La mañana de ese sábado amaneció nubosa, húmeda y con una alta probabilidad de que en lo que siguiera el curso del día, Catherine estaba segura que llovería pero eso no le impidió ir en su auto hasta los establos que se encontraban cercanos al club de pesca de la laguna y visitar a Robert el caballo de su hermano Stuart.
— ¿Cómo esta señorita Mercy? Hace mucho tiempo que no la vemos por aquí – saludo con entusiasmo y sorpresa Carlos el caballerizo que se encargaba de cuidar a los equinos de las familias de los alrededores.
—Muy bien, gracias Carlos ¿Cómo está Rob? ¿Crees que pueda sacarlo a dar una vuelta esta mañana?
—Claro, a él le hace bien siempre un poco de ejercicio y seguro que le hará mucha ilusión verla, aunque no parezca estos animales son como los perros, les gusta mucho la atención y tienen una buena memoria hacia quienes son buenos con ellos.
—Entonces creo que él estará feliz de verme como yo después de tanto tiempo.
—Seguro que sí. Si me espera un momento iré a ponerle la silla para que salga.
—No es necesario, puedo hacerlo creo recordar aun como se hace.
— ¿Está segura señorita?
—Claro que si Carlos, tu ve tranquilo que me encargare de eso. – el hombre asintió y con una leve inclinación de cabeza a modo de saludo se fue para continuar sus tareas con los demás animales.
Cathe se acerco al habitáculo donde el hermoso espécimen equino, propiedad de su hermano, resoplo y relincho al oler su perfume y movía las orejas reconociendo sus pasos en la madrera del piso. El hermoso palomino pura sangre hijo de dos campeones del Derby de california y Ascot tenía una figura imponente con sus músculos fuertes, de grupa estilizada era un caballo hermoso y muy rápido al que el entrenador del club había entrenado para carreras de campo traviesa y salto en los que Stuart había salido campeón los últimos 5 años pero después de que consiguió el trabajo en la escudería de Lamborgini como ingeniero en jefe, dejo de competir y solo iba a ver al pobre los fines de semana y ya montaba poco.
Tomo la silla de montar, las mantas y los estribos y se acerco con todo a la caballeriza.
—Hola chico hermoso ¿Me recuerdas? – le dijo al caballo acariciando el hocico este se movió y comenzó a pasar su nariz por las manos de ella se veía contento – si yo también te he extrañado toma te traje esto de contrabando, no me delates – del bolsillo de su abrigo saco un par de terrones de azúcar y con la palma abierta se los ofreció al animal que los comió con brío – no me olvido que te gusta mucho. Oye amigo ¿Qué dices si tú y yo vamos a dar un paseo?
Entro en la cuadra a y se dispuso a ensillar al caballo, cuando termino abrió la cuadra tomo las riendas y se monto de forma elegante y elástica como si fuera que lo hiciera cada día de su vida. Espoleo al caballo que comenzó la marcha con un trote suave y parejo, ella lo dirigió por el camino que se adentraba al bosque donde se encontraba delimitada la pista de entrenamiento de carreras a campo traviesa y el sendero donde solían llevarlos para que los novatos aprendieran a llevar el paso, al llegar al borde de la pista espoleo con más fuerza al animal y tomando la postura de un jinete experto emprendió la montada como si fuera a correr una carrera. El animal corrió, sorteo obstáculos, salto varias vallas y arbustos, salto sobre una laguna artificial y llego finalmente al final. Satisfecha por la sensación de libertad que sentía al sentir la velocidad que corría el poderoso animal que estaba bajo su cuerpo casi se olvida por un momento y aflojo la mano de las riendas, pero en el último salto se aferro fuerte y se inclino aun mas, la caída fue perfecta y el caballo relincho de felicidad por el ejercicio.
Ella desmonto y acariciando la cabeza del animal lo felicito por la proeza.
—Si lo sé – le hablo muy cerca – es bueno estar de vuelta, pero no quiero ilusionarte, no sé cuando volveré a verte y sacarte a pasear, lo que sí puedo prometerte es que hablare con mi hermano para que el te deje seguir compitiendo con algún otro jinete, aun no has perdido el toque y sé que lo necesitas.
Paso el día paseando a lomos del animal y antes de que la tarde llegara a su fin y el crepúsculo asomara en el horizonte una llovizna suave la atrapo a medio camino de regreso a los establos, aumento la marcha en el trote del animal pero de pronto una copiosa lluvia comenzó a caer y con un trote rápido entro por los portones de las caballerizas, estaba empapada y muerta de frio al igual que el caballo, desmonto y le quito rápido la montura, tomo un cepillo grueso y comenzó a quitarle el agua al pelaje cuando termino le puso encima una manta para que le diera calor. Para cuando termino todo el trabajo tiritaba de frio y los dientes le castañeaban. Saludo a Carlos y se metió dentro del auto donde encendió la calefacción.
— ¡Demonios, maldito clima! – Se quejo – maldición, seguramente cogeré una pulmonía.
Encendió el motor del auto y emprendió el camino de regreso a la cabaña. Al llegar subió como una exhalación al baño y se metió dentro de la tina con agua caliente para que su cuerpo recobrara su temperatura normal. Cuando volvió a sentir sus extremidades salió, se vistió con su cómodo pijama y bajo al salón. Encendió la chimenea y se sentó en el sofá frente a ella donde Rory le hacía compañía sentado sobre su regazo donde recibía las suaves caricias de su dueña y él le devolvía el favor con cariñosos y sonoros ronroneos.
—Sabes Rory – dijo mientras acariciaba al montón de pelos que descansaba sobre sus piernas – hace casi cuatro días que estamos aquí y además de haber estado trabajando y disfrutando de la naturaleza, no he tenido ni un momento de pensar en todos los problemas que me esperan en casa cuando regresemos, se que le dije a Chloe que me tomaría estos días para poner en orden mi cabeza y mis sentimientos pero es que aun no los tengo claro. Dime ¿Tu que harías si estuvieras en mi lugar? – El gato se estiro cambio de posición y siguió durmiendo – claro para ti es fácil, pero hablando enserio, estuve considerando la posibilidad de contarle a Lucas lo que paso entre Zack y yo el ultimo día que nos vimos. Sé que será duro para los dos y tal vez me deje pero creo que debería ser sincera con él.