Luego del matrimonio de Molly con Ethan Lucas y Catherine decidieron que lo mejor sería ir a vivir juntos, es así que la vida entera de Catherine se encontraba dentro de muchas cajas un mes después de regresar de Flemont siendo trasladadas en un camión de mudanzas directo a su nueva casa que desde ese día compartiría con Lucas. Al correr de los meses, y como había hecho cuando supo que Ty era su hijo, Lucas le pidió a Linda que lo ayudase a decorar el cuarto del que sería su segundo hijo, solo que esta vez Catherine intervino en la decoración y acompaño a su cuñada a elegir los muebles para el bebe.
Como era de esperar y dado su diagnostico, Bruce Cooper termino sucumbiendo a su enfermedad, el cáncer se lo llevo muy rápido. Sin embargo sus hijos hicieron las paces con su padre, sobre todo Lucas y Tarah quien se comprometió con su novia antes de que su padre fuera ingresado en el hospital. El día que recibieron la noticia de su partida los tres hermanos decidieron juntarse en el sitio donde su padre solía llevarlos a jugar cuando eran niños y donde conservaban los mejores recuerdos de él como padre.
Seis meses después de que su pequeña naciera Lucas y Catherine al fin se casaron, y celebraron la boda en Flemont, pero esta vez usaron el patio de la casa de la madre de Cathe, como debía de haber sido muchos años atrás. A la boda asistieron sus amigos y familiares y también Zack junto a Katie, que les anunciaron que se habían comprometido. Molly e Ethan estaban esperando su primer hijo. Ryan y Jennifer se casarían un par de meses luego de ellos. La boda fue el día mas feliz en la vida de Cathe y Lucas, un día que no olvidarían jamás.
Acostado sobre una manta, la espalda apoyada en el tronco del enorme árbol del parque con Catherine recostada contra su pecho, Lucas observa a Tyler correr detrás de Roy que iba de un lado al otro llevando una pelota llena de babas, detrás de Tyler otra niña un poco más pequeña intentaba en vano alcanzarlos porque sus pasos eran torpes – No tanto considerando que ya tenía 3 años – pero era bajita y no era tan rápida. Catherine reía cada vez que los niños lograban quitarle la bola al enorme perro de la boca y la arrojaban lejos, entonces Roy se lanzaba a atraparla y los pequeños volvían a correr detrás de él.
—Es increíble que después de tantos años el perro aun tenga energía para correr y jugar con esos dos, yo no puedo hacerlo más.
—Ya te lo había dicho cuando nos conocimos, lo que ese perro necesitaba era un niño con el cual jugar y ahora tiene dos.
—Y pronto serán tres – Lucas acaricio el vientre abultado de Catherine, que ya estaba entrando al tercer trimestre – bueno, al menos por este tendrá que esperar al menos un par de años más, espero que aun viva y le quede energía para jugar juntos.
—La tendrá, te lo aseguro y lo amara tanto como lo hacen Tyler y Amanda.
—De eso no me cabe la menor duda.
Fin.