¿qué le sucedio a venus?

Memorias

— Yo.. estoy enamorado de Mi seok — dije con timidez viendo la expresión sorprendida de Taehyung frente a mi. Dejó de tocar el violín cuando me escucho y me miro intentando formar una sonrisa.

— Aún eres pequeño Jungkook y Mi seok es mayor que tú — dijo intentando bromear con lo que había dicho pero yo ya no era un niño y sabía lo que estaba pasando.

— Ya sé que aún soy menor de edad pero aún así me gusta Mi seok, hyung — lo vi pensar lo que diría pero yo continúe hablando: — Y sé que Taehyung hyung también quiere a Mi seok y que noona quiere a Hyung y es por eso que le dejare a Mi seok a hyung porque sé que él la va hacer feliz.

Taehyung me sonrió con orgullo y me acercó a él para abrazarme al ver mis ojos llorosos.

Yo me había rendido con mi primer amor.

—Prometo hacerla feliz por ti — dijo él. Y yo le creí.

—Tienes que seguir estudiando y convertirte en un gran cantante para que todas se enamoren de ti — dijo Taehyung bromeando mientras me sacudía en sus brazos. 

En ese entonces yo estaba triste porque me había rendido con mi primer amor si siquiera intentarlo, pero estaba feliz porque Mi seok era feliz a lado de Taehyung y Taehyung la hacía feliz con cada día que pasaba, y es por eso que le entregue a mi primer y más dulce amor aunque después me arrepentiría.

Me encontraba en el balcón del edificio mirando la ciudad y desviando la mirada hacia el cielo mientras prendía un cigarrillo, ni siquiera yo sabía cuando comencé a fumar pero lo que recordaba era que fumar se había vuelto mi hábito, y en estos momentos donde los recuerdos del pasado comienzan a surgir, el cigarrillo era lo que me quitaba la frustración del momento. Había sido un tonto. En ese entonces era tan inocente y estúpido al pensar que entregarle el amor de mi vida a la persona en la que más confiaba había sido lo correcto.

Me había equivocado y ahora me arrepentía, debí de habérsela arrebatado en aquel entonces, así Mi seok no sufriría por el idiota de Taehyung y es por eso que me sentía impotente, estaba más que molesto que quisiera golpear a Taehyung tanto como las lágrimas que Mi seok derramo. 

Yo que lo había soportado todo. Soporte ver que él le proponía matrimonio enfrente de todos, y los gritos eufóricos de la multitud hicieron callar los gritos de dolor que mi alma sentí al ver como la persona a quién amo estaba siendo arrebatada de mi lado, pero aún así sonreí por ellos, porque su amor por fin se consumaría.

Soporte verlos casarse porque Mi seok lucía feliz, porque su rostro resplandecía como el de un ángel en los altos cielos y yo estaba bien, aunque no fuera yo el hombre que estaba a su lado, yo estaba bien solo con verla resplandecer de alegría, al verla enamorada y su rostro iluminado de felicidad, con eso me bastaba.

Cuando me enteré que estaba embarazada mi corazón dolió como nunca y mi arrepentimiento comenzó desde ahí, ya no estaba bien con solo verla sonreír, yo quería estar a su lado, yo quería ser el hombre que la hacía feliz, pero Taehyung era mi hyung, mi compañero, mi amigo al que le encomendé mi amor y no se merecía que yo aún guardara esos sentimientos que alguna vez le dije que ya no tendría, aquellos sentimientos que enterré tras el nacimiento del fruto de su amor. Hyun Tae se volvió importante para mí porque había nacido de mi primer amor y su nacimiento impuso el entierro de los sentimientos que le tenía a ella y así es como imagine que sería, yo la olvidaría y ellos vivirían feliz sin mi intervención.

Pero Taehyung había roto su promesa y eso nunca se lo perdonaría. Prometió hacerla feliz, sin embargo, se atrevió a engañarla, se atrevió a mirarme a los ojos y sonreírme a pesar de que había cometido la mayor de las traiciones hacia aquel niño que se rindió al amor por tal de qué él fuera feliz. Se atrevió a verme la cara y traicionar lo que yo más amaba, eso era peor que escupirme en la cara, peor que cualquier otro golpe y no se lo perdonaría. No perdonaría a Taehyung por lo que hizo y no me perdonaría a mi mismo el haberle dejado el camino libre, pero ya no habría una oportunidad como aquella, yo ya no era aquel niño estúpido que dejo ir el amor, esta vez, me aseguraría de no dejarla caer en manos de Taehyung aunque me costara la vida. Ya no habría piedad para él.


 

Apagué el cigarrillo cuando éste ya estaba por consumirse, lo tiré al suelo y salí de mi habitación. En el pasillo pude escuchar la voz de Seokjin y Jimin acompañada por la ronca voz de Taehyung. Él estaba llorando. El escucharlo llorar no hacía más que aumentar mi rabia, era un maldito cobarde hipócrita. Me acerqué a la sala para golpearlo de una maldita vez pero su charla llamo mi atención y me detuve, me escondí detrás de la puerta y mi cuerpo se estremeció al escuchar lo que dijo.

— Ella ya tiene alguien más — 

Las palabras dichas hicieron que me dieran escalofríos y los sollozos desagradables de Taehyung me causaron repudio. Él estaba mintiendo. No podía haber otro hombre con Mi seok, porqué quién estaría con ella después de Taehyung, sería yo.

Cambié mi objetivo de ir donde estaba Taehyung para ir a ver a Mi seok, Yoongi me había dicho donde se había quedado y el solo pensar que un hombre estaba con ella hacía que mi sangre hirviera, ahora no podría entregarle a Mi seok a nadie, ya no cometería el mismo error que cometí en el pasado. 

Tomé prestado el auto de la compañía y salí lo más rápido que pude, me concentraba en mirar el camino por el que iba pero en algunas ocasiones mis pensamientos me llevaban lejos del presente, mi mente seguía divagando en lo ocurrido en el pasado y las lágrimas comenzaban a caer de mis ojos formando caminos en mi rostro, caminos llenos de pesar tal cual mi corazón sentía.

Recordé la primera vez que conocí a Mi seok, su sonrisa había llegado a mi vida como luz en la oscuridad, me sentía angustiado, ya que yo era el menor del grupo. La responsabilidad de ser cantante era muy grande, los sacrificios que conllevaba eran igual de grandes y mi cuerpo ya no lo soportaba, habían momentos en los que las fuerzas de seguir me fallaban y fue en esos momentos en el que la conocí. Ella me sonrió y me animó a seguir adelante, Mi seok fue la fuerza que me impulsó a seguir al igual que mis compañeros, Mi seok era mi luz, mi estrella, la mujer de la que me enamore en mis días de juventud y renuncié a ella por mi estúpida inocencia, aquella inocencia de la que él se aprovechó.




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