Había pasado casi una semana desde, lo que Lucas continuaba pensando que fue una absurda pelea con Catherine; la había llamado una cantidad infinita de veces que había llegado a un punto en el que sintió que perdió la cuenta. Se sentía inquieto con toda la situación, necesitaba verla y pedirle que por favor lo perdonara por su actitud infantil y por sus celos, quería decirle que él no dudaba ni un instante de su amor y sabía perfectamente que ella nunca lo engañaría porque sabía lo que se sentía ser traicionado por la persona que amas. Pero lo que en verdad quería era hacerle saber que se sentía inseguro al tener que competir, en alguna medida, con un hombre que la había conocido por tanto tiempo y lo hacía sentir en inferioridad de condiciones.
Después de que Tyler saliera del hospital y pasara al menos tres días en cama con las contantes visitas de ambos padres y una tía que se llevaba mal con los hermanos de su madre, su doctor considero que se encontraba en condiciones de regresar a la escuela y su madre autorizo a Lucas a que se lo llevara un par de días a quedarse en su casa.
—Ty ve a dejar tus cosas en tu habitación y baja así cenamos – el pequeño asintió y subió a la planta superior.
Lucas se dejo caer en el sofá e intento una vez mas lo mismo que venía haciendo la semana entera, marco el número de Catherine. El aparato sonaba una y otra y otra vez pero siempre pasaba lo mismo nadie contestaba, aun así no desistió y lo intento una vez más. Sorprendentemente esta vez sí contestaron solo que la voz al otro lado era algo que él no se esperaba porque era de un tono masculino.
—Hola ¿Quién es? – dijo la vos al otro lado de la línea, Lucas no contesto su mente trabajaba a mil revoluciones por minuto intentando descifrar de quien se trataría – hola, conteste ¿Quién es?
—Hola, quiero hablar con Catherine ¿Esta ahí? Soy Lucas.
—He viejo, creí que no volvería a oír de ti ¿Cómo va todo?
— ¿Quién eres?
–Que tonto, Ethan al habla. Escucha no sé si mi hermana quiera hablar contigo.
—Por favor Ethan ayúdame, ya no se qué hacer para que ella me responda las llamadas, de verdad necesito pedirle perdón.
— ¿La quieres?
—Más de lo que puedas imaginarte.
—Está bien, solo no la cagues otra vez o iré a golpear tu cara de chico bueno.
A lo lejos se oía la vos de Ethan que intentaba convencer a su hermana que tomara la llamada y la voz histérica de ella haciéndole comprender que no quería hablar con él.
—Lo siento viejo, pero se ha puesto como una fiera cuando supo que te atendí. No sé que sea que haya pasado entre ustedes pero creo que será mejor que ya no la llames y no intentes verla porque te ira mal.
— ¿Es una amenaza?
—Solo es un consejo, conozco a mi hermana y sé que si algo malo paso entre ustedes necesitara algo más que un par de días para que al menos quiera contestarte los mensajes.
—Está bien, gracias Ethan adiós. Solo una cosa más dile… dile que Tyler le envía saludos y que le gustaría verla.
—Eso es jugar sucio, pero se lo diré.
Dejo caer su teléfono junto a él y se reclino en el sofá resoplando de pura frustración. Nada de lo que había intentado hasta el momento para enmendar su error había funcionado y lo que había dicho Ethan no lo alentaba mucho a que ella olvidara pronto lo sucedido y accediera a al menos oírlo y poder pedirle perdón. Por su mente pasaron los diversos consejos que le habían dado y todos terminaban en el único más sensato de todos: el de Stephanie, ella le había dicho que organizara algo lindo una cosa que a ella le gustase mucho y que fuera parte de la disculpa.
Se devano los sesos toda la noche pensando que cosas serian adecuadas para organizar una buena cita, el lugar justo y las palabras exactas que le diría como disculpa para enmendar tamaña ofensa que había dicho, porque él la había ofendido del modo más vil que un hombre podría herir a una mujer tan dulce como Catherine.
Ni bien había llegado a casa luego de haberse acostado con Zack volvió a recurrir por segunda vez al consejo sensato de su amiga Chloe quien llego casi corriendo a su casa y la escucho mientras ella le contaba cómo se había sentido desde que Zackary le había abierto la puerta de su cuarto de hotel hasta que Molly llego y se había dado cuenta que ellos habían dormido juntos mientras ella no estaba.
—Se que cometí una estupidez y ahora no se cómo demonios solucionarlo.
—Querida no es como si hubieras perdido la virginidad, pero te entiendo te sientes como si hubieras traicionado tus principios.
—Exacto, me siento una completa basura y sobre todo porque le fui infiel a Lucas.
— ¿No habían roto?
—No… si… no lo sé – resoplo frustrada – realmente no lo sé, yo le dije que no quería verlo más. Pero lo cierto es que no quiero romper con él, lo quiero.
—Pero también quieres a Zack. – Catherine asintió – ya veo, la tienes jodida Mercy.
—Ya sé, no hace falta que me lo digas.
—Pero si sabes que vas a tener que decidirte por uno o por otro o tal vez por ninguno de los dos y regreses a la soltería.
—Eso creo que es lo que necesito ahora, o al menos estar lejos de los dos porque sé que si atiendo sus llamadas volveré a caer en la lujuria o peor aun terminare rompiendo el corazón de ambos.
—Pero lo que sí es seguro es que cuando te decidas por uno de ellos vas romperle el corazón al otro inevitablemente.
—Sera algo que voy a poder remediar, salvo que uno decida alejarse y hacerme la cosa más fácil.
—Yo creo que por el momento deberías dejar que tu cabeza se ponga en orden y pienses en lo que quieres tú, en tu trabajo y sobre todo en la presentación de tu libro.
— ¡Demonios! Murray me impuso a Zack como compañero de viaje en la gira del libro.
—Eso creo que tiene solución, deberías hablar con los ejecutivos de la editorial y pedirles que otro agente te acompañe en la gira.