¿qué le sucedio a venus?

Una ilusión

Si pudiera desear algo en este instante, desearía que los pensamientos se detuvieran, que las palabras dichas ese día dejen mi mente y no recordarlas todos los días como lo hacía ahora.

Desearía que ese rostro lleno de lágrimas desapareciera de mi memoria, quisiera ya no recordar más esa mirada triste en sus ojos, ya no quería recordar que ese chico fuerte se había roto frente a mí. No quería que el fantasma de esa noche siguiera en mis pensamientos impidiendo que pensara en algo más.

No quería pensar más en ese Jungkook, en esa faseta de Jungkook que antes no había conocido, porqué ese niño que yo creía que aún era, ya se había convertido en un adulto. Y fui yo su primera decepción, fui yo la causa de su primer corazón roto.

Y cada vez que esas palabras se repetían en mi mente mi pecho dolía, por el no haberme dado cuenta del amor que él ocultaba furtivamente.

Hay veces en la vida que deseamos que los ruidos a nuestro al rededor aumenten y que nuestros pensamientos sean silenciados.

Hay veces en las que deseamos que el tiempo pase lo más rápido posible, sin detenerse. Como en este momento.

En este momento quería y deseaba desde el fondo de mi corazón que los minutos pasarán tan rápido como ningún otro día, que el tiempo no se detuviera, que mi mirar no se congelara. Realmente quería que las personas a mi alrededor siguieran su rumbo y centrarme en ellas, pero no podía, mi atención estaba en el hombre que estaba a unos metros frente a mí, mirándome con esos ojos profundos como aquella noche que vino a mí. Al verlo de nuevo, me hacía recordar lo dicho ese día, y me congele en mi lugar ahogándome en los recuerdos una vez más.

Jungkook estaba frente a mí, el chico que no se iba ni por un segundo de mis pensamientos desde ese día; estaba parado frente a mí, mirándome con esos ojos expresivos y aunque aparentaba una postura fresca pude notar el temblor en sus manos.

--Yo.. vine a ver a Hyun Tae, terminamos todas nuestras responsabilidades y vine a dejarle un regalo – dijo con torpeza, tratando de evitar su mirada de la mía.

Jungkook parecía relajado y yo parecía querer salir corriendo, las palabras se atoraron en mi garganta y sentía que si hablaba solo iban a salir incoherencias de mi boca. No lo entendía. No podía entender el porqué me había quedado congelada en mi sitio, el porqué no podía hablarle como antes lo hacía, a pesar de haberlo prometido, a pesar de decirle que nada cambiaría y seguiríamos siendo los de antes, a pesar de ello estaba nerviosa estando en su presencia como nunca antes lo había estado. No podía hablarle como si nada hubiera ocurrido porqué sus sentimientos habían rodeado mi cabeza por días enteros y no podía detenerlos.

– ¿Mi seok? – me llamó Jungkook al no ver respuesta de mi parte.

– Umh, claro, pasa – dije apartándome de una vez de la entrada y dejándolo pasar, Jungkook no cuestiono mi extraño comportamiento pero yo si lo estaba haciendo, yo si me cuestionaba este raro malestar que me albergaba.

Jungkook llamó a Hyun Tae y éste contesto que ya bajaba, que lo esperará abajo, mientras que yo seguía congelada en mi sitio, al parecer me había convertido en una estatua que adornaba la entrada de la casa.

Mi mente se había quedado en blanco pero las voces de mis pensamientos volvieron cuando nuestras miradas se encontraron, cuando sus ojos con los míos parecían haberse conectado y no pude apartar mi mirada.

Y ante el primer latido de mi corazón no pude evitar asustarme, ante el golpeteo constante en mi pecho no pude evitar aterrarme porqué el causante de ello estaba justo delante mío, pero no quería aceptarlo.

Los latidos en mi corazón no se detenían y en un intento de detenerlos presione con fuerza mi pecho con mi mano derecha ocasionando que Jungkook me mirará aterrado y se acercara deprisa hacía a mí.

– Mi seok, ¿Estás bien? – preguntó alterado, se acercó lo suficiente a mí para tomarme del brazo pero lo aparté.

– Estoy bien, no pasa nada, Hyun Tae ya bajara, yo.. yo tengo que hacer algo en la cocina – balbuce y me aparté lo más pronto posible de su lado entrando con prisa a la cocina.

Mi pecho ardía y mi respiración se había acelerado pero me asustaba más la razón de mi acelerado corazón, no podía ser el “algo más” que me negaba a creer, no cuando mi amor se volvía real y la persona que amaba por fin estaría a mi lado, no podía aceptar que la razón de esos latidos eran a causa de Jeon Jungkook. Ese chico tímido que se abrió por primera vez a mí antes que a todos, ese chico que yo quería como a un hermano pequeño, no podía ser él la causa de esos latidos frenéticos, solo era una ilusión, ese amor que comenzaba no era más que una ilusión por las palabras dichas de aquel día, por causa de esa confesión actuaba así a su alrededor, lo que yo imaginaba no era más que una ilusión, o eso quería creer.

– Sabía que esto pasaría, sabía que te confundirías – escuchar la voz de Jaebum a mis espaldas me había sobresaltado.

– No paso nada – dije tratando de mostrar tranquilidad, pero era obvio que Jaebum no me creería.

– Lo que crees sentir no es real Mi seok, detén todos esos sentimientos, tener un nuevo amor solo traerá problemas, debes pensar en Hyun Tae antes que nadie – dijo Jaebum con sensatez pero mi corazón seguía latiendo insensatamente.

– Lo sé, solo me sorprendí un poco al verlo repentinamente, es todo – contesté dando golpecitos en mi pecho y salí nuevamente de la cocina con Jaebum detrás de mí como si fuera un guardaespaldas.

Al salir de ahí el ardor en mi pecho no se detuvo, en cambio, aumento al ver a Jungkook reír junto a Hyun Tae, mostrando sus dientes que sobresalían detrás de su sonrisa, viendo las pequeñas arrugas que se habían formado sus ojos al reír, al ver su nariz fruncida y el brillar de sus ojos como un farol en las calles oscuras. Era como si esa noche la venda de mis ojos se hubiera caído y pudiera ver perfectamente al chico frente a mí, ya no veía más al pequeño Jungkook de antes, ahora veía al Jungkook adulto que había confesado sus sentimientos por mí. Pero Jaebum tenía razón, debía detener todo lo que podría empezar antes de que acabara con todos, antes de que estos sentimientos salieran a flote y la tormenta comenzará, y dudo mucho que podamos ver el arcoiris al final del camino.




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