¿qué necesita un corazón herido?

Avanzando lento.

Mirarme al espejo a esta hora seguía siendo algo extraño, ya habían pasado 5 días desde que decidí ingresar en la clase de filosofía, pero el cambio de ritmo tan repentino fue más pesado de lo que esperaba, pero valía la pena si podía disfrutar de una clase tan buena.

—Buenos días.

—Buenos días señorita, es bueno ver más alumnos para la clase de Hilario.

—Sí, aunque levantarme tan temprano no es lo mío.

—Se nota, aunque eres bastante buena para aparentar.

— ¿A qué se refiere?

—Bueno, en unos segundos viene mi respuesta.

Karina pasó corriendo, pero en esta ocasión su mochila estaba cerrada, aunque se le notaba algo más acelerada que ayer, tuvo tiempo para saludar al guardia de la puerta pero supongo que aún no tiene la misma confianza conmigo.

—Que tenga buen día señorita.

—Igualmente.

Al menos la conversación con el guardia me relajaba un poco, sigo intentando recordar si le hice algo a ella antes, mientras corre hacía el salón voltea hacia atrás ligeramente tratando de esconder su mirada detrás de su larga cabellera castaña, pero en cuanto trato de hacer un pequeño contacto ella se desvía, inclusive en las clases de ayer trato de apartarse más de mi lugar, aunque quizá se sienta algo culpable por lo que paso en el examen.

—Buenos días, Barragan y José es grato ver que durmieron bien, ¿el camión finalmente tomo una ruta sin baches?, Karina—la observo un poco deteniéndose en su mochila—hoy también llegaste con la mochila completa, ya llevas buen record—Karina se sonrojo y trato de reírse un poco— y felicidades señorita María 5 días seguidos, no esperaba que duraría tanto.

—No me gusta retractarme de mis decisiones, y es una buena clase.  

El profesor Hilario sonreía, y hasta cierto punto era tierno observar como el profesor trataba de congeniar con nosotros con los chistes ocasionales que hacía, para darle un poco de ambiente a la clase, quizá era la mejor forma de lidiar con el hecho de que no hubiera tanta gente a su alrededor.

—Eso me agrada, hoy vamos a tener un pequeño ejercicio de grupo, quiero que pasen al pizarrón y hablen unos momentos sobre alguna de las corrientes que hemos tratado en la clase, no es necesario que den catedra con 5 minutos basta, pero quiero ver que tanto han aprendido hasta ahora.

 

El profesor pasó primero a Barragan que hablo sobre la corriente escolástica, se le notaba algo alegre al hablar sobre la importancia de reconocer a Dios, José sostuvo una buena exposición sobre el utilitarismo y la forma en como lo aplicamos en la vida diaria, por mi parte solo lograba recordar a Voltaire y Rousseau con él mecanicismo, imaginar cómo fue el siglo de las luces era algo que me gustaba hacer en secundaría, pero en cuanto acabamos nosotros, el profesor saco una botella de agua del escritorio y la puso en la mesa, era momento de que Karina pasará.

—Buenos días, quisiera hablarles acerca de una corriente proveniente del movimiento helenista, el estoicismo.

En cuanto comenzó su explicación capte el porqué de la botella de agua y la pose del profesor al sentarse, nosotros éramos un mero entremés y ella el platillo principal.

—Quiero partir desde el momento de nacimiento de esta escuela, con su fundador Zenon de Citio…

—Recuerda solo tenemos 45 minutos, el profesor de inglés no me va a aceptar otra excusa si llegas tarde esta vez.

—Si… Seré lo más breve posible.

Verlos interactuar era como observar a una niña platicando con su padre, inclusive con las reacciones de pena de Karina cuando el profesor hacía alguna broma o jugaba con ella, en parte me alegraba tuvieran momentos así, pues el resto del día era algo duro para ambos, pero a la vez una parte de mi quería estar en el lugar del profesor, aunque una vez ella volvió a hablar, incluso consiguió captar la atención de nuestros compañeros, sus movimientos con las manos cuando quería explicar más a fondo algún tema, el pizarrón siendo un juguete con el que se divertía tanto que no quería separarse de él, pero lamentablemente la clase termino antes de que ella pudiera terminar.

—Bueno, es momento de despedirnos, que tengan un buen fin de semana, suerte en sus demás clases.

Cuando trate de alcanzar a Karina antes de salir ella solo se despidió rápidamente del profesor, en mi tercer intento sigo haciendo algo mal, pero no logro encontrar cual es mi error, quizá el tratar de acercarme tan rápido a ella.

—Igualmente profesor, que tenga buen fin de semana.

—Gracias, y no te preocupes, te estas esforzando bien, solo necesitas encontrar otro enfoque.

Si fuera una situación normal tal vez pensaría que se trata acerca de la clase, pero su mirada delata que se dio cuenta sobre mis intentos de acercarme un poco más a Karina, solo espero que no se haga una idea equivocada de lo que intento hacer.

—Tal vez el lunes.

—La filosofía puede resultar aburrida y tediosa, pero puede decir mucho sobre cómo somos en realidad, por ejemplo si me dieras unos minutos, podría explicarte la filosofía que hay detrás de un buen café a las 7 de la mañana para comenzar bien el día, parece que lo vas a necesitar pronto.



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En el texto hay: psicologico, yuri, romance

Editado: 18.07.2019

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