– Yo hablare con Yoongi, no se preocupe – había dicho con confianza el chico de cabellos rubio para subir de prisa por las escaleras detrás de su hyung.
– Yoongi – llamaba el menor tratando de que el mayor detuviera su andar. Éste lo ignoro y trató de cerrar la puerta de su habitación detrás de sí pero Jimin lo impidió y entró junto con él a la habitación.
– Quiero estar solo Jimin, por favor vete – pidió Yoongi mientras masajeaba sus sienes con frustración. Se sentía cansado, toda esta situación lo tenía cansado y sabía que ya estaban en la recta final de todo esto, lo que él mas temía estaba sucediendo y su impulsivo carácter le impedían tomar las riendas del asunto como él quería. No podía solucionar todo esto porque la situación se le había escapado de las manos sin poder retenerla.
– No, no quieres estar solo. Y aunque lo quisieras no te dejaré, debes escuchar lo que tengo que decir – dijo el menor con firmeza.
– Si vas a reprochar lo que hice entonces puedes irte – dijo señalando la puerta con un movimiento de su mano derecha.
– Es por eso que no me iré –
Yoongi chasqueó la lengua con molestia ante la obstinación del menor. No tendría de otra más que escucharlo y no sabía si estaba preparado para hacerlo, no quería aceptar lo que había hecho hace unos instantes porque el remordimiento llegaba a él cada vez que la expresión de dolor en el rostro de su hermana venía a su mente.
– Sabes muy bien que Mi seok no se merecía ese desprecio y por eso intentas callarme, pero no pienso hacerlo. ¿Acaso no conoces a Mi seok? Sabes muy bien que tipo de chica es, sabes perfectamente que siempre se ha esforzado por ser la hija y la hermana perfecta para ustedes, ha intentado entrar en su familia como si fueran familiares de verdad a pesar de no serlo. Ella intentó soportar sola la ausencia de la persona que amaba y ahora que un nuevo amor apareció, ¿no crees que ella intentó suprimir esos sentimientos por el bien de todos? Tanto Jungkook como ella lo intentaron, pero era obvio que ese amor no iba a ser mas que despreciado por los demás –
– No quiero escucharlo, no quiero escuchar que ella intentó luchar contra esa indecencia porque Mi seok ya dio un discurso acerca de ello –. Yoongi se levantó de su lugar en la cama y tomó a Jimin de la muñeca para sacarlo de su habitación, pero éste se resistió.
– ¿Sabes a lo que ella vino a este lugar? A encontrar un refugio por eso que siente, no vino a que le reclamaran lo que ya sabía, ¿No crees que ella se a culpado tantas veces por esto? – preguntó el menor con desesperación, tratando de hacer razonar a su amigo.
– Entonces lo hubiera intentado mejor. Ellos no pueden estar juntos y no voy a permitir que suceda–
– ¿La obligaras a quedarse con alguien a quien ya no ama? Sabes muy bien que ese amor entre ellos era tan frágil que pronto iba a romperse –. Jimin trataba de que su mirada con la de su mayor se encontraran para hacer que la furia de Yoongi se calmara al ver sus ojos que lo miraban con compasión.
– ¡Lo sabía! Sabía eso y por eso intente separarlos pero ¿qué fue lo que hizo ella? Le dio una oportunidad a ese chico y ahora lo apuñala por la espalda, ella ocasiono todo esto –
– ¿Y por eso se merece el desprecio de todos? Mi seok esta culpándose en este momento como no tienes idea Min Yoongi, ella siempre ha sufrido en silencio por ese amor que se estaba acabando y ahora que un rayo de felicidad le ofrece su amor no puede aceptarlo, porque todos le cierran las puertas –
– ¿Y qué quieres que haga? ¿qué la felicite por su infidelidad solo porque ahora eso la va hacer feliz? – preguntó un furioso Yoongi.
– Yoongi por favor – suplicó Jimin tratando de que Yoongi no lo echara de su habitación, quería hacer entrar en razón a su mayor para evitar que esto se volviera más difícil de controlar de lo que ya era.
– Esta vez no podrás tranquilizarme Jimin –
Yoongi echó a Jimin de la habitación pero antes de poder cerrar la puerta, unos ojitos color miel lo observaron al borde del llanto.
– ¿Donde esta mi mami? – logró formular Hyun Tae entre hipidos por el llanto que salía de sus inocentes ojitos. Los papás de Yoongi aparecieron detrás del niño tratando de llevárselo de nuevo a la sala pero éste se negó.
– Quiero a mi mamá – dijo entre llantos el pequeño. Sus lágrimas habían tranquilizado un poco a Yoongi, sentía que su corazón se oprimía en su pecho al ver a su sobrino pidiendo ver a su madre con añoranza.
– Mi seok no esta – respondió tajante, el nudo en su garganta se incrementaba al ver la expresión de tristeza en el niño.
– ¿Mami me abandono? –
Yoongi no supo que contestar ante la inocente pregunta del pequeño. Mi seok no lo había abandonado, pero se sentía tan repulsiva consigo misma que había hecho caso a lo que su hermano había dicho y había dejado al niño atrás porque se sentía miserable de arrastrar a alguien inocente con ella. Y Yoongi sabía eso.
– Ella no lo hizo, solo tenía algo que hacer por eso te dejo aquí –
Hyun Tae sonrió con ingenuidad hacia su tío quien le respondió con una sonrisa decaída. Hyun Tae era tan inocente que no se merecía ser separado de su madre, porque si alguien sabía del sufrimiento de Mi seok era ese niño. Ese dulce e inocente niño era el que había estado con ella en sus momentos difíciles y sabía que había compartido su dolor ante la ausencia de su padre.
– Debes esperarla aquí, iré por ella – había dicho Yoongi rendido ante su sobrino.
Debía ir por su hermana, porque Jimin había tenido razón, Mi seok siempre había suprimido sus sentimientos por la felicidad de los demás y era hora de que dejará de pensar en otros para comenzar a pensar en ella. Debía estar a su lado porque sabía lo que su imprudente hermana haría, sabía que iría a afrontar ese problema a la cara sin importar las consecuencias, porque así era ella, y su hermano debía estar a su lado cuando esas consecuencias llegaran.
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Editado: 25.01.2021