¿qué Harás Conmigo?

Capítulo VII

No me interesa si me molestan a mí.

Me importa que empiecen a molestarte a ti,

Tú ya tienes cosas que soportar en tu casa, Jori.

...

—¡¿Acaso te volviste loca?!

Que linda forma de volver al trabajo.

Noelle, con su magnífico rodete donde resaltaba su precioso flequillo, me miraba con ganas de querer estampar mi cabeza contra algún bisturí o muestras de orina. Antes había pensado que era pésima idea lo de seguir investigando acerca del asesino, más con alguien que ya había sospechado —algo que habia cambiado un poquito de opinión—. ¿Pero Noelle? Estaba más que enojada apenas se lo dije.

—Baja la voz. —suplique en un susurró bastante bajo para que ella me escuchara.

—¿Cómo quieres que lo haga cuando literalmente me estás diciendo que empezaste a investigar sobre un asesino con la persona que sospechas de que lo es? —Habló tan rápido que ni yo pude entender del todo. Lo único que pude entender al terminar de cambiarme fue que seguia enojada.

Demasiado.

—No sospecho, Sospechaba —corregí, cerrando la casilla y tratando de sonreírle—. Tiempo pasado.

—No, no es ni tiempo pasado, Jori.

Nos encaminamos a la recepción donde trate de saludar a mi compañera pero con una vocecilla furiosa perforando mi oido.

—No puedes confiar en él.

—Obvio que no.

—¿Entonces por qué le confiaste en contarle sobre el asesino? —dijo cansada.

Se que estaba preocupada. Yo también lo estaba, un poco. Y se que no fue la mejor idea decírselo, aunque este corriendo peligro investigando ya por mi propia cuenta y sola.

Sabía que ella podría acompañarme por muy enojada que esté ahora. Sabía que me ayudaría si se lo pidiera aunque me diga que no lo hará ahora. Porque Noelle es así. Además de ser una buena amiga tenía sus cosas de mamá gruñona que me parecían graciosas pero preocupantes. Por eso, no importa como ella esté reaccionando ahora le iba a contar todo.

Porque confiaba en ella. Confiaba y también la quería tanto pero había cosas que ni yo misma le quería contar.

¿El accidente de hace como catorce años? No se lo dije.

Actos traumaticos no queremos que sepa.

¿Mi familia que no recuerdo cosas esenciales de ella? Tampoco. Porque se como se pondría, y se que son cosas que no le va a importar aunque ella no entienda mi forma de ser a veces.

No va a entender porque tengo tantos dolores de cabeza. De porque no tengo recuerdos de cuando desperte del hospital aquella vez o porque no me acuerdo de cosas que pude haber hecho con mi mamá a los quince años.

Ni siquiera sabes si celebraste tus cumpleaños.

Hace como catorce años desperte en un hospital sin siquiera saber si mi mamá era la que decia ser. Perdí la memoria completamente al punto de querer irme corriendo del hospital porque no conocía a nadie de las dos mujeres que están paradas enfrente mío.

Hasta que me dijeron padece de amnesia permanente.

Pero al parecer estos horribles dolores de cabeza se están volviendo señales de recuerdos que estoy teniendo.

¿De qué me sirven ahora si ya no tengo a mi mamá? O al menos se que ella siempre me lo decía como para hacerme recordar momento que pasamos juntas.

Me gire a verla luego de tomar las fichas mas importante y seguir nuestro camino al ascensor.

—Es de la policía y trabaja en la sección de criminalista. Tiene los contactos necesarios para poder ayudarme a investigar sobre el caso.

—No corras riesgo en esto por alguien que no conoces. —Las puertas del ascensor se abrieron y entramos en el.

—William también me está ayudando y no me conoce. —Nombrarlo así me resultaba raro. No sé porque.

—Jori, por dios —tomó mis brazos para girarme y así quedemos cara a cara—. Esta bien que te haya ayudado cuando estuviste allí pero necesito que tengas cuidado de él. —me soltó suavemente y luego se cruzó de brazos.— No todas las personas que hacen buenos actos lo son.

—Elle, no tengo quince años.

—Pero lo pareces. Y no quiero tener que volver al hospital y enterarme que mi amiga esta allí por motivos que solo dios sabrá.

Suspire y solo nos giramos mirando a la puerta del ascensor en silencio.

Ella tenía toda la razón, era algo que ya tenía por sabido también porque yo misma lo pensé más veces antes de aceptar la ayuda de William.

Y si le decís que tiene tu número ahora es peor.

Ya se enterará.

Me gire a verla y trate se sonreir antes de que las puertas se abrieran.

—No te enojes —Coloque mi mano en su hombro tratando de que se calmara—. Se que te preocupes por mi pero voy a estar bien, hasta recibo tu ayuda en esta "pequeña" investigación. Estarás enterada de muchas cosas.

—Eso espero. —me miró de reojo y resoplo.

Salimos del ascensor y nos separamos a nuestras respectivas tareas. Las mías no tendrían que ser abundantes y extensas, pero me entere que nadie pudo cubrirme unos cinco días en el hospital, así que tocará hacer guardia algunos días.

Que no es exageración.

No, pero me molesta.

La jornada se basó entre consultas médicas para pacientes aptos para próximas cirugías y chequeos de alguna operación que haya salido bien, o también mal.

Al parecer no había muchos pacientes que recurrían de mi ayuda —será por eso que no buscaron a alguien para cubrirme—, pero el único que si necesito mi mayor ayuda fue Tyler. Estuve más tiempo con él, tiempo del que no desperdicie ya que tuve de sobra para poder hablarle.

Parece que no, pero en el hospital uno sí toma cariño con ciertos pacientes. Hasta los que menos te esperas.

Tyler era un paciente bastante recurrente en el hospital, por su salud y demás. Pero desde hace casi un año está en el hospital por un cáncer pulmonar que se le apareció sin saber como. Solo se dio cuenta que lo tenía cuando corrió una maratón y le costaba demasiado respirar, tanto así que tuvieron que traerlo cargando.



#1305 en Thriller
#508 en Suspenso
#7216 en Novela romántica

En el texto hay: romance, violencia

Editado: 23.04.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.