Querido diario! He vuelto después de dos días. Mi mamá, aunque se ve tranquilo, no tiene el habitual brillo en sus ojos, ni sus mejillas están sonrojadas como cuando ve a papá. Solo se ha enfocado en trabajar online, y la abuela se deshace en mimos para mí y Ren. El abuelo es igual de callado como siempre. El tío Itachi viene a visitarnos todas las tardes con su pareja. Pero nadie habla de mi padre ni de nuestra "situación", lo que me hace sentir más intranquilo. He estado decaído, no me entra casi la comida, lo cual ha hecho que mi mamá se enfade conmigo. Pero es que no puedo, por más que trate, hacer que se me pase la comida. No es por hacerlo sentir mal o lo que sea, solo siento que mi estómago se aprieta.
Aunque me había levantado temprano para ir a clases, mamá dijo que por estos días no iría hasta que las cosas estuviesen bien.
Honestamente no tengo ni idea de lo que significa eso. Si se van a separar, ¿qué está esperando? No entiendo, solo sé que no puedo pensar en otra cosa. También Ren parece que extraña a papá, pues es todo lo que balbucea en la noche antes de caer rendido.
Esta situación es absurda y odio sentirme así. ¿Acaso no tengo voz ni voto en esto? Y me estresa porque cada vez que voy a hablar con mi mamá acerca de esto, nos interrumpen. No sé qué hacer, pues cuando llamé a papá a su celular para ver qué pasaba, para pedirle que por favor arreglara las cosas con mamá, me atendió una mujer, y colgué. «¿Acaso mi papá engañó a mi mamá y por eso se están separando?» La verdad me cuesta mucho imaginarme a mi papá siendo infiel, y no es porque sea mi papá que lo defienda, pero cuando mi papá mira a mamá, pone la misma cara de tonto que hace cuando va a comer ramen, y sé que no soy tan grande, pero al menos desde que tengo uso de razón, mi papá ha mirado de la misma manera a mi mamá. Entonces sigo sin entender cómo es que alguien como mi papá haría algo así. Si cada vez más me cuenta la historia de cómo se conocieron y ya me la sé de memoria, es absurdo.
Supongo que eso tendría que ver con que mami se vea tan apagado físicamente, y me da tristeza porque él no dice nada, está tranquilo y quizás no quiere preocuparme. Solo sé que si mi padre engañó a mi madre no se lo perdonaré por romper así nuestra familia, pero solo sé que no puedo soportarlo más. Así que, querido diario, no me importa: confrontaré esta situación en la cena. ¡Así que deséame suerte! Pronto te actualizaré.
Hacía frío, especialmente esa noche, por eso me puse mi abrigo rojo, el que me dio papá la navidad pasada, y bajé las escaleras hasta llegar a la cocina. Mamá estaba sentado en la mesa mientras Ren estaba comiendo en su silla o, como yo le llamo, haciendo desastre con la comida. Los abuelos hablaban, hasta que me vieron llegar. Entonces mamá se levantó para servirme de comer, y luego, cuando regresó a la mesa con mi plato, solo lo miré brevemente. Se notaba cansado, y estaba usando ropa holgada, algo muy poco habitual en mamá, ya que no importa si estamos en casa en pijama, él siempre se arregla para papá, cosas de Omega que nunca entenderé.
Después de darle como cuatro cucharadas a mi sopa, no pude resistirlo más. Mi mamá le limpiaba la boca a Ren cuando me animé a hablar.
—Ma, necesito hablar contigo—pedí nervioso mientras jugaba con mis manos.
Mi mamá volteó a verme y al ver que no me terminé la sopa, frunció el ceño. —¿Otra vez no comes nada, Menma? ¿Te quieres enfermar, acaso?— murmuró serio.
Me removí nervioso en mi silla y sentí mi corazón latir a mil por hora, pero tenía que decirlo ya.
—Simplemente no tengo hambre—dije mientras me encogía de hombros.
Vi a mi mamá suspirar, y tras pedirle a mi abuela que acostara a Ren, solo nos quedamos nosotros y el abuelo en la mesa. Él seguía con su vista pegada a su periódico, pero no iba a acobardarme ahora. Entonces vi cómo mi madre se levantó de su silla y se puso delante de mí. Entonces yo también me levanté y nos quedamos mirándonos mientras veía en él una expresión de fastidio, pero no dijo nada.
—Contaré hasta diez y me dirás qué pasa—murmuró serio, y me sentí estremecer al sentir su mirada fría sobre mí.
Di un largo suspiro antes de hablar.
—Mejor dime tú, mamá, ¿qué pasa? ¿Por qué estamos aquí? ¿Dónde está papá? ¿Cuándo planeas contarme que se van a separar? ¿Cuándo me ibas a decir que te engañó?— Ante mis palabras solo podía ver la expresión asombrada de mi madre. Ante mis palabras, incluso mi abuelo que estaba leyendo su periódico dejó de leerlo, y cerrándolo, intervino.
—Mocoso, ¿qué son esas formas de hablarle así a tu madre?— Se levantó con una expresión furiosa y dio un paso hacia mí. Temí que fuese a pegarme, pero mi madre le impidió el paso.
—Vete, papá, por favor. Hablaré con Menma.
—Pero, Sasuke— gruñó mi abuelo.
—Lo sé, papá, pero déjame a mí disciplinar a mi hijo, por favor. Levantarle la mano no hará que entienda nada— dijo, y entonces mi abuelo, refunfuñando, se fue de la sala.
Entonces mi madre, luego de eso, me invitó a que nos sentáramos para hablar en el sillón, y entonces me desahogué. Le conté lo que escuché y la llamada a mi papá, y cómo no lo iba a perdonar si me enteraba que le había sido infiel con una Omega mujer. Mi mami me escuchaba atentamente con el ceño fruncido, pero no me interrumpió ni una vez, y cuando acabé de decirle todo, solo lo sentí suspirar.
—¿Ya terminaste de hablar?— preguntó haciendo una mueca.
—Sí— fue todo lo que respondí, y entonces vi cómo mi mami carraspeó su garganta.
—Primero, te he dicho mil veces, Menma, que escuchar las conversaciones de los demás está mal—señaló con tono de reproche, pero luego aligeró su voz, soltando una risita—: pero me alegra que te preocupes por tu familia, mi pequeño—dijo mientras apretaba mis cachetes.
—¡Eres tan Dobe como tu padre! Menma, no nos vamos a separar. Si hubieras sido buen chismoso y te hubieses quedado a escuchar un poco más, sabrías que me estaba refiriendo a que ya había hablado con Naruto de que fumigara el apartamento. Estaba cansado ya de pedirle lo mismo, ya iban dos veces, mi paciencia es corta. Por eso, al irnos, viste algunas cosas en bolsas—comentó simple mientras se reía.