¿qué le sucedio a venus?

Afrontar la culpa

Caminaba con pasos lentos hacia mi destino con el corazón punzante. Me sentía mal conmigo misma al escuchar a Seung-wan, y sus palabras junto con las de Yoongi se arremolinaban en mi mente. Ya sabía que todo lo que yo sentía estaba mal, pero no había podido evitarlo.

No quería herirlos, ni a Jungkook ni a Taehyung, a ni uno de los dos quería herirlos con estos sentimientos que me invadían sin poder detenerse. Pero estaba apunto de hacerlo, estaba apunto de revelar la indecencia de estos sentimientos.

Pero aunque temiera por lo que estaba por suceder, tenía que afrontar la culpa de esto que yo había ocasionado. Debía decirlo esta vez.

Si tan solo lo hubiera dicho en aquel momento, esto no estaría ocurriendo. Pero pensar en el hubiera no sirve en nada, debía pensar en el presente más que en cualquier cosa. Debía pensar en algo en el que ninguno de los tres saliera lastimado.

Con miles de pensamientos surcando mi mente, camino entre las personas que transitan a mi alrededor sin notar las miradas furtivas que tenían al mirarme pasar. El sentimiento de incomodidad se hace presente al notar que son varias las personas que me miran con repudio mientras se alejan disimuladamente de mi. Mi corazón comienza a acelerarse al pensar en la posible razón de su rechazo hacia mi, pero no quería creerlo.

No podía ser que esas fotografías hallan salido ya en televisión porque Seung-wan había dicho que todavía estaban siendo procesadas para su revelación.

No podía haberme mentido.

No podía hacerlo.

– Como te atreves a traicionar a Taehyung oppa – Y ante ese comentario, me invadió un escalofrío que recorrió todo mi cuerpo.

Estaba sola.

Todos me dirigían miradas de reproche y me sentía vulnerable ante la multitud a mi alrededor.

Los gritos de las fans comenzaron a escucharse y yo me mantuve inmóvil en mi lugar, mis manos temblaron y ante los empujones de las chicas frente a mí, no hice más que cerrar mis ojos deseando que todo esto no fuera más que una pesadilla.

Escuchaba los insultos de las chicas pero no parecían mas que zumbidos a través de mis oídos. Trate de defenderme ante los jalones de ellas, pero era imposible, eran demasiadas y no podía detenerlas.

Luche por tratar de defenderme pero ellas parecían no querer detenerse, cubrí mis oídos con mis manos ante sus gritos pero aún así no pude evitar que las palabras como: infiel y traidora; fueran escuchadas, esas palabras se repetían constantemente junto con otros insultos que era mejor no mencionar.

Me sentía sofocada, ellas me habían lanzado harina, agua y entre otras cosas pero lo que más me dolía eran esas palabras que decían sobre mí, porque sabía que ellas tenían razón. Me sentía indefensa, pero me repetía a mi misma que eso era lo que yo merecía, ese era mi pago por estos sentimientos.

Todo se detuvo en un instante, los gritos callaron y las cosas que arrojaban hacia mi se habían detenido, alguien me había tomado del brazo para ponerme en pie y su presencia había ocasionado que las chicas a mi alrededor se alejaran.

– ¿Estas bien? – preguntó y yo quería arrojarme a sus brazos al reconocer su voz.

Asentí repetidas veces para abrazarlo con fuerza mientras su olor a menta inundaba mis pulmones, era la colonia que siempre usaba y eso me tranquilizaba.

– Ya, deja de llorar, tu hermano esta aquí –

Yoongi susurraba palabras para tratar de tranquilizarme, mi llanto no se hizo esperar más y con la cabeza hundida en el pecho de mi hermano mis lágrimas comenzaron a caer libremente.

– Mi seok – escuché el susurro de Jungkook a mis espaldas.

Me gire a verlo con una sonrisa decaída y él me guió hacia sus brazos, sosteniéndome fuertemente sobre sus brazos, sin importar las personas a nuestro alrededor, no le importaba que estuviera sucia, él me había abrazado sin más.

– Esta bien, dijimos que íbamos a soportar esto juntos – susurró en mi oído y fueron esas palabras las que habían logrado calmar esa llamarada ardiente en mi ser que me consumía por la culpa.

Los gritos e insultos fueron silenciados y solo podía observar al hombre frente a mí que me miraba con ternura, como siempre lo había hecho.

Iba a darle una nueva oportunidad al amor, sin importar lo difícil que esto fuera.


 




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