¿qué fuimos?

Capítulo I

 

Encontrar el amor es una misión difícil por no decir imposible, pero es complicado hallar esa persona que te haga sentir especial, que entiendas tus silencios, que ame tus defectos y adore tus virtudes, con  tan solo una mirada sepa lo que te sucede, no sé si me tocará vivirlo, aunque siendo sincera nadie encuentra el amor,  el amor te encuentra. Y así sucedió aún recordaba con una sonrisa en mi rostro cuando conocí a Enzo, pedía un capuchino como de costumbre cuando de repente llegó hecho una furia y casi derrama mi café, ni siquiera fue capaz de pedirme una disculpa o decir algo, no dijo nada simplemente continuó hacia adelante, quería agarrarlo por el cuello hasta que se me disculpara por su imprudencia, pero me contuve y salí de la cafetería.

Mi día había empezado mal, no obstante, mis clases de pintura me relajarían. Eso pensé, que tonta fui lo cierto es que el imbécil  que casi arruina mi chaqueta también llegó a mi salón,  esto no puede ser, tapando mi cara con mis manos.

Será que estaré pagando un karma que debía, aunque siendo sincera se veía muy bien, cálmate, Lara, calma tus hormonas, me reproché mentalmente.

La profesora muy entusiasmada procedió a presentarlo chicos/as  le presento a su nuevo compañero, él es Enzo López, espero que lo traten bien

 Todos les dimos la bienvenida al unísono. -Bienvenido Enzo.

Vi como buscaba un asiento, pero como nunca tengo suerte y no estoy bromeando, solo quedaba el asiento que estaba a mi lado, volteé los ojos trágame tierra.

Empezó a caminar hacia mi dirección y sin decir una palabra se sentó, se sentía una tensión que se podía cortar hasta que escuché su voz.

-Disculpa lo de esta mañana estaba cabreado y pagué con quien no tenía la culpa. – expresó, sentí que fue sincero.

 -La verdad es que casi pierdo los estribos y te estrangulo. -él se ríe levemente -Pero acepto tus disculpas.

Le extiendo mi mano  -Me llamo Lara. - agarró mi mano -Mucho gusto soy Enzo espero que podamos ser amigos.

-Si manejas mejor tu humor obvio que sí.

 -Lara y Enzo podrían prestarme atención, -Nos reclamó la profesora.

ambos nos enfocamos en la profesora, aunque mi mente estaba divagando sentí algo muy extraño y la verdad es que sus ojos y sonrisa eran adictivos iba rumbo a mi perdición y ya había comprado el boleto de ida, pero no de vuelta.

 Terminó la clase recogí mis cosas con la intención de irme tenía que huir tenerlo cerca es una tentación muy fuerte.

-¿Por qué la prisa? -dijo en mis oídos.

Me espante un poco -tengo cosas por hacer.  -que mentiroso soy, pero a veces mentir es la única opción-

-Umm,  espero volverte a ver antes del jueves.

-Quizás.  -salí sin mirar atrás ¿qué haré? y lo peor de todo es cada martes y jueves vería mi futuro tormento, hermoso tormento.




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