sé, mi cerebro trabajando, hagamos una fiesta, ¡Yei!— sí dice que dejé a alguien embarazada, eso solo quiere decir una cosa: La chica  está embarazada.

Cierro mis ojos con fuerza. Sabía que debía de hablar con ella.

¿Qué mejor que ir ahora?

—¿Qué hora es?

—Las ocho y media, ¿por qué?

—Necesito ir a hablar con alguien.—me toco la nuca nervioso.

—¿La chica? ¿Es con la chica? —pregunta desesperada.

—Sí, mamá, es con ella.—camino hacia la puerta.

—Keidan, espero y no haya sido con una de mala vida.— sus ojos se cristalizan.

—No te preocupes ella no es así.— la abrazo antes de salir de casa de mi madre.

KAILY'S POV.

¿Cuántas rondas llevamos? ¿Tres? Y han sido las más divertirás y deliciosas. Si no engordo por el embarazo voy a engordar por comer tanto helado. Pero es tan delicioso, creo que podría comer toda la vida.

Me alimentaria de helado la vida entera.

—Oye, ¿te sientes bien? —pregunta Dean.

—Sí, ¿por qué?—la verdad no me siento tan bien. Mi cabeza da vueltas y tengo náuseas, pero no le voy a decir eso. No le voy a decir que quiero vomitar.

—Estás muy pálida— acaricia mi mejilla—. Creo que ya no comeremos helado.—me quita el bote. Mis ojos se cristalizan.

—No, no me lo quites —sollozo. No sé porque mierda estoy llorando. Solo me da sentimiento ya no poderme comer ese delicioso helado sabor naranja que me está dando asco.

—Kaily, ¿por qué lloras?— pregunta preocupado.

—No... No me quites mi helado—sigo llorando y sollozando.

Es patético llorar porque me quitaron un bote de helado, ¿pero qué quieren que haga? Estoy embarazada, mis hormonas están al mil. ¡Devuélveme mi maldito helado perro!

Dean se ve preocupado y nervioso.

—Está bien, está bien. Te voy a dar el bote pero no llores.—me pasa el bote, pero yo ya no quiero helado de naranja, sino de chocolate.

—¡Ya no quiero! ¡Quiero de chocolate!—grito llorando.

No sé en qué momento Dean se levanta y da vueltas por toda la sala. No sabe qué hacer y está desesperado. Yo no sé porque lloro pero me siento bien haciéndolo. Escucho el timbre del departamento, hago caso omiso a eso. No me importa quien este tocando, yo solo quiero llorar, a gusto. ¿Por qué me interrumpen con mi drama?

—Tranquila, seguro es Lisa. —dice mientras va hacia la puerta, mis sollozos se intensifican. Parezco una niña pequeña llorando porque le quitaron su dulce favorito. Escucho gritos en la puerta, se supone que Dean fue a abrir, ¿por qué Lisa llegaría gritando? Limpio mis lágrimas, solo que es inútil, siguen cayendo más. Seguro son las malditas hormonas hijas de su madre. Sí es que tiene madre.

Cuando estoy por pararme alguien cae encima de mí. No es Lisa porque ella no pesa tanto. Me van a sacar el chamaco. Lo bueno que caímos en el sofá, porque si hubiera sido el piso, muero. ¡Es un chico! ¡Su perfume a hombre macho peludo me lo acaba de decir todo! Oh, huele tan bien.

—Oye, shushu —trato de empujarlo—, me asfixias.

—¡¿Por qué estas llorando?! —su chillido me ha dejado sorda y su preocupación me confunde.

¡Santo pan! ¡Es él chico de la chaqueta! ¿Pero qué diablos hace en mi departamento? Siento que el peso de encima de mí se va. Al fin puedo respirar en paz.

—¡¿Qué le hiciste idiota?! —sus gritos siguen dejándome sorda. No sé porque esta así, ¿acaso se equivocó de departamento? ¿Estará tomado? ¿Drogado quizás? ¿Necesita un psiquiatra? ¿Quiere pan?

—¿Podrías calmarte loco? —le digo, él chico voltea conmigo y me ve completa como examinándome. Dean tiene cara de no entender nada. Aunque yo tampoco entiendo.

—¿Podríamos hablar? —voltea a ver a Dean —. En privado.

¿Le digo que sí o qué no? No sé qué es lo que quiere, no lo conozco. Oh bueno, verlo varias veces no es conocerlo, ni siquiera me sé su nombre.

—Hum, ¿de qué? —cruzo mis brazos.

—Solo quiero hablar contigo de algo muy importante.—hace énfasis en "muy" y voltea a ver mi vientre aun plano. Mis ojos se conectaron con los suyos. Aprieto mis labios. No sé qué pensar.

—Está bien.— susurro desconcertada. 

Dean me dice que se quedara sentado en el sofá por si necesito algo. Camino hacia mi habitación, ¿es qué acaso no podemos hablar afuera? Mi corazón está acelerado, siento que no será bueno lo que me dirá. ¿Quién viene a hablar contigo de algo muuuuy importante a las nueve de la noche? Y para joderla alguien a quien no conoces. Tengo motivos para estar un poco asustada y nerviosa. Cuando ya estamos en mi habitación, este cierra la puerta. Mis ojos lo miran asustada, pasó mi lengua por mis labios. Cálmate Kaily, no va a violarte. Dean está afuera, solo tengo que gritar y él va entrar corriendo como flash. Espero y no se acabe el helado.

—Ahora sí, ¿De qué quieres ha...—no me deja decir ni pío, siento sus labios sobre los míos.

¿Ahora sí puedo estar asustada?

«Kaily, asústate, va violarter»

Gracias conciencia, eres muy dócil.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.