La mañana siguiente Cathe acompañó a Lucas hasta el aeropuerto para despedirse de él.
-Va a parecerme una eternidad estos dias sin ti allá en casa sin poder verte.
-Solo seran dos dias mas, ya veras que cuando menos lo esperes estaremos en tu casa cenando con Tyler y tu peludo amigo. Por cierto necesito que hagas algo por mi.
-¿Algo como que?
-¿Como se lleva tu perro con los gatos?
-Bastante bien, recuerda que su amigo es el hurón de mi vecino.
-En ese caso necesito que vayas a mi departamento busques a mi gato y lo lleves contigo, mi vecina la sra Perkins tiene llaves dile que te abra y llevas a Rory.
-Será raro vivir con un gato en casa.
-Descuida apenas llegue lo llevaré a casa conmigo, lo extraño.
-Ahora siento envidia por esa bola de pelos.
El aviso de abordo de su vuelo se oyó en los altoparlantes, el la tomo de la cintura pegándose a su cuerpo y se dieron un fogoso y largo beso, luego se abrazaron y al fin se encaminó hacia las escaleras para abordar su vuelo. Catherine que aún seguía plantada en su lugar lo saludaba con una sonrisa melancólica hasta que se perdió en lo alto de la escalera mecanica, aun asi se quedo frente al gran ventanal viendo a los aviones despegar pensando en cuál sería el suyo hasta que la pantalla de abordo mostró que el avión donde el iva ya había despegado y finalmente emprendió el camino de regreso a casa.
Al llegar subió directamente a su cuarto y se puso a trabajar ya que Dave le había enviados varios correos pidiendo que le enviara la otra parte del artículo para poder publicarlo en el siguiente número de la revista. Pasó casi toda la tarde escribiendo sentada en su antiguo escritorio hasta que finalmente al terminar guardar el archivo y se lo envió al editor, poniéndose de pie se estiró y fijo su vista en la ventana frente al escritorio. Afuera en el jardín Ethan estacionaba su motocicleta y bajaba una caja que llevo hasta la entrada de la casa y se pregunto que seria lo que su hermano pequeño venía a dejar en casa de su madre, volviendo a poner su atención en la mesa donde a un lado todavía descansaba su vieja máquina de escribir se puso a hurgar en los cajones y de allí sacó varios libros y fotos que había dejado hace mucho tiempo cuando decidió irse lejos después de aquella fuerte pelea con su padre. Entre las cosas encontró una caja que reconoció y de la que creyó haberse desecho pero al parecer su memoria la traicionó y allí estaba al fondo del cajón, tomó el cofre que encontró en el fondo del cajón de su buró y sonrió al pensar en el tiempo que eso llevaba allí escondido esperando que en algún momento alguien lo encontrara y lo abriera para poder mostrarle los tesoros que contenía en su interior. Pasó su mano por la tapa, y a pesar de que el grabado parecía desgastado aún podía descifrar el relieve de lo que una vez fue una sola palabra CATHERINE, lo estudió un poco no podía dejar de verlo y pensar en que dentro estaban guardados incontables recuerdos de su adolescencia y su madurez antes de que se fuera a la universidad.
Bajo con la caja hasta el living y se sentó en el piso, en realidad sobre la mullida alfombra, frente a la chimenea que estaba encendida y lo abrió. Comenzó a sacar algunas cosas como fotos con sus antiguas amigas de la infancia, con su padre y hermanos, en la escuela, varias salidas y una en forma de tira con varias fotos, la típica de feria, en la que estaba con su primer novio.
-Zack - dijo en susurro - ¿Seguirás tan guapo?
-¿Quien? - dijo una voz detrás de ella.
Catherine giró su cabeza en dirección hacia donde provenía la voz, sentado en el respaldo del sillón se encontraba Ethan que la miraba esperando su respuesta, los ojos le brillaban por la curiosidad y luego levantó una ceja y sonrió.
-Esta bien no me digas quien es - rodeó el sofá y se sentó junto a ella - ¿Que es todo esto? - dijo tomando la pila de fotos sobre la mesita.
-Son solo recuerdos, viejas cosas que pensé que ya no existían.
-Aja. ¿Por eso preguntaste si Zack aun seguía guapo?
-No nada de eso, solo vi su foto y me pregunté si él se acordaría de mí.
-Como para no hacerlo, pobre chico.
-Oye..
-Admite que le rompiste el corazon.
-Si lo admito, pero es que éramos dos niños jugando a ser adultos.
De adentro de la caja un resplandor llamó su atención, metió la mano y sacó un anillo con una preciosa piedra rosa, se veía valioso. Ella lo tomó entre sus dedos y lo admiro un momento luego suspiró y lo volvió a guardar.
-Pensé que se lo habías regresado.
-Y lo hice, pero él no quiso quedarselo, dijo que solo me pertenecía a mi.
-Deberías devolverlo, se ve valioso.
-Lo es, era de su madre.
-Wow.
-Lo se - suspirando - creo que no merece haber estado todo este tiempo dentro de una caja.
-Pero tampoco deberías usarlo, mucho menos ahora que tu novio seguro te dará uno.
-No lo creo, no hace mucho que salimos.
-¿Salir? Pense que era serio.