Los dedos de Taehyung se paseaban veloces por el teclado de su notebook, terminando trabajo que le había quedado pendiente a pesar de ser sábado al mediodía.
El reloj de la sala hacia 'tic tac' a medida que las agujas se movían para marcar las doce. Estaba haciendo tiempo mientras esperaba a que Jungkook pasara por los niños, como todos los fines de semana. Amaba a sus hijos, pero a veces un poco de paz y tranquilidad era lo único que necesitaba para relajarse, olvidar todos los problemas.
Hacía un año que ya no vivían juntos, más de un año de no tocarse, ni besarse, ni darse miradas intensas como cuando eran más jóvenes. Ni siquiera llevaba su anillo de casados en el dedo anular.
Con 42 años y más de 20 años de haber estado juntos, se había atrevido a decir 'basta' y pedir el divorcio. No tenía más ganas de remar con aquello, y una nueva persona alegraba sus días, aunque a Jungkook aun le costara asimilar la idea.
Era difícil, pero se las habían arreglado para cuidar de sus hijos sin pelear. Y aunque ellos ya eran lo suficientemente grandes como para comprender que sus padres ya no se querían, seguía siendo complicado.
Hajoon tenía 14 años. Quizá el más comprensible, el que se ponía triste si veía a sus padres llorar, el que muchas veces terminaba llorando con ellos y les daba un abrazo si eso pasaba. Muy diferente a Jaehwa, la mayor de 17 años. Ella extrañaba mucho que su padre Jungkook ya no estuviera en la casa, y a veces odiaba a su padre Taehyung por ello, porque, aunque el castaño le hablara miles de veces, para Jaehwa la culpa siempre iba a ser de él.
—¿Cuándo llegara papá? —preguntó Jaehwa en cuanto llegó a su lado, molestando por décima vez.
Taehyung largó un suspiro, quitándose los lentes y tirando su cabello hacía atrás para no perder la poca paciencia que le quedaba.
Desde que habían comenzado los papeles de divorcio, Jaehwa se había encargado de hacerle más complicada la vida. La amaba y seguía siendo su pequeña, pero ella simplemente no entendía a pesar de ser la más grande y aún seguían algo peleados desde la última vez que le había hablado muy mal a su actual pareja: Ansel.
—Me dijo que estaría aquí en un rato. No te cuesta nada esperar, déjame trabajar tranquilo. —respondió Taehyung, sonando lo más sereno que pudo.
Jaehwa rodó los ojos. No veía la hora de que su padre llegara. Quería irse antes de que Ansel llegara, porque no había nada que odiara más que ver a ese intruso besar a su appa Taehyung. Él siempre iba a ser de su appa Jungkook.
La puerta sonó y Hajoon se apuró a abrir mientras terminaba de escribir algo en su móvil. Jungkook estaba allí parado, con una linda sonrisa.
—Papá. —exclamó Hajoon, abrazando a su padre.
—Hola, campeón. —dijo Jungkook, correspondiendo el gesto.
Jaehwa corrió a abrazarlo también. Se había vuelto muy sobreprotectora y celosa de su padre Jungkook. Según ella, era el único que aún se esforzaba por volver a ser la familia que alguna vez habían sido. Incluso moría de amor-tristeza cada vez que veía que aun llevaba el anillo de bodas en su mano, el cual Taehyung ya se había quitado ni bien se separaron.
—¿Cómo está mi princesa? —preguntó Jungkook, saludando también a su hija.
—Feliz de al fin irme contigo. —contestó ella, tan fuerte como fuera necesario para que Taehyung escuchara, logrando su cometido.
Taehyung largó un suspiro mientras se levantaba de su asiento. La rebeldía de Jaehwa le sacaba canas verdes, pero no había nada que le doliera más que los comentarios ofensivos que largaba de vez en cuando. Realmente creía no merecer eso.
—¿Cuándo los traerás? —preguntó Taehyung, tomándose de la puerta, viendo como sus hijos iban a tomar sus mochilas ya listas para irse.
—Más tarde, como siempre. —dijo Jungkook.
—Creí que te los llevarías todo el fin de semana...
—Me los llevo el fin de semana entonces, no hay problema. —se encogió de hombros, realmente no le importaba, aunque bien sabía que lo que Taehyung en realidad quería era tiempo libre con su pareja.
Eso aún le dolía, muy contra su voluntad.
—Mejor, porque tengo trabajo que terminar. —en parte era cierto.
—Y cómo para ti somos un estorbo cuando vas a verte con ese tipo horrible... —dijo Jaehwa en cuanto pasó por su lado.
—Ya decía yo. —dijo Jungkook. Ambos comentarios logrando que Taehyung frunciera el ceño y se cruzara de brazos.— Vámonos, niños.
—Jaehwa. —la regañó Taehyung.— Ya te dije que cuidaras tus palabras.
—No me cayó lo que pienso, no me gusta ese tipo.
—Pues vives bajo mi techo y mientras así sea tienes que hacer lo que yo te digo.
—Pues me voy con papá Jungkook que es mucho mejor que estar aquí contigo y con ese metido. —señaló el coche de Ansel que acababa de estacionar en la puerta de la casa, justo detrás del de Jungkook.