En las horas anteriores a que llegara el momento de reunirse para salir de fiesta con las chicas, Catherine paso el tiempo entre el despacho de su cuñada y la casa de su madre preparando los últimos detalles para que dentro de dos días, ya que su hermano menor y la mujer que había elegido como su compañera de vida, se unirían en matrimonio para toda la vida. Ese día no se había levantado con mucho ánimo, pero sí de bastante buen humor ya que pasaría la mañana junto a su novio y a Tyler enseñándoles lo bonita que era la ciudad en primavera. Primero los llevo a desayunar a un parque donde había un pequeño café con mesas a la sombra de unos hermosos y grandes árboles que tenían sus ramas hermanadas y formaban un techo natural. De allí Catherine le mostro a Tyler el sitio donde Stuart le había enseñado a pilotear el avión a control remoto y para que el aprendiera, ella había traído hasta allí el modelo que había sido de su hermano que su madre rescato de entre las cosas amontonadas en el garaje.
—Ty escucha, primero ponemos la gasolina en el tanque de aquí – Catherine señala el tanque debajo del modelo a escala de una avioneta – luego tiras de este cordel – Tyler acciona la cuerda pegada a la cola del avión y el juguete comienza a girar la hélice del frente – así muy bien ahora toma el control y ve presionando despacio el mando hacia adelante unos metro y luego subes esta palanca – dice mostrando como sube el avión de a poco en la pista - ¿Lo ves? Divertido. Ahora inténtalo tú solo ¿Está bien?
Catherine dejo en las manos del pequeño el control para pilotear el juguete, y regreso donde se encontraba Lucas sentado observando como ella enseñaba a su hijo como volarlo.
—Eres buena con esto ¿Qué otras habilidades ocultas?
—No muchas ¿Qué quieres saber?
—Bueno déjame ver – Lucas se tomo la barbilla y adopto un tono pensativo – sabes cambiar una rueda pinchada, pilotear aviones a escala, conoces mucho de deportes, cuidar de recién nacidos.
—Eso se aprende estando en contacto con niños, no es muy complicado.
—Déjame continuar ¿Quieres?
—No, espera. Si quieres saber más solo debes preguntar. – contesto Catherine con seriedad.
—Estoy de acuerdo ¿Lista?
—Lista, pregunta.
— ¿Sabes navegar?
— ¿Qué clase de pregunta es esa?
— ¡Por favor! La casa, el negocio de tu padre, tu ex novio, todo grita ¡Asquerosamente ricos! Supongo que alguna vez has salido a navegar.
—Eso es prejuicioso de tu parte, que haya crecido en una familia que no paso por preocupaciones financieras, no justifica que tenga ideas sobre eso. Sin embargo sí, he salido a navegar alguna vez – Lucas sonrió con suficiencia – pero, no sé como navegar. Es más, le tengo un poco de miedo a los botes, me mareo en el agua.
—Perdón por asumir hechos por la posición económica de tu familia.
—Descuida, muchos han asumido cosas sobre mí debido a mi familia, por ejemplo mis compañeros en la universidad cuando supieron que mi padre es dueño de una empresa farmacéutica y que también es co director del hospital donde lo operaron hace unos meses.
— ¿Tu padre es medico? – Lucas la miro con desconcierto.
—No, solo es inversionista mayoritario del hospital. El heredo las acciones de su padre y su abuelo y así desde hace cuatro generaciones. El primer Mercy si fue doctor, un cirujano para ser precisa, fue quien fundó el hospital aquí. Pero no quiero aburrirte con mi historia familiar, mejor sigamos con esto de las preguntas y respuestas.
—Ok, dime ¿Qué opinas sobre las armas?
— ¿Tiene algo que ver con la casería? – Lucas negó. – bien, estoy en contra de poseer una, sin embargo se disparar pistolas laser y rifles de pintura.
— ¿Te gusta jugar a disparar balas de pintura?
—He crecido con dos hermanos, adoro ganarles en algo que no sean deportes competitivos.
—Está bien, lo entiendo. Tengo una hermana y puedo comprender de lo que estás hablando, aunque ella si es competitiva.
—Nunca dije que yo no lo fuera, solo que soy mejor en otro campo.
—Como la guerra de paint ball.
—Por ej: ¡Eso!
—Realmente me sorprende señorita, ¡es usted una caja de sorpresas!
— ¡No te das una idea de cuánto! – Comento con ironía - ¿Qué hora es? – pregunto más seriamente.
—Creo que casi son las 11:00 – Lucas dirigió su mirada al reloj que llevaba en la muñeca – si, las 11:20 ¿Por qué?
—Porque debo regresar a casa de mi madre para terminar de arreglar mi vestido, ir a buscar el pastel y pasar a buscar a Candice para prepararnos para esta noche. Algo que tú, también deberías hacer.
—Sí, sobre eso… - se interrumpió.
— ¿Qué? ¿No te gusta salir de fiesta de solteros? Son bastante divertidas.
—Eso lo sé bien, he ido a varias y créeme que terminan de manera bastante salvaje. Solo que esta vez es la boda de una persona que casi no conozco y además uno de los invitados… ya sabes, no tenemos la mejor relación que digamos.
—Lo imagine – Lucas la miro incrédulo – de verdad, le pedí a mi hermano que se ahorrase la invitación, porque sabía que eso te pondría incomodo, pero él insistió.
—Lo entiendo, de verdad. Hare todo lo posible para evitar cruzar palabra con Zack, o al menos lo justo.
—Eso es lo que me gusta de ti – tomo su mano y comenzó a jugar con sus dedos – siempre encuentras lo positivo en todo.
—Deberías hacer lo mismo, tu saldrás esta noche con Katie y no creo que sea muy diferente a lo que hare con Zack.
—Creo que, de alguna manera, retorcida, tienes razón.
Regresaron al hotel y luego de despedirse de manera bastante apasionada, Catherine regreso a su casa. Allí se cruzo con varios de sus tíos, una prima con la que nunca se llevo bien, por lo que salió a hurtadillas por la puerta del jardín hasta llegar al invernadero, donde encontró a su madre sentada frente a una mesa repleta de cubos con flores, mientras cortaba espinas y armaba los bouquets para el día de la boda.