Miro atentamente la prueba en mis manos, muerdo mi labio y trago saliva antes de mirar a Lisa con la misma expresión de hace cuatro años.
—Wou, si que tuvo buena puntería.
Sonrío con lágrimas en los ojos. Bajo la mirada a la prueba de nuevo y asiento. Bien...
No soy una cobarde y se como actuar. No soy una cobarde y se como actuar.
Comienzo a reír como si estuviera loca y esto fuera un simple sueño. No tengo la mente al cien porque mil cosas pasan por ella pero trato de hacerme a la idea de que estoy embarazada de nuevo y que no es malo. No es malo estar embarazada, es un nuevo angelito que viene a tu vida para hacerte sonreír, para que sepas que no estas solo. Las mujeres creamos vida y aunque no lo hacemos solas somos las que se llevan la peor parte... El parto. Cuando tuve a Kam fue el mejor día de mi vida pero también el más doloroso, simplemente no puedo describir el dolor.
Y que este embarazada de nuevo, aunque no sea planeado es bueno.
Lo que no es planeado es mejor.
—Lisa creo que... Estoy feliz —susurro con una pequeña sonrisa.
Mi pecho se infla de alegría al saber que Kam tendrá un hermanito o hermanita. Que volveré a ver crecer mi vientre, que sentire sus movimientos y veré crecer a una vida más.
No es tan malo, tal vez Keidan se ponga feliz y comience a gritar como lo hizo Axel, tengo que ser positiva. Miro el lado bueno de esto, no estoy arrepentida por no tomar las pastillas, son cosas que pasan y si Dios así lo quizo tiene que haber un porque. Soy de las personas que creen que si algo pasa se debe a algo y espero ese algo sea bueno.
Contengo la respiración al momento en que abro la puerta de la casa, escucho el ladrido de Thor en alguna parte de ella, miro atentamente la sala de estar buscando vida humana. Oigo a lo lejos la risa de mi hija y sonrío sin poder evitarlo. Dejo mi bolsa en el sofá y busco su paradero.
Por algúna extraña razón estoy feliz, me encuentro en el nivel más alto de alegría, tal vez sean las hormonas. Me siento extraña, no logro describir como exactamente pero me siento diferente; hace cuatro años yo no sabía absolutamente nada de la maternidad ni embarazos.
Pero ahora parece que estoy lista, que el bebé que viene en camino va ser querido y amado igual como lo es Kamille.
Keidan me ha demostrado que me ama, el hecho de que vayamos a tener otro hijo tiene que gustarle, ¿no?
Demasiadas cosas pasan por mi cabeza igual que siempre pero una en concreto es la la que me hace darle más vueltas a la sopa.
Será el segundo hijo que tenemos y aún somos novios.
Siento que algún día me explotara la cabeza.
Me quedo parada en medio del pasillo que da hacia las habitaciones, sigo escuchando la risa de mi hija y la del castaño. Suspiro hondo y decido mejor dejarlos solos.
Necesito algo para calmarme y ese algo se encuentra en el congelador, camino hacia la cocina y saco un bote de helado, si hay algo que nunca me dara asco es el helado.
═══●♥●═══
Suspiro con melancolía al estar viendo las fotos de cuando Kam era pequeña, meto una cucharada de helado sabor naranja a mi boca.
Un dejé de melancolía entra en mi pecho al darme cuenta de lo rápido que creció mi niña, la primera vez que dio sus primeros pasitos a quedado plasmada en una foto de ella persiguiendo una linda mariposa. Recuerdo perfectamente ese día porque me dio un gran susto, pensé que iba a caer y solo iba detrás de ella.
Niego con una sonrisa triste, que rápido crecen.
Pongo una mano en mi vientre aún plano y lo acaricio un poco, sonrío.
Miro como Keidan entra a la habitación y quito la mano de mi vientre de inmediato. He encontrado el momento perfecto para decirle, le he dicho que vayamos a cenar y ha aceptado sin rechistar. Lisa y Axel cuidarán de Kam.
Sé que dije que nunca le dejaría mi hija a mi mejor amiga pero ya es hora de que se enseñe ella y el castaño a como cuidar un bebé.
Solo espero que al llegar la casa no se este incendiando.
—¿Esta foto no es del día que lo hicimos en el auto? —me sonrojo al instante por el recuerdo, veo fijamente la foto de nosotros abrazos. Golpeo su pecho y abrazo mi bote de helado.
—No, fue el día que me golpeé la cabeza con el techo del auto.—bufo.
—Sí, porque lo hicimos ahí —sonríe pícaro.
—Era tu cumpleaños y querías cumplir tu fantasía, ¿quién soy yo para negartelo? —como más helado.
Sigo pasando las páginas del álbum y ahí se me va la tarde comiendo un bote completo de helado. Marcando las siete de la noche me meto a bañar para la cena romántica como le ha llamado mi querido novio. Estoy tan nerviosa que no sé ni que rayos me pondré, iba a usar un vestido pero no podré hacer lo que tengo pensado. Tomo una falda y una blusa de tirantes, genial. No me maquillo demasiado, solo lo esencial, me meto al baño por un buen rato haciendo lo que tengo pensado, creo que es mejor eso a que yo hable, siento que solo dire estupideces, no estoy lista para hablar aún, no quiero que mi voz se quiebre ni nada por el estilo.
Solo hablara mi futuro vientre abultado.
—Lisa, por favor, no quiero mi casa en llamas cuando vuelta —advierto.
—Nah, no te preocupes, he madurado y ahora soy más responsable.
—Que triste, yo no —ruedo los ojos al escuchar a Axel.
Beso toda la carita de mi hija y me despido de ella no sin antes volver a repetirle a Lisa y Axel que cuiden bien de ella.
En el momento en el que me siento en el asiento del auto mi cabeza se pierde, comienza a indagar en todo lo que tengo en ella. Miro el futuro donde me encuentro con cinco niños a mi alrededor, con Keidan a mi lado y una nueva pancita. Eso si es soñar despierta, puede que tal vez mi futuro se parezca, lo espero en serio. Espero que me vaya bien en todo de una vez por todas. Aunque me va bien, tengo empleo y una familia.
Editado: 06.07.2022