¿qué le sucedio a venus?

Desde el primer momento

Te ofrezco a mis ancestros,

a mis muertos,

los fantasmas que otros hombres vivos honraron en mármol

-J.L.Borgues


 

Sin pensarlo demasiado, el te amo salio de mis labios sin poder detenerlo y junto a él todos mis sentimientos guardados quedaron a flote en ese mismo momento.

Ella estaba frente a mí, viendo como las lágrimas amargas caían de mis ojos. Mi seok estaba ahí, abrazándome como siempre lo imagine, pero la situación era completamente diferente a lo que yo deseaba, ella lloraba junto a mí, sabía que sus lágrimas se debían al dolor que yo sentía, sabía que ella lloraba por la tristeza que mis sentimientos le causaban, que este amor era solo de parte mía y que ella lo sabía, que no podía corresponderme, que su corazón solo le pertenecía a él y no podía pertenecer a alguien más, ella lloraba por el amor que no podía darme. Y todos esos pensamientos, hacían que mi llanto aumentara.

Siempre había sido un chico fuerte, nunca mostré lo que verdaderamente sentía, mis fans me veían como alguien inalcanzable, alguien fuerte, alguien que no le teme a nada, que siempre se enfrenta a todo, pero si me vieran ahora, si vieran lo destrozado que estoy en estos momentos al llorarle a mi primer amor frente a su puerta, estoy más que seguro que su imagen de mí cambiaría. Porqué esta noche estaba frente a ella, llorándole como un niño pequeño le llora a su madre, volví a ser el de antes, era el Jungkook de antes y al mismo tiempo no lo era. 

El Jungkook de antes había llorado en soledad por su primer corazón roto, con la luna como su fiel acompañante, con las estrellas como testigo de esas largas horas de llanto tendido en la cama, la noche siempre fue mi más fiel confidente, ahí escondía todo, podía ocultar este amor en el día, pero cuando caía la noche, los sentimientos florecían de nuevo, este amor no podía ocultarse cuando estaba solo porqué no había a quién ocultárselo, no había porqué esconderlo.

El Jungkook de ahora no era tan diferente, pero había dejado de llorar. Con el nacimiento de Hyun Tae me había rendido, había enterrado ese amor y había obligado a mis lágrimas a no salir y éstas me habían obedecido.

 Ahora volví, volví a llorar pero ahora con ella a mi lado.

--Apartate-- escuché la voz del chico de la otra vez y vi como agarraba a Mi seok del brazo y la separaba de mi lado. Yo me apresure a secar mis lágrimas con la manga de mi sudadera.

--Sé lo que buscas. Mi seok es tan amable contigo que nunca te negaría nada, así que no te aproveches de eso, no te aproveches de este momento y le impongas tus sentimientos -- dijo él con voz firme.

Quise decirle que se equivocaba, que no vine aquí a imponer nada, vine a ser rechazado, a pesar de que había pensado que debía luchar, que esta vez deseaba que mi amor fuera correspondido; realmente había venido a rendirme. Había venido a aceptar mi derrota. Pero mi voz no salía, no podía decir que no me interpondría entre ella y Taehyung, mi voz se quedó atorada en mi garganta y por alguna razón mis lágrimas no se detenían.

--Jaebum, no te metas -- dijo Mi seok con la voz entrecortada-- voy a escuchar lo que Jungkook tiene que decir-- dijo y después sonrió, una sonrisa amable opacada por el llanto.

Después de ver su sonrisa mis lágrimas cayeron con más abundancia y ni siquiera podía mantenerme en pie. Mi seok iba a escuchar mis sentimientos, ella escucharía mi dolor, mi sufrimiento, ella iba a escuchar el amor que guarde, iba a escuchar todos mis pensamientos y todas las palabras que nunca dije. Eso me hacía sentir aliviado, estos sentimientos, por fin iban a ser escuchados.

Mi seok salió de la casa y yo la seguí, caminamos un rato con el sonido de nuestros sollozos acompañándonos, el viento seguía frío pero ni siquiera era capaz de sentirlo, solo podía ver a la persona a mi lado y sentir su calidez, sentir lo que era caminar a la par suya aunque esta fuera la última vez. Llegamos a unos bancos que se encontraban cerca del parque y cuando mi llanto se calmo, puede pronunciar las palabras que siempre calle:

--Vine a decirte las palabras que nunca te dije, y quizá este sea el te amo que nunca debió decirse pero, ya no puedo solo ignorar estos sentimientos, ya no podía seguir ocultándolo, quería decirlo, quería que lo supieras, que supieras de este amor que he guardado en silencio por cinco años. Sé que no corresponderas, sé quién es la persona que amas y vine a pesar de saberlo, a pesar de que es mi amigo a quién amas. Estos sentimientos traté de enterrarlos, pero supongo que no puede olvidarse a menos que lo digas y es por eso que estoy aquí, que juro por mis ancestros que no tengo la intención de alejarte de tu amor, pero si tengo la intención de dejarte el mío. Te amo Mi seok, te amé desde el primer momento en el qué te acercaste a mí y te continúe amando a pesar de qué te casaste con alguien más, no pude detener estos sentimientos, pero ahora que te los digo, porque espero que tú puedas ponerles fin--.

Voltee a verla después de terminar de hablar y mis ojos se volvieron a llenar de lágrimas al verla. Mi seok tenía el rostro cubierto de lágrimas y en sus labios se podía apreciar un pequeño temblor que me hizo sonreír con amargura. La tomé en mis brazos una última vez, abrazándola con todo el cariño que tenía en mí.

Siempre había tenido razón, no se podía confiar en ella como una sunbae, ella no me había consolado porqué eso era justamente lo que ella estaba haciendo, estaba tratando de calmar su llanto ahora que el mío se había detenido. Mi seok siempre había sido así, siempre había sido amable y considerada con los demás, sabía que ella me quería y esa era la razón de sus lágrimas, pero ese amor no había sido suficiente para mí.

--Deja de llorar Mi seok, debes decirlo correctamente, termina con esto de una vez, di que es imposible y así podré continuar. Por favor, di que no me amas – Un nudo había crecido en mi garganta después de decirlo, retuve mis lágrimas porque no debía arrepentirme de la decisión que había tomado. Las palabras amargas que pronuncié me habían dejado un mal sabor en la boca, y aunque trate de evitarlo, volví a derramar lágrimas por ella. Sin querer volví a abrazarla más fuerte contra mi pecho, deseando todo lo contrario a lo que había dicho, deseando que dijera que me daba la oportunidad para hacer que me amara, pero ya sabía que era imposible. Ella no podía tomar mi mano.




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