Este fin de semana frente a la entrada del Gran Hotel un hombre estaciona su convertible, saca sus maletas y luego de entregarle las llaves de su auto al valet parking entra y se acerca al mostrador para confirmar su reserva.
Entró a su habitación, dejó la maleta a un lado y luego se tiró sobre la cama, esta era suave, las almohadas eran mullidas tanto que sintió que parecían nubes. El cobertor parecía de satin y era agradable al tacto y el colchón era tan cómodo que sintió que en él podría dormir 100 años y no querer despertar jamas.
Después de darse una ducha y pedir que le subieran un almuerzo ligero oyó que golpeaban a su puerta, cuando abrió para ver quien era su sonrisa fue lo que hizo que su corazón saltara de alegría. Ella estaba allí parada frente a él tan hermosa como siempre con su sonrisa que hacía que sus piernas temblaran.
-Hola extraño - dijo y se arrojó a sus brazos y lo beso con ansias - te he extrañado mucho.
-Y yo a ti hermosa.
La apretó fuerte en sus brazos y cerró la puerta tras él y la llevó en brazos hasta adentro.
-¿Como has estado? ¿Cómo está tu padre?
-Bien, el peligro ha pasado y mi padre ya está en su casa. Pero no quiero hablar de él ahora - ella jugaba con el cuello de su camisa mientras dejaba pequeños besos en su cuello y oía como el empezaba a respirar más rápido.
-¿Que tienes en mente entonces?
-Podríamos… no sé hacer algo más.
-Eres toda una diablita ¿Lo sabías?
-Hay algo en ti que me hace esto.
-Si claro como no. - dijo riendo y bajando una de sus manos por la espalda de la chica recorriendo despacio y besándola suavemente
-Lucas - susurró ella cuando el comenzo a besar su cuello y a sentir sus fuertes manos recorrer la curva de su cintura.
-Dime que no extrañaste esto, dime que quieres que pare y lo haré.
-No puedo, porque si quiero - ella lo tomó de las mejillas y lo obligó a mirarla - no tienes idea lo mucho que he necesitado de ti.
-Ya me tienes aqui y no me voy a ir a menos que tu me lo pidas.
Volvió a besarlo y esta vez se aferró fuerte a su espalda.
Lucas la levanto por la cintura y ella pasó las piernas alrededor de su cuerpo mientras él caminaba hasta la cama donde la dejó allí de espaldas y se acomodo suavemente sobre su cuerpo, se alejó un poco para contemplarla y luego volvió a besarla.
Finalmente cayeron los dos exhaustos después de haberse recorrido con sus manos y llenarse de besos, de extasiarse en el cuerpo del otro y pedirse entre besos y caricias no volverse a separar por tanto tiempo.
Mientras permanecían acostados abrazados en la gran cama del hotel, Cathe jugaba con su dedo en el pecho de Lucas mientras este de a poco comenzaba a quedarse dormido ella pensaba en cómo debía abordar el tema de su inminente presentación con la familia de ella.
-Lucas cariño, hay algo que tengo que decirte. - ella levantó la vista y el solo respondió adormilado - vamos despierta es importante - se deshizo de su abrazo y se sentó en la cama.
-Ok - dijo desperezándose - estoy despierto y atento, cuéntamelo todo.
-Bueno, para empezar mi familia es un poco… como puedo decirlo… peculiar.
-¿Y cuál no lo es?
-De verdad, esta noche en la cena no solo estará mi madre y mi hermano, también mi padre su esposa mi hermano mayor y mi cuñada.
-¿Cual es el problema?
-En cuanto a mis hermanos ninguno, y tal vez mi padre tampoco… pero mi madre - rueda los ojos - ella sabrá si mientes o quieres omitir algún tema. No quiero que te haga sentir incómodo y quieras dejarme por mi loca familia.
-Si de familias locas hablamos deberias convivir con la mia.
-Bueno tal vez un día podría conocerlos.
-Si, ya que he venido hasta aquí, pero es diferente.
-¿Por qué?
-Porque para que eso ocurra debería hablarles primero de Tyler.
-¿No lo has hecho aun?
-No he tenido tiempo, ademas no quiero abrumar al chico con tantos cambios, aun se ajusta a su cambio de vida, de escuela… es un niño pequeño.
-Te entiendo, hablando de eso ¿Por que no lo trajiste? Quería verlo, hasta le compre un obsequio.
-Y te lo agradecerá cuando lo veas.
-No me respondiste.
-Esta bien, no lo traje porque este fin de semana le tocaba a Trevor. Pero seguramente podrá verse la próxima vez cuando cuando regreses.
-Es cierto, debo regresar, tengo pendiente lo del libro y Warren me mata si no lo veo esta semana.
-En ese caso podemos regresar juntos.
-Me parece una idea fantástica.
Más tarde ese día ella dejó su casa para ir a buscarlo así ambos llegaron juntos a cenar a casa de su madre.
-¿Estas listo?
-No, pero supongo que en algún momento esto debía suceder.