La semana que siguió a la operación de Norman Mercy todos en el hospital al ver su mejoría empezaron a respirar más aliviados, sobre todo su familia, quienes la habían pasado las horas más desesperantes y desconcertantes debido a la incertidumbre dado el diagnóstico cambiante que tenían los médicos respecto a su condición. Afortunadamente el tratamiento con la cirugía y los medicamentos habían dado resultado, a pesar de que aún no podían darle el alta para que se fuera a su casa.
Catherine había hablado con su madre acerca de lo que estaba ocurriendo con su padre y el hecho de que ella ya lo había perdonado después de tanto tiempo y el haber hablado con su hermano Stuart y su cuñada Candice para que ellos convencieran a su madre para que fuera a verlo pero ninguno de los tres lo había logrado hasta que un día sin avisar fue el propio Ethan fue quien se presentó en su casa para hablar con Dona, mientras tanto Catherine escuchaba toda la conversación escondida en las escaleras tal y como lo hacía cuando era una niña y oía a sus padres pelear.
Al final el termino convenciéndola y Dona se presentó un día en la clínica y hablo con Norman quien estaba acompañado por su esposa Martha, quien al verla pensó en dejarlos solos para que ellos hablaran pero en cambio fue la madre de Cathe quien le pidió que ella se quedara porque esa era la reunión que ella venía evitando por más de 23 años.
-Dona, lo siento.
-Norman, ya es tarde para decir lo siento o para dar cualquier tipo de explicación o disculpa.
-Lo sé, pero aun así siento que debo disculparme contigo, por todo el daño que te he hecho.
-No creo que debas, además estoy aquí para saber como estas.
-Me han pasado cosas peores, lo sabes.
-Esta vez casi te mueres querido – dijo Martha apretando su mano.
-Pero siempre caes de pie.
-Es una característica que me define.
-Espero que sea siempre así, tus hijos la pasaron realmente mal – hizo una pausa – y Martha también.
Norman y Dona se miraron a los ojos, ninguno de los dos sabía que decir en ese momento pero sin embargo había un mundo de palabras en ese silencio que se perdieron en 23 años de separación, en constantes discusiones y peleas, en los miles de reproches y disculpas por parte de Norman cada vez que no podía ir por sus hijos cuando lo había prometido, en las decepciones constantes que eso provocaba en todos, Dona incluida. Sin embargo el haber estado al borde la muerte todo eso cambió entre ellos y dejaron de lado todos los malos recuerdos y rencores y se concentraron en el amor que alguna vez sintieron, lo que llevó a la madre de Cathe y Stuart a perdonar a su ex esposo.
-Dona, necesito pedirte algo importante.
-Si esta a mi alcance.
-Si lo está, solo espero que no debas llevarlo a término pronto.
-¿De qué hablas? No puede ser tan malo.
-No lo es.
-Entonces no seas tan pesimista.
-Martha cariño ¿Podrías dejarnos solos?
-¿Estás seguro?
-Sí. – ella beso su frente y salió de la habitación. – escucha sé que me porte como un completo patán contigo, pero eres la madre de mis hijos.
-Ella también lo es.
-Lo sé, pero lo que quiero pedirte ella ya lo sabe al igual que Ethan.
-Me asustas Norman.
-Escucha bien, se que nuestros hijos ya son adultos, pero siempre han dependido de nosotros, por eso quiero que al morir tú te encargues de decidir cuál de ellos es mejor para dirigir todo esto.
-Esa es una responsabilidad enorme que estás poniendo sobre mí ¿Qué piensa tu esposa de esto? O tu Hijo.
-Ellos estuvieron de acuerdo, han firmado como testigos en el documento del fideicomiso, solo falta tu firma para que mi abogado lo lleve con un escribano y lo haga legal.
-Yo simplemente creo que deberías hablarlo primero con Stuart y Catherine. No es justo que ellos ignoren lo que haces.
-Lo haré, pero quiero estar seguro de que tu podrás hacerte cargo de todo.
-No sé si pueda. No sé si quiera hacerlo. Norman es demasiado, es algo que siento que he perdido el derecho de decisión hace mucho tiempo.
-No quiero que tomes esta decisión ahora, tenemos tiempo, solo piénsalo.
Ella no respondió, tomó aire y lo miró con desaprobación, él estaba pidiéndole algo enorme, esa era una gran carga para ella, debía tomar una decisión que afectaría el futuro de sus hijos y el de su ex, el de su nieta y el de muchas personas que dependían de lo que ella decidiera.
-No puedo perdóname, pero deberás cambiar eso en tu testamento y tomar tú la decisión.
