¿Haces todo lo que te piden los profesores?
¿Hasta venir a hablar conmigo?
No me digas que eres la favorita del profesor...
Prefiero que les mientas que has venido
Antes que hablar contigo, Jori.
Los días fueron muy pocos en los que estuve en el hospital. Y el doctor tuvo razón en algo, no llegué a terminar la semana adentro para que me dieran el alta. Cinco días estuve y mis piernas no me dolían para nada. Las heridas se empezaron a sanar lentamente, me dijeron que podía curarme yo misma teniendo la higiene correcta. Seguro que sabían de lo que trabajaba, y por eso me dejaron irme antes.
O al menos eso pensaba yo.
Los últimos días en el hospital estuve reconciliando el sueño en el sofá con los almohadones espectaculares —era como dormir en el cielo— e investigando sobre el asesinato de aquella noche.
Hasta les tuve que preguntar a las enfermeras de si habían visto alguna noticia sobre cierto caso. O al menos una denuncia, algo que me sirviera cerca de la calle Grisa para obtener información.
Pero nada. Ni una cosa pequeña tenía. Pareciera como si el asesinato nunca hubiera pasado y solo estuve yo apunto de morir. Lo bueno es que mi tía me ayudaba a buscar información, al trabajar como editora periodística sabia la mayoría de las noticias que había que publicar y corregir. Algo que me servía muchísimo para encontrar algún indicio de lo que había sucedió, pero no encontró nada de nada.
Noelle me había dicho: "No te agobies tanto en cosas que no importan, dejáselo a la policía".
Pero yo no sé si era un asesino en serie. No se si me estará buscando o me tendrá una trampa para atrasarme y matarme. Y de seguro peor que como le hizo a aquel hombre.
Uno de los últimos recursos que tenía era ir a buscar información a la policía. Porque no tenía nada para denunciarlo cuando no tengo ni idea de que callejon era al que me metí, tampoco la persona que fue asesinada. No tenía nada. Pero si buscaba información sobre algún asesino en serie o desaparición, talvez encontraría algo.
Hasta que piensen que eres una loquita en busca de casos policiales.
También.
La mañana en la que me dieron el alta estaba guardando mis pocas cosas que me iban trayendo Noelle y Harry a la habitación en una pequeña cartera que lograron darme de mi casa. La enfermera que me había asistido desde el primer día —me dijo que se llamaba Nova— me visitó antes de irme, mis antiguas pertenencias ya se las habían dado a mi tía.
—¿Feliz de poder irte? —me sonrio de oreja a oreja viendo como estaba terminando de guardar una toalla de manos.
—Lo único que extrañare son los almohadones del sofá. —dije con una que ella me contagió. Con la investigación sobre el asesinato nos volvimos un poco cercanas. Al parecer teníamos casi la misma edad, así que las formalidades se esfumaron de su parte al enterarse. Cosa que no me molestó, fue de gran ayuda y apoyo. —Si quieres te podría visitar, aunque no sé cómo estará ahora el hospital donde trabajo.
—No te preocupes. Tu escríbeme para saber como te va en la investigación —posicionó su palma en mi hombro de manera reconfortante—. No fue de mucha ayuda lo que te he dicho pero talvez pueda averiguar algo.
—Gracias. Me has ayudado bastante. —le di unas palmadas a su mano y terminé de empacar mis cosas. Iba a retirarme al despedirme con un gentil abrazo pero su voz me detuvo al salir por las puertas del hospital.
Y aquí viene mi otro último recurso diría yo.
El hombre que me trajo al hospital.
Ni siquiera se te paso por la cabeza preguntar por él.
La verdad, no.
Según Nova, el hombre que me trajó al hospital llenó un pequeño formulario para estar en contacto con él por si despertaba, pero nunca atendió. Lo que si dejo en el formulario fue su dirección de ocupación y su número. A lo que yo salte tanto de alegría que ahora mismo le debo una comida a Nova, por voluntad propia.
Y sabiendo ya que no iba a atender mi llamada —porque si, no atendió cuando el hospital lo llamó menos a una desconocida le va atender— decidí ir a su trabajo.
Que siendo sincera ni siquiera me fijé en que decia en el sector de ocupación hasta que llegue a la dirección anotada.
Estación de policía de la ciudad Duksfall
¿Era... un policía?
Nova me había anotado la dirección con el nombre del sujeto. Al perecer nuestro querido William es un policía.
Perfecto, matas dos pájaros de un tiro.
Quedaría como una pequeña loca si voy a su trabajo, lo busco y encima empiezo a investigar sobre algún asesino en su mismo lugar de trabajo.
Mejor mato a uno.
No se porque los nervios empezaron a venir en mi mente. ¿Qué podía ser peor que buscar a alguien que me ayudó? Solo era preguntarle sobre que vio y darle las gracias por no dejar a mi bello cuerpo tirado en la calle.
O que el asesino se vaya, no se como me encontró.
Al entrar estaba tan llena la estación que por poco chocó contra un policía que tenía unos papeles en la mano.
Era bastante grande. Los tonos crema, negro y gris se repartían por todo el lugar, dejando que el color oscuro de los muebles resalte a la perfección en la recepción. A mi derecha, unos tramos de escalera que conducían a otros pisos, los cuales si mirabas arriba podías ver algunos pisos con balcones. Notando todas las personas yendo y viniendo más apuradas que nadie.
Y tu solo viniendo a dar las gracias.
A mi izquierda parecian haber oficinas con un pasillo no tan amplió, pero al fondo se dejaba ver como una salita de estar. Seguro la usaban para algún descanso. Y mirando bien, se escondía cerca de la recepción otro tramo de escaleras, tanto para arriba como para abajo. En la recepción espaciosa cabía sillas suficientes para que las personas en espera se sienten. Un dispenser con agua y vasos de plástico cerca del tramo de escaleras a mi derecha. Teniendo también cerca un ascensor.