– ¿Porqué hiciste eso Taehyung?, Jungkook solo vino a ver a Hyun Tae, ¿Qué hay de malo con eso? – pregunté consternada siguiendo a Taehyung quién me sostuvo de la mano con fuerza -sin llegar a lastimarme- para apresurarse a entrar a la casa.
– Tú sabes exactamente lo que está pasando Mi seok, Jungkook no puede venir a ustedes hasta que se saque ese amor de la cabeza – dijo Taehyung mientras me miraba con certeza, como si sus palabras fueran las más racionales del mundo.
Yo solo me limité a observarlo sin saber que responder, no debía de responder lo que estaba pensando, no debía decirle que el amor de Jungkook no tenía que ser tratado de esa manera, que él no podía despreciar esos sentimientos que Jungkook retuvo por años, no debía decirlo, debía callar para no ocasionar una pelea mayor.
Taehyung soltó mi mano con delicadeza y me dio una sonrisa apacible para luego subir con Hyun Tae a su habitación en silencio, como si nada hubiera pasado.
Una vez que los perdí de vista en las escaleras di un suspiro largo y me senté en el sofá de la sala. La casa que antes estaba vacía ahora estaba completa, nosotros tres estábamos juntos como el primer día que cruzamos está casa con Hyun Tae en brazos, antes de que todos los problemas comenzaran, antes de que nuestro amor se debilitara y entrara en un punto sin retorno. Antes, cuando aún era una chiquilla enamorada que no podía ver nada más que este amor, cuando mis ojos solo podían estar en Kim Taehyung y me impedían ver lo que estaba a mi alrededor, me impedían ver a la persona que estaba sufriendo mientras que yo reía.
Fue así desde el primer encuentro, desde el inicio solo me había centrado en él y omití a la persona que estaba en la esquina de la sala de ensayos, en el rincón más alejado de todos; el día que conocí a Kim Taehyung por primera vez también fue el día en el que conocí a Jeon Jungkook. Conocí al Jungkook que se sentaba en un rincón, oculto de todos, y cada vez que nuestras miradas se encontraban se apresuraba a apartar la suya. Jungkook seguía siendo el mismo para mí, a pesar de que su físico no es el mismo de antes, su mirada y personalidad siguen siendo las mismas, sigue estando oculto para los demás, seguía estando oculto para mí en lo largo de mi historia, en esa historia en la que Taehyung era el centro de todo, yo había pasado por alto al chico que se escondía detras del escenario, esperando. Siempre esperando a ser encontrado.
Él esperó todo este tiempo a que yo pudiera encontrarlo, esperaba que encontrara a la persona a un lado del escenario, a aquella persona que no era iluminada por las luces, si no a la que se escondía en la penumbra. Y así lo hice. Lo encontré. Quizá no de la forma en la que él lo esperaba, pero pude apartar mi mirada de esa luz cegadora que brillaba con intensidad desde mi lugar como espectador, pude ver a las personas a mi alrededor en la sala frente al escenario y gracias a que, aquél quién se escondía dijo sus primeras líneas pude dirigir mi mirada hacia él y apartarla del que tenía toda mí atención.
Salí de mis pensamientos al escuchar la puerta de la entrada abrirse, dejando entrar a Jaebum con su prometida. Soo-young me sonrío y se acercó a mí mientras sacaba algo de su bolso, Jaebum dijo que iría a dejarle los bocadillos a los niños a la habitación, dejándonos a Soo-young y a mí en la sala.
– Jaebum me contó que estás pasando por un momento difícil, y sé que aún no somos tan cercanas pero eres como la hermana de Jaebum y por lo tanto eres mi unnie y seremos aún más cercanas en el futuro – dijo Soo-young con entusiasmo, yo sin saber que responder ante su entusiasmo solo asentí con una sonrisa y musité un si.
– Toma – dijo con una sonrisa de oreja a oreja entregándome el libro que había sacado de su bolso.
– Gracias, no tenías porqué molestarte con un regalo – dije con amabilidad tomando el libro que me extendía con cortesía. Una vez que leí el título comienzo a toser con disimulo por haberme atragantado con mi saliva al leer lo que decía.
“Uno siempre cambia al amor de su vida por otro amor o por otra vida” decía el titulo en color negro con un corazón roto en medio, corazón que tenía una curita uniendo ambos extremos. Y antes de qué pudiera decir algo Jaebum me arrebató el libro de las manos.
– ¿Porqué rayos le das un libro con un titulo como ese? – dijo Jaebum mirando a su prometida con fiereza.
– Es de superación personal, la hará sonreír – dijo ella encogiéndose de hombros restandole importancia al asunto.
– Mi seok no va a leer eso, llevatelo – le dijo Jaebum mientras le devolvía el libro y ella lo miraba exasperada.
– No eres su padre Jaebum, aparte no tiene nada de malo ese libro, es divertido – dijo Soo-young defendiéndose.
– Con un titulo como ese, no es indicado para Mi seok – contestó Jaebum empezando una disputa entre ambos, mientras que yo estaba en medio de ellos como si fuera una niña quien ve discutir a sus padres.
– Bien, voy a aceptar esto porque es un regalo de Soo-young así que deja tus peleas infantiles para después JB – dije separando a ambos y sentándolos en el sillón.
– Bien – dijo Jaebum en manera de reproche. – Iré por los bocadillos que compré para nosotros – dijo levantándose del sillón para ir a la cocina.
Escuché los pasos de Taehyung hacer eco al bajar de la escalera; mis manos comenzaron a sudar con nerviosismo y mi ritmo cardíaco aumento, me sentía extrañamente nerviosa con su presencia, no sabía el porqué de mis nervios ni del porqué de mi incomodidad al verlo parado frente a mí -como siempre quise que estara-.
– Hyun Tae se quedó dormido con los niños después de jugar – menciono Taehyung sonriéndome dulcemente, yo devolví la sonrisa con algo de incomodidad.
– Mi seok – pronunció mi nombre con esa voz grave que tanto amaba – ¿Te parece si vamos a algún lugar mientras que Hyun Tae duerme? – dijo él con timidez.
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Editado: 25.01.2021