— ¿A sí que esas tiene ese maldito? No le alcanza con querer quitarte la novia, también quiere que trabajes para él.
—Así es – arrojo la orilla de la pizza dentro de la caja – increíble ¿Verdad?
—La verdad es que no lo es, los tipos como el son de esos que quieren controlarlo todo, que quieren tenerlo todo y además juega sucio porque el maldito juega la carta que sabe que le ayudara a ganar.
—Su dinero – contesto Lucas dejando salir un resoplido.
—Exacto, el maldito es asquerosamente rico y comprara todo lo que pueda resultarle un obstáculo.
—Pues a mí no podrá comprarme.
— ¿Qué dicen tus jefes?
—Aun consideran su propuesta, no la de unirse a sus empresas pero si la de representarlas. Y si lo hacen estoy perdido porque me guste o no, tendré que verlo al menos una vez al mes.
—Sera tu menstruación hermano… digo por lo pesado y molesto de tener que verlo una vez por mes.
—No uses esas metáforas ¿Quieres? - Ryan levanto los brazos desentendiéndose de lo que había dicho. – pero en algo tienes razón, ese tipo es peor que un grano en el culo, de esos grandes llenos de pus.
—Y por eso, amigo, es que se me ha ocurrido el mejor plan de la historia para sacárnoslo de encima, solo que nos quedaría un pequeño detallito – hizo una seña con su dedo índice y pulgar y cerró un ojo frunciendo la cara de costado.
—Cuando dices esas cosas me dan ganas de correr lo más lejos que pueda de ti.
—Mira tú has venido a mi por ayuda ¿Verdad? – Lucas asintió – bien, entonces me vas a hacer caso en todo lo que te diga ¿Oíste?
—Si – contesto arrepentido - ¿Qué debo hacer?
—Llamar a la señorita Eberhart y pedirle que vaya a tu casa, aquí no querrá venir y menos con este cochinero.
— ¿Qué? ¿Ahora? – Ryan se encogió de hombros y levanto las palmas – está bien.
En tanto en casa de Chloe las amigas de Catherine urdían una estrategia en conjunto para hacer que de una vez por todas Zack se sacara de la cabeza a la rubia y pusiera su atención en alguien más, como todos sabemos una mujer herida es peligrosa, pero cuando tiene amigas que tienen una mente rencorosa debes encontrar un agujero donde esconderte.
—No se si esto funcione chicas – comento Catherine no muy convencida de la solución propuesta por Chloe y Marcie.
— ¿Qué dices? Claro que si funcionara, y aquí todos salimos ganando, yo obtengo una cita con un hombre que raja la tierra y tú te deshaces de una carga no deseada. Es ganar.
—Lo que no creo es que le vaya a gustar la idea de llegar y no encontrarme allí.
—Descuida cariño que estas – dice Marcie mostrando sus largas y bronceadas piernas – hacen que los hombres comiencen a pensar con su otra cabeza, después de un rato no se acordara ni a quien ha ido a ver.
—Eso es lo que espero.
—Las tres, pero solo por curiosidad ¿Qué pasa si lo aprovecho un poco más?
— ¿Me estas pidiendo permiso para tirarte a mi ex? – Marcie sonrió de costado – llévatelo a su hotel y déjalo seco si deseas, no me importa.
—Está bien nena, recuerda que te tomo la palabra.
—Y ahora, todo lo que debemos hacer es una reserva y llamarle.
—Chloe ¿Crees que puedes dejarme usar tu lugarcito en Jocopo’s? – pregunto Catherine
—Claro, no creo que con esto del reposo se me dé mucho por salir de casa a cenar a lugares caros.
—Y luego ya ni podrán con su fabriquita de popo.
—Eso me recuerda porque será Cathe y no tú la madrina de este niño.
— ¿Cómo sabes que es niño? Tal vez sea una linda nenita con los ojos verdes de su padre y el mal carácter de su madre.
—Sí, eso me he preguntado siempre ¿Cómo es que las embarazadas siempre lo saben? – Connor apareció en la sala con una bandeja repleta de cosas dulces y te para su esposa y las amigas – recuerden que el chocolate es para mi esposa, ni intenten tomar un pequeño trozo, yo casi me quedo sin dedos.
—Que exagerado eres cariño.
— ¿Tú crees? – Connor les mostro las marcas rojas – como les dije no lo intenten.
—Eso lo tendrías que haber pensado antes de estar como conejos en Hawái, ahora te aguantas querido Connor.
—Eres… pero sabes la cama del hotel era gloriosa y no me apetecía dejarla.
—Y a ella tampoco por lo que se ve – acoto Catherine con una carcajada – no de verdad, suena que fue divertida.
—Al menos lo que duro la magia de la isla. Bueno me voy antes de que lamente algo que no deba.
—Yo también lo creo…. Adiós Connor – saludo Marcie con humor – dime ¿Fue tan bueno como dijo?
—Mejor – contesto Chloe con una media sonrisa mordiéndose el labio.
—Chica – se abanico la cara con la mano nerviosa.
Katie intentaba concentrarse en su trabajo pero francamente se le estaba haciendo un poco complicado, ya que la llamada de parte de Lucas había logrado desconcentrarla. Aquella noche debía encontrarse con él en su casa porque quería proponerle algo que los beneficiaria a ambos, solo que no adelantar ningún detalle sobre ello y eso la tenia totalmente intrigada, y si había algo en la tierra que no le gustaba era no saber a qué se enfrentaría, si conocía a lo que se enfrentaba ella siempre pensaba en los escenarios posibles que se podía encontrar y encontrar un escape para cada uno. Pero esta vez caminaba a ciegas.
Connor llego a casa de su primo y como siempre se paro firme en cuclillas para sostener al enorme perro que lo atropellaría para saludarlo, toco el timbre y cuando la puerta se abrió estiro los brazos y levanto al enorme animal que comenzó a lamerlo sin control para saludarlo, el por su parte lo acariciaba con entusiasmo hasta que Roy se sintió satisfecho y lo dejo entrar.
— ¡También me da gusto verte grandote!
—Connor – Lucas abrazo a su primo - ¿Qué haces aquí? Creí que Chloe tiene un embarazo de alto riesgo y tú estarías con ella.
—Descuida, está con las chicas.