Catherine se llevó a Chloe esa noche a su casa y se quedó a dormir en su departamento. Estaba tan ebria que no podía ni pararse, la acomodó como pudo en su cama y le quitó los zapatos, luego fue al baño y se miro al espejo. Se desmaquillo, se puso su ropa de cama y se acostó pero no lograba dormir, su mente viajaba a aquel extraño hombre que conoció en el club. Se puso a pensar en su sonrisa,su voz, su cabello, ojos y en cómo se sonrojaba cada que ella sonreía
-¿Que me pasa? Si apenas lo vi -
Pero lo cierto era que tenía un aspecto tierno y se veía muy guapo - espero me llame.
Se rió de sus propios pensamientos y se durmió.
La mañana siguiente la despertó un sonido de platos y aroma a café, abrió los ojos perezosamente y se levantó, en la cocina del departamento encontró al prometido de su amiga preparando el desayuno, sonrió y entró.
-Tu no deberías estar aquí.
-Chloe lo merece.
-Claro que sí, pero tendrán toda una vida juntos para que le prepares desayunos.
-Por favor Cat, deja que le lleve esto, luego me iré.
-Bueno - tomó un poco de la fruta del plato y se la llevó a la boca - pero luego te vas, debemos prepararnos para una boda, y tu tienes que ir a buscar a tu padre.
-Lo se, su avión llega en una hora.
-Ve. Despierta a esa dormilona, y dale de estas también - le dio un recipiente de pastillas - créeme que las necesitara.
Connor puso las pastillas en la bandeja y se fue por el pasillo, mientras tanto Catherine se sirvió una taza de café y comió un par de las galletas que había en un tarro de la cocina, reviso su celular y vio que tenía un mensaje de un número que no conocía, lo leyó y sonrió.
-"se que te parecerá apresurado pero solo me cercioro que tu también tengas mi número, llámame" Lucas, el chico del club.
"Lucas" pensó, guardar su número en el teléfono y luego marcó un nuevo número. Como ella era la dama de honor de su mejor amiga debía estar al tanto de que todo estuviera en orden y que no faltara nada o a la novia le daria un ataque de nervios y conocía a Chloe muy bien era capaz de cancelar todo solo si faltara una silla o las flores no eran del color que ella había elegido.
Después de que Connor se marchó, fue a buscarla y la encontró en la ducha.
-Chloe, acabo de llamar al salón está todo en orden para la fiesta, el fotógrafo ya recibió el cheque, el pastel y las flores están en camino. Me voy a casa a ducharme y volveré, las chicas vendrán en una hora para ayudarte.
-Cathe, eres la mejor dama de honor en la tierra - le dio un abrazo - no se que haria sin ti.
-Para este momento no tendrías boda.
-Exagerada.
-Nos vemos después.
La rubia salió del edificio y saludo a Samuel, el portero quien le abrió la puerta y ya le tenía un taxi.
-Eres el mejor - le dio un beso en la mejilla - voy a extrañarlo.
-Y yo a ustedes.
-Aunque puede que tome el departamento de Chloe ahora que se casa, quien sabe todo puede pasar. Adiós.
-Adiós señorita Mercy.
Se subió al taxi y regresó a su departamento, recogió el correo y lo dejó sobre la mesa junto con otro montón de sobres, se quitó los zapatos y el vestido y se metió a la ducha.
Mientras se bañaba pensó en todo lo que había pasado durante los últimos meses con su trabajo, todas esas cartas de la editorial que le pedían que les enviara la nueva entrega de su novela, pero la cosa era que estaba bloqueada había escrito y borrado mil veces lo escrito y nada la convencía no quería entregarles algo insulso y sin gracia que desilusionó a sus lectores y a ella misma. Así que decidió dejarlo tal como estaba y esperar a que la inspiración regresara o tendría que renunciar a su carrera y volver a su trabajo de leer lo que lo demás escribían.
Después de arreglarse le dio de comer a su gato y almorzar algo ligero porque luego comería con las chicas antes de ir a la finca donde se llevaría a cabo la ceremonia. Tomo sus llaves, la funda con el vestido, zapatos y todo lo que necesitaría y bajó al estacionamiento donde metió todo dentro del auto y regreso a casa de su amiga.