-Por favor Dona.
-Norman...
No dijo nada más, en su lugar abrió la puerta y salió de allí lo más rápido que pudo. Ya dentro de su auto dejó salir el aire que tenía contenido en una gran bocanada. Nunca se había sentido así de presionada, ella había hecho muchas cosa por ese hombre, pero algo así no sentía que fuera correcto, lo pensó una y otra vez pero siempre llegaba a la misma conclusión esta vez ella sería egoísta y se alejaría de ellos, a pesar de que su familia esté involucrada, no quería romper su armonía y después arriesgarse a que uno de ellos o tal vez todos la odien. Por más que no le gustara era la mejor decisión que había tomado y se lo haría saber a su ex esposo.
Catherine se encontraba en la casa de su hermano Stuart de visita, ya que el peligro en la condición de su padre había pasado y solo faltaba esperar a que se recuperara, ella fue a ver a su pequeña sobrina Chloe. Mientras jugaba con la niña en el living su cuñada Candice intentaba que ella le contara sobre su vida comenzando desde que se vieron en la ciudad y ella se quedó más tiempo allí para consolarla después de su rompimiento con Jack.
-Catherine se te nota en la cara, en el cuerpo que estas enamorada, además de que vives revisando el celular.
-Puede ser que solo espere una llamada importante.
-Si así lo fuera ya hubiesen llamado. No lo que tu esperas es "ESA LLAMADA" lo sé. Vamos dime ¿Quién es? ¿Cómo se llama? Cuéntame por favor.
-Eres una chismosa.
-Soy tu cuñada, y si mal no recuerdo antes solíamos ser buenas amigas.
-Está bien. Su nombre es Lucas Cooper. Nos conocimos en la boda de mi amiga Chloe quien casualmente su esposo resultó ser su primo.
-¿Eso es todo?
-¿Qué más quieres saber?
-Cuéntamelo todo, no te dejes ningún detalle.
-No sé si quieras saberlo todo.
-Oh claro que sí quiero.
-Está bien, pero no saques conclusiones antes de tiempo.
-¿Acaso se portó mal contigo? O – se llevó una mano al pecho – dime que no es otro Jack.
-Claro que no, es total y completamente distinto.
-En ese caso no sé porqué me pides que no te juzgue.
-Escucha – hace una mueca pensando en lo que dirá – es complicado pero no es malo o un impedimento en la relación, o eso creo hasta ahora.
-Eso no suena del todo bien.
-Por eso te digo que es complicado.
-Bueno ya deja el misterio y cuéntame.
Catherine con paciencia y después de sonrojarse varias veces, ya que su cuñada le hizo preguntas que a cualquiera se le subieran los colores, no pudo obviar un solo detalle qué era lo que pretendía hacer con respecto a la extraña relación entre ella, su editor, su hija y su nieto. Algunas veces ella acotaba cosas que por parte de Catherine se llevaba una mirada de desapruebo y luego una disculpa por parte de Candice, ya que había prometido no juzgar.
-Y eso es todo, así son las cosas ahora.
-¿Y no has hablado con él desde ese día?
-No de hecho hable con él anoche, pero dijo que cuando se desocupara me llamaría.
-Por eso has estado pendiente del teléfono. – Catherine asintió - ¿Qué esperas? Llámalo tú.
-No me gustaría interrumpirlo, tal vez esté en la corte o en la oficina ocupado.
-Me acabas de decir que él lo deja todo por ti, si es de ese modo solo debes marcar y ya.
Mientras tanto en otra parte de la ciudad una discusión sucedía entre una pareja, debido al estado nervioso de la mujer esta comienza a desvanecerse y su pareja la sujeta para que esta no se desplome en el suelo, saca su teléfono de la chaqueta y llama a emergencias mientras intenta hacer que ella despierte pero es inútil. La toma en brazos y la recuesta en el sofá mientras espera a que llegue la ambulancia. Finalmente llegaron los paramédicos y examinaron a la chica que yacía en sofá, él estaba de pie inmóvil pero seguía con la vista cada paso que los médicos daban para ayudarla, contesto sus preguntas casi sin voz y sin prestar mucha atención ya que estaba puesta toda sobre ella hasta que finalmente lograron que despertara. Ella abrió los ojos lentamente y solo dijo su nombre, el se acerco a su lado y tomo su mano, después de que comprobaran que ella se encontraría bien los paramédicos se fueron y dejaron a la joven pareja solos. Al final él le pidió perdón por haberse comportado como un energúmeno y haber provocado la pelea y ella hizo lo mismo por haber sido testaruda y haberlo asustado.