¡¿qué es esto en mi barriga?!

28. ¿Matwell Leithold?

KAILY'S POV.

Y aquí estaba yo, enfrente de una pequeña heladería. No sabía si entrar o no. Esto me tenía un tanto agobiada que no me dejaba pensar con claridad. Todavía no podía creer que Keidan fuese novio de mi prima. ¿Y si nunca me hubiera encontrado a Sharon? ¿Hubiera sido mejor? Viviría mi vida engañada.

Él era el padre de mi hijo o hija, pero yo era la madre. La que lo llevaba en el vientre. Así que me proclamaba a mí misma con más derecho sobre el bebé.

No paraba de reproducirse la voz de Sharon en mi mente "es mi novio" sabía que era un perra pero... No, tampoco buscaba que lo dejara solo porque yo estaba embarazada. Si ella lo amaba, que se quedara con él. Después de todo yo soy la que me metí en medio de los dos, soy la amante ¿no? Porque en este momento así me siento.

Se emborrachó y cometió un error, punto. Yo hice lo mismo y perdí lo más sagrado de mi con un desconocido que me dejo un gran regalo.

Si Keidan no quería estar conmigo no iba a obligarlo. Tampoco iba a impedir que viera al bebé. Tenía el mismo derecho que yo. Aunque yo me pusiera más.

Me senté en una de las mesas más alejadas; solo quería que todo esto pasara. Quería estar alejada de todos los dramas, discusiones y demás.

Suspiré, me levante para ir a pedir mi helado después de unos minutos. Rezaba internamente que nadie se sentará en mi mesa. Aunque... Con mi suerte, no dudaba que me quitaran la mesa también.

Espere en la fila, enfrente de mí estaba una señora con un bebé que me veía. El pequeño tenía unos ojos preciosos. Acerque mi mano y acaricie su mejilla, el bebo tomo uno de mis dedo y se lo metió a la boca para morderlo. Ahogue un chillido de dolor. Rápidamente aparte mi mano con una mueca. Acerque mi cara a la de ese demonio.

—No sabes dónde estuvo ese dedo —negué—. No muerdas dedos ajenos. No te lo recomiendo.—susurre cerca de su carita.

Esperaba que mi hijo no fuera así.

Cuando al fin fue mi turno pedí hasta lo que no. No me culpen al bebé se le antoja todo lo que veo. Suspiré como milésima vez. No puede ser que la chica no haya escrito mi nombre bien. Hasta se lo deletree.

De camino a mi mesa me puse una meta: Me voy a centrar en mi embarazo. No quiero distracciones, solo quiero que mi bebé nazca bien. Ahora, a cum- ¿Quién es ese en mi mesa?

Fruncí el ceño y puse los brazos en jarra frente a la mesa.

¿Quién se creía ese chico guapísimo para sentarse en mi mesa? Está bien, no tenía mi nombre pero... Era mi mesa y ya. No había ninguna más desocupada. Creo que el mundo se ponía contra mi.

—Esa es mi mesa —le dije después de unos segundos de hablarlo conmigo misma a solas. Tampoco se lo dejaría tan fácil —. Así que, si me permites...

—Lo siento pero aquí no miro tu nombre por ningún lado.—se hizo el que lo buscaba por toda la mesa, después sonrío de lado.

Golpee mi pie contra el piso. Me cruce de brazos. Es mejor que con esta embarazada no se metiera.

—Yo estaba aquí, solo fui a pedir lo que quería, no hay ninguna mesa. Yo gane esta.

—Pues el que se va pierde su mesa.—sonríe de lado.

Su sonrisa socarrona empezaba a irritarme. Suspiré hondo. No golpe a Sharon pero ganas no me faltan para golpear al idiota que está enfrente de mi. Me senté enfrente de él valiéndome mil hectáreas de pepino. No me iba quedar parada. Mire al chico en silencio. Wou, no era nada, pero nadita feo.

«Ya vas a empezar, Kaily»

Ora, ¿yo qué? Aveces siento que alguien dentro de mí me habla. ¿Será el bebé? No, no creo. Es mi conciencia.

Bueno, en lo que iba. El chico es muy guapo. Pero cuando habré la boca... Se le quita toda guapura por las cosas que dice.

—Bueno, ya que vamos a sentarnos juntos... ¿Cómo te llamas?—cruzo los brazos encima de la mesa.

Por Dios, que brazos... Digo, ¿le puedo confiar mi nombre? Lo acabo de conocer. Aunque, solo es mi nombre, no me va robar por saberlo.

—Kaily.—es lo único que digo. ¿Qué más podría decir? ¿Contarle toda mi vida? Tal vez se termine durmiendo.

Matwell Leithold—sonrío de nuevo—. Pero dime Mat.—y volvió a hacerlo. Como sonríe este chico. Y lo peor de todo es que tiene una irritable hermosa sonrisa.

Le regrese la sonrisa sin pensarlo. Su sonrisa causa felicidad, como si te estuviera invitando a sonreír también.

Pero ¿qué estoy diciendo?

KEIDAN'S POV.

La busque por todas partes. Hasta le di 5 vueltas al centro comercial... Caminando. La llame innumerables veces también.

Sí, tenía razón, yo no había terminado con Sharon y eso era mi culpa. Pero no tenía tiempo de pensar en eso. Lo único que me preocupaba ahora era Kaily. Lo que ahora le preocupaba a Sharon eran sus extensiones, el morado en su ojo y su tacón roto. Lisa se volvió Hulk.

Suspiré, mire mi celular y seguía igual.

Camine hacia mi auto y golpe el capo de este. Me irritaba no saber dónde diva los estaba ella.

¿Tenia que ser justo cuando pensaba pedirle que fuera mi novia?

Hace dos días no había dormido nada pensando en todo esto. Quería a Kaily, la quería en serio, igual que a mi hijo/a. Pensaba decírselo antes de pedirle que fuera mi novia en tres días. Pero claro... Sharon tenía que aparecer a arruinar todo, aunque tenía pensado ir a hablar con ella. Hacía mucho que no me paraba a mirar mi departamento. No sabía si se habían metido a robar y ahora no tenía nada. También tenía pensado decirle a Kai —como la llamaba Lisa y la llamaba yo en veces— que se fuera a vivir conmigo. Esa pequeña chiquilla se había ganado mi cariño, tal vez todavía no llegaba a amor pero por algo se empieza ¿no?

Apreté con fuerza el volante, tenía que controlarme y encontrar a Kaily.

¿Dónde iría yo si fuera ella?

A comer, con mi mamá...

«¡Helado!»

Eso, Kaily iría a comprar helado. Aquí cerca había una heladería, existía una pequeña posibilidad de que ella se encontrara ahí. Encendí el auto y aunque no estaba muy alejado de aquí con esta suerte que tengo capaz vuelvo y no hay nada.




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