¿qué le sucedio a venus?

El comienzo de la primavera

La primavera había llegado.

La primavera no solo había llegado a nuestras vidas, si no que también había llegado a nuestros corazones.

Esa tempestad ya había acabado y las nubes se habían esparcido para darle la bienvenida al sol. Los rayos del sol se sentían cálidos y el viento era como una suave caricia en mi rostro mientras jugueteaba con mi ondulado cabello.

– Mamá, ya estoy listo – dijo un sonriente Hyun Tae de ocho años. Le devolví la sonrisa a mi hijo mientras acomodaba su corbata color gris, ya que esta no estaba bien acomodada en su traje.

– Eres todo un príncipe – dije besando su mejilla con afecto.

– Y mamá parece una princesa – respondió sonriente. Mis ojos se cristalizaron por sus palabras y al ver que mi pequeño Hyun Tae había crecido más de lo que recordaba.

– ¿Ya están listos? –

Me giré sonriente al escuchar su voz, esa voz que me era imposible poder olvidar porque en el pasado había sido la más especial para mí. Hyun Tae corrió a sus brazos al verlo, abrazándolo con fuerza.

– Estamos listos papá – contestó Hyun Tae tomando la mano de su papá para ir hacia el auto. Yo me quede en mi lugar mientras jugueteaba con mis dedos con nerviosismo.

Taehyung se volvió hacia mi al ver que no había avanzado junto a ellos, le indicó a Hyun Tae que fuera hacia el carro y el niño obedeció sin rechistar. Taehyung camino hacia mí con una sonrisa geométrica cargada de ternura, tomo mis manos contra las suyas con dulzura, acariciando mis nudillos amistosamente, dándome las fuerzas que necesitaba para caminar hacia el destino que yo había elegido, aunque en estos momentos estuviera hecha un manojo de nervios. Mi corazón latía apresuradamente y mi estómago parecía el lugar de un maratón, donde habían cientos de personas corriendo a su alrededor. Mis manos sudaban por los nervios y rezaba porque el maquillaje en mi rostro no se arruinara por el sudor que surcaba mi frente.

– No debes de estar nerviosa Mi seok, este día marcara el final del invierno y el comienzo de la primavera –

Deje salir un suspiro de mis temblorosos labios y asentí a lo que Taehyung había dicho. Después de esto, la primavera llagaría a nuestras vidas.

Camine con pasos temblorosos pero decididos hacia el auto donde Hyun Tae me esperaba sonriente. Taehyung cerró la puerta detrás de mi y él tomo lugar en el asiento del piloto, condujo con tranquilidad mientras observábamos por la ventana esas pringas de lluvia que caían a pesar del clima soleado. Me sentí tranquila y podía decirse, que después de mucho tiempo, la paz había llegado a mi vida, la tranquilidad había llegado a mi corazón como un día soleado en verano.

Esa lluvia intensa, aquella tempestad, aquellas lágrimas derramadas con pesar ya eran del pasado. El presente era más hermoso de lo que imagine.

La lluvia cesó y el sol resplandeció más que nunca.

Baje del auto aún con los nervios de punta, ya habíamos llegado a nuestro destino y no podía estar más que nerviosa. Hyun Tae se bajó del carro de un salto y corrió entre el pasillo de flores que estaba frente a nosotros.

Exhale aire como si hubiese estado reteniendo la respiración, para aceptar la mano blanquecina que se me ofrecía para salir del auto. Tome la mano de Yoongi mientras que con la otra agarraba parte de mi vestido para que éste no se arrastrara por el suelo.

Al salir del auto, las sonrisas fueron las que me recibieron. Ya no habían lágrimas.

Las discusiones habían cesado, todos aquellos momentos en los que estuvimos dependiendo de un hilo habían llegado a su fin. Las sonrisas eran ahora parte de nuestra vida.

Hoseok sonreía. Su sonrisa resplandecía más que la luz del sol. Ya no había en sus ojos esas ojeras que habían sido ocultadas por el maquillaje, ahora, aún sin maquillaje, Hoseok resplandecía.

Namjoon vestía un traje azul marino con ese porte varonil que tanto lo caracterizaba, con una sonrisa que hacía notar sus hoyuelos, Seokjin estaba a su lado, con un traje parecido al de él y con su rostro angelical quien sonreía afectuosamente hacia donde yo me encontraba, pude notar sus ojos que retenían algunas lágrimas y eso me hizo sonreír.

Jimin de igual forma portaba un traje azul marino como los demás, traía un ramo de rosas blancas en sus manos, las cuales me entrego. Sostuve las rosas en mis manos y sería mentir si dijera que no quería llorar. Todo lo que habíamos pasado, todos esos sufrimientos y pesares que sufrimos, todos se habían ido tan lejos como aquella lluvia que había venido en forma de una tempestad para después no dejar rastro.

Nuestros corazones, al fin estaban unidos.

Seguí mi camino en el pasillo de rosas, rumbo a lo que sería mi felicidad.

Mis pasos eran lentos y mis ojos se habían nublado por las lágrimas que no quería dejar salir. Todo lo que ocurrió en esos años atrás, por fin nos habían llevado hasta este día.

Cuando el camino de rosas termino, la suave brisa del viento hizo volar mi rosáceo vestido. Sonreí inmediatamente al ver a la persona que me esperaba en el kiosco frente a mí. Nuestro día había llegado.

El nosotros por fin se haría realidad.

En mi camino hacia él, observe a cada persona a mi alrededor. Mis padres y los suyos dejaban salir pequeñas lágrimas de felicidad de sus ojos. Las personas a mi alrededor, solo eran las más importantes para nosotros, solo nuestras familia estaba aquí, no había nadie que pudiera juzgar esta unión.

Llegue a su lado, con una lágrima traicionera cayendo de mis ojos que Jungkook se apresuro a quitar.

Él lucía tan etéreo, con su traje color blanco, con esa sonrisa risueña adornando su rostro. Sus ojos brillaban justo como el firmamento, en sus ojos podía ver reflejado ese amor que hoy se consumaría. Ya no habría más dolor.

Jungkook extendió su mano hacia mí para que la ceremonia comenzara, y yo la acepte sin dudar. Había aceptado su mano como tanto había deseado hacerlo.




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