¿qué Harás Conmigo?

Capítulo VIII

—¿Doctora? —preguntó nerviosa la mujer sentada enfrente mio. Me obligue a sacar todos mis pensamientos de mi cabeza y pase a mostrarle una de mis mejores sonrisas.

Los puntos se encuentran bien, dentro de dos semanas los sacaremos y seguirá con los antibióticos hasta esos días.

No se como conseguí concentrarme luego de la maravillosa noticia que acabó de escuchar. La verdad, quería ir en busca de Harry, plantarme enfrente de él y empezar a preguntarle todas las dudas que andaban rondando en mi cabeza. Hasta estuve pensando en que puede haber sido solo un malentendido de Tyler.

«Harry»

¿Podemos hablar?

Aunque sea después del trabajo, por favor.

No se porque borré y reescribí más de diez veces el mensaje, indecisa en sí era lo mejor contarle o preguntarle sobre el tema. No quería causar más peleas con Harry. Ya no quiero pelear y tener que hablar de esto con él gritaba las palabras pelea, discusión y gritos. Menos quiero hacerlo al pensar en cómo terminamos la última vez.

Tyler recibió su respuesta acerca de mi estado. Se sorprendió tanto que hasta pareció preocuparse por lo sucedido. Le dije ‟Estoy bien, ya no me duele nada” cosa que en parte era verdad.

El cuerpo no me dolía pero si la mejilla si me la tocaba o quería apoyar mi rostro del lado derecho. Y seguía tocando con mi lengua el lado de la mejilla interna, pensando que talvez los vidrios traspasaron la carne.

Sobre el asesinato no estaba tan bien. Seguía buscando todo lo podía, hasta el mismo día que conocía al tal William Kaufman que fue el primer sospechoso apenas lo vi.

No se lo descarta todavía.

Me esta ayudando a encontrar al asesino, sería muy raro que él lo fuera.

Encima, también podría estar usando una peluca el asesino.

Una forma muy ridícula de ir a matar.

Y la noticia de Harry me estaba absorbiendo por completo. Tarde demasiado en pensar si sería correcto mandarle los mensajes, indecisa en qué escribirle y luego desesperada por cada vez que me vibraba el celular y no veía una respuesta de él. Terminé desactivando las notificaciones así podría tratar de pensar en otra cosa.

Me fui de la habitación luego de revisar a la última paciente del día antes de mi descanso. No me sentía cansada físicamente pero no quiera que todos mis pensamientos me estén molestando en lo que yo creía mi día más tranquilo.

La parada hacia la cafetería fue aliviante. Noelle Seguía trabajando, así que preferí irme a uno de los jardines del hospital a disfrutar de la brisa fresca que había.

Demasiado fría la brisa en otoño.

No estaba tan abrigada, apropósito para poder disfrutar del comienzo a las temperaturas bajas. El vapor que iba desprendiendo mi boca con cada exhalación me divertía de una manera que jamás comprendí saber. La vaso de té estaba caliente pero mis manos heladas, algo que para mí era el mejor contraste para poder sostenerla y disfrutar del sabor dulzón. Las flores todavía seguian con sus colores audaces entre el pasto verde del jardín, desprendiendo algunas un olor exquisito.

El silencio y el sonido de las hojas chocandose unas con las otras por las brisas fuertes era lo único que me acompañaba. Me sentía completamente cómoda y extasiada disfrutándolo, tanto como cuando cerraba mis ojos y los volvia a abrir luego de unos preciados segundos.

Divisé al abrir mis ojos una figura masculina afuera del jardín. Esta se empezó a acercar y me di cuenta mejor quien era.

—¿Demasiado ocupada doctora Jori? —William se acercó en pasos lentos mientras mantenía guardadas sus manos en los bolsillos de su gabardina.

—No, estoy en mi descanso —sonreí levemente—. ¿No era que teniamos que tutearnos?

El asintió dejando un sonido proveniente de su garganta un tanto rato.

—¿Descansando en un jardín sola y con frío? —preguntó parándose a unos pasos de mi.

—No estoy sola, estas tu ahora aquí. —No se porque mi comentario le saco una de sus risas pequeñas de sus labios. —¿Por qué viniste? Pensé que me llamarías si encontrabas algo.

—La forma en la que lo dices me hace sentir que soy el ayudante del villano —Ahora la risa había escapado de mi—. Encontré algo. Te llamé y envié mensajes pero no recibí respuesta.

Tomé mi celular confundida y me encontré en que lo que había dicho era verdad.

«William Kaufman»

3 llamadas perdidas.

5 Mensajes no leídos de ayer.

¿No me fije en los mensajes de ayer? Si mal no recuerdo estaba usando el celular, a no ser que me haya quedado mirando alguna serie.

—Es como un día libre para mí, así que aproveche en venir a verla.

Levante mi mirada y me encontré con sus rubíes brillantes observandome fijamente, no parecia molesto. O eso creo.

¿Porque gastaría su día libre en venir para mostrarte lo que encontró?. Yo prefiero quedarme en casa.

Ignoremos el detalle. No hay importancia en eso.

—Perdón, había desactivado las notificaciones desde la tarde y no me fijé en los mensajes. —Di un sorbo al té, recibiendo el calor de la infusión.

—¿Por qué desactivaste las notificaciones?

No supe en si decirle la verdad o uns mentira para responderle, teniendo que mover la boca sin respuesta de forma vergonzosa.

—Mi problema mi asunto, señor Kaufman. —Sonreí de oreja a oreja volviendo a las formalidades. Me levanté de mi lugar, cansada del frío que me estaba consumiendo.

—¿Buscaras un abrigo y volver aquí? —preguntó mirandome.

—No, mejor vamos a la cafetería. No se que querrás de allí pero ya disfrute del frío. —Solo borré mi sonrisa al irnos del jardín y sentir como el frío que sentía en mi piel empezaba a disminuir mientras nos adentrabamos más por los pasillos.

La verdad me estaba congelando en el jardín, cosa que el té ayudaba solo un poco. Aunque me sentía mejor allí con el frio mientras analizaba la situación de Harry que adentro.



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En el texto hay: romance, violencia

Editado: 23.04.2025

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