Capitulo 62

    Esa misma tarde mientras Molly y las demás damas se preparaban para la ceremonia, en casa de Donna, Candice y Catherine se vestían en su habitación como cuando eran adolescentes y se preparaban para salir. Cathe se paro frente al espejo e intentaba subir la cremallera del vestido pero no lo podía lograr así que resoplo frustrada, Candice se apiado de ella y le prestó su ayuda.

— ¡Uf! Gracias Cands, no comprendo porque no quería cerrar. Cuando lo compre hasta me quedaba un poco holgado, creo que he aumentado de peso – dijo mirándose al espejo poniéndose de costado.

— ¡Qué va! – Contesto Candice – lo que  te ha pasado es que te han crecido las tetas ¿No lo has notado?

— ¡Candice! – soltó en un tono de reproche.

— ¿Qué? Es cierto y ya te he dicho porque – contesto muy segura.

—Y yo te he dejado muy claro que eso no es posible.

— ¿Has tenido tu periodo ya?  ¡Felicitaciones! Aunque estar así y usar vestido es un poco molesto.

—Deja de decir tonterías – contesto con evasivas – y no, aun no he tenido el periodo.

—Cathe – Candice se había puesto seria – se sincera conmigo ¿Has tenido alguna falta mas además de este mes?

  Catherine la observo con seriedad y analizo cada una de las palabras en aquella pregunta, entonces contesto de manera afirmativa, solo había tenido una falta en su periodo desde los últimos meses, solo que ella creyó que las causa posibles eran el estrés por la boda o el itinerario tan apretado de la gira de la presentación del libro, también pensó que podía tratarse que su periodo se había vuelto loco debido al cambio en sus pastillas anticonceptivas, era normal que su cuerpo y sus hormonas se volvieran locas cuando eso ocurría, su doctor se lo había dicho y por eso ella le había restado importancia. Entonces recordó que en uno de los viajes de la gira Lucas se había presentado en el hotel para darle una sorpresa y habían tenido relaciones, de eso hacía casi un mes; igual que cuando regreso a casa al finalizar la presentación y se la pasaron en su cama,  recordó sentir una molestia en sus pechos cuando Lucas la toco. Y luego estaba ese mal estar con el que se venía despertando desde hacía una semana atrás, incluso aquella mañana se había sentido tan mal, pero como la vez anterior se lo atribuyo a la borrachera y a la posterior resaca. Fue en ese momento que se tomo la cabeza entre las manos y sintió como se le aflojaban las piernas, entonces se dejo caer en la silla de su escritorio cuando en su cabeza comenzó a hilar todas aquellas coincidencias, su rostro palideció y Candice comenzó a preocuparse.

—No me puede estar pasando esto Candice, no ahora ¿Qué se supone que le diga a Lucas? ¿Qué hare yo con un niño? Apenas puedo mantenerme viva… y al gato, que se cuida bastante bien solo… ayúdame. – su voz dejaba notar su desazón y desesperación.

—Puedes empezar por hacerme caso y salir de dudad de una maldita vez.

—No tenemos tiempo de ir corriendo a una farmacia en este momento, de todos modos las pruebas caseras no son del todo fiables.

—No hace falta que salgas de casa para eso – Candice rebusca en su bolso y saca una caja de cartón que le entrega a Cathe – toma.

—Pero… ¿Qué haces con esto en tu bolso? – Catherine se oía confundida.

—Tengo varias en casa… por las dudas. Ahora entra al baño y hazte esa prueba sin protestar Catherine, o ¿Quieres que te obligue como a mi hija?

  Catherine observo un momento el objeto que tenía en su mano, aquella prueba de embarazo le diría si su vida cambiaria completamente. La duda y el miedo se arremolinaban en su interior, se sentía sobre pasada, llena de miedo e incertidumbre.

   Levanto la vista hacia Candice, sus ojos le decían que no temiera y que se animara a quitarse las dudas, que fuera valiente y que sin importar los resultados ella estaría siempre para su mejor amiga. Exhalo el aire contenido en sus pulmones, entro al cuarto de baño y se miro al espejo, no se quería imaginar nuevamente embarazada. Pensar que una vida, posiblemente, creciera en ese momento en su interior la llenaba de pánico. Pero no era el solo hecho de saber que sería madre, sino el miedo a que le sucediera lo mismo de la primera vez y que su hijo no prosperara y volver a pasar por la decepción, esa misma que la llevo a una depresión enorme en la que se vio sumida por casi un año. Y además no conocía lo suficiente a Lucas como para saber si él deseaba ser parte de eso o no, no quería obligarlo a ser padre de ese modo tan apresurado. Sin embargo en su lógica la llevo a un nuevo problema: en caso de que estuviera embarazada, podía haber un segundo posible padre para su hijo, a pesar de que había pasado tiempo desde la última vez que había tenido contacto con Zack, dentro de sus cuentas había una muy remota posibilidad de que ella llevara en su interior un pequeño de su ex novio.

  Su cabeza comenzó a dar vuelta, toda aquella presión hacia que le fuera completamente imposible pensar con claridad,  se sentó sobre la tapa del váter y se tomo la cabeza, solo que unos golpes en la puerta interrumpieron sus pensamientos.

— ¿Lo has hecho ya? – Catherine oyó la voz de Candice al otro lado – ¿Cathe?

—No – respondió con un hilo de voz – no quiero hacerlo Cands.

— ¿Por qué no?

—Tengo miedo Candice, mucho miedo.

  La puerta del baño se abrió y la cabeza de su cuñada se asomo por detrás, al entrar, Candice vio a su amiga en estado de pánico sentada en la tapa del váter, fue entonces que se arrodillo frente a ella tomando sus manos entre las de ella y le dedico la mirada más sincera que nunca antes había recibido. Candice y Catherine siempre habían sabido comunicarse más allá de las palabras, por medio de miradas o gestos, podían interpretar lo que la otra estaba sintiendo o pensando. En ese momento Candice pudo ver el miedo, la duda, la desazón y la tristeza que invadían a su cuñada.

—Cariño – la voz de Candice sonaba reconfortante y comprensiva – se que estas aterrada, que este es un cambio enorme pero debes sacarte la duda ahora, antes de que sea demasiado tarde